Un altar teotihuacano milenario fue descubierto en la antigua ciudad maya de Tikal, ubicada en el norte de Guatemala. Este hallazgo arqueológico proporciona una nueva evidencia de los lazos culturales entre Teotihuacán y Tikal, dos civilizaciones prehispánicas clave en la historia de Mesoamérica.
Influencia de Teotihuacán en Tikal
En los últimos años, investigadores han documentado múltiples indicios de la influencia teotihuacana (originaria del centro de México) en la ciudad de Tikal (actual departamento de Petén, Guatemala), a pesar de estar separadas por aproximadamente 1,300 kilómetros. Las interacciones entre estas dos civilizaciones se habrían dado entre los años 300 y 500 d.C.

Detalles del hallazgo arqueológico
El reciente descubrimiento corresponde a un
altar ceremonial elaborado entre los años 400 y 450 d.C., durante el período Clásico maya. Fue hallado en el interior de una residencia de élite dentro de un complejo habitacional en el principal sitio arqueológico de Guatemala, dentro de la zona selvática de Petén, cercana a la frontera con México.
“Tiene este montón de series y elementos que recuerdan algo que no es local, que es lo interesante de este altar. Recuerdan a muchísimas cosas de influencia del centro de México”, explicó la arqueóloga Lorena Paiz, integrante del Proyecto Arqueológico del Sur de Tikal.
Características del altar y su significado
El altar representa a la llamada “diosa de la tormenta” de la cosmovisión teotihuacana. Se trata de una estructura rectangular construida con tierra y estuco, de 1.1 metros de altura y 1.8 metros de ancho, que presenta un rostro pintado con detalles característicos como borlas, collares y otros elementos visuales asociados a la estética de Teotihuacán.
“Es la evidencia más fuerte que tenemos hasta la fecha, posiblemente de gente maya que conoció profundamente la cultura teotihuacana”, afirmó el arqueólogo Edwin Román, quien también forma parte del equipo de investigación.

Un testimonio de intercambio cultural
Aunque todavía no se puede determinar con certeza si el autor del altar era de origen teotihuacano o un artista maya entrenado en esa tradición, los expertos destacan el alto nivel técnico y estilístico del objeto ceremonial.
“No sabemos si el artista es teotihuacano o si es alguien maya que fue a aprender las técnicas, porque la forma como están pintadas las plumas, la forma como se representa (…), debía haber sido alguien que conoció muy profundamente”, concluyó Román.
El hallazgo refuerza las hipótesis sobre la presencia teotihuacana en Tikal y aporta nuevas pistas sobre las interacciones culturales y políticas en la Mesoamérica del periodo Clásico.