Antes de ser una de las figuras más influyentes del mundo del espectáculo, Yanina Latorre era lo que ella misma define como «una pelotuda ama de casa».
En ese sentido, en una reciente entrevista con revista GENTE, la figura habló de su maternidad y cómo es su relación con Lola y Dieguito, los dos hijos que tuvo con Diego Latorre.
Al momento de hablar de ellos reveló que, si bien ambos hacen su vida de adultos, está detrás de todos los detalles y es por eso que muchas veces es considerada como «una pesada». Además, confesó: «Nunca los expondría».
—Vas a volver con el stream, estás en la radio y dos programas de TV, ¿en qué momento entran tus hijos?
—Para empezar ellos ya están grandes y hacen su vida. Son lo más importante de mi vida. Aunque no lo creas mis mañanas son innegociables. Hasta las 12 del mediodía estoy en mi casa. En el momento del desayuno estamos todos juntos. Hoy Lola vive más con el novio que conmigo. Dieguito tiene 21 años y hace lo que quiere. Si hubiese seguido con mi vida de sólo estar con ellos, llevarlos y traerlos a la casa, hoy estaría aburrida porque no estarían nunca. Ahora nos vamos acomodando.

—Más allá de que ya sean adultos, ¿qué planes comparten?
—Hablamos mucho por WhatsApp. También vamos mucho a cenar con los dos. Tengo una amiga de la infancia con la que criamos juntas a nuestros hijos y cada 15 días tenemos un encuentro de madres e hijos. Los chicos cuentan todo y nosotros también. Se cuenta lo bueno y lo malo. Si los tengo que retar por algo lo hago ahí.
—O sea que estás en el día a día de ellos, ¿no?
—¡Estoy en todo! Me gusta meterme. Si alguno de los chicos no viene a dormir y no me avisa es un quilombo. Ahora no les puedo sacar el celular porque son grandes.

—Pero siguen viviendo en tu casa…
—Técnicamente sí, pero Lola vive más con el novio que conmigo. Dieguito vive aún en casa.
—¿Imaginás el momento en el que se terminen de ir?
—No, estamos bien. Si están y si no están está bien. Yo sólo quiero saber que están vivos pero no es que si el domingo no cenamos todos juntos cae una bomba atómica. En mi casa esas cosas no pasan. Cada uno es libre de hacer lo que quiera.
—¿Cómo sos como mamá en este momento de tu vida?
—Soy pesada. Reviso. Siempre creo que están drogados.
—¿Por qué pensás eso?
—Si le pasa a todo el mundo, por qué a mí no me pasaría. Me preocupa comerme una película que no es. El otro día lo vi a Dieguito con cara de cansado y le dije: «Tenés un ojo medio cerrado. Vos te estuviste drogando» (risas). Como si me fuera a decir que sí.

—¿Y si un día te dice que sí?
—Lo charlamos. Yo prefiero saber todo. Igual, soy tapa delincuente. Si mi hija me cuenta que salió a robar yo la cubro y no digo nada. No choriza como More Rial, eh. Yo a mis hijos no los expondría nunca: tapo todo. Siempre les digo que la cagada primero se la cuentan a mamá. Ni a mi marido se lo tienen que contar. Es un poco de Dora, mi mamá. Todos nos cubrimos entre nosotros.
—¿Con tu marido igual?
—Sí, soy una leona. Nadie toca a mi familia. Yo a Diego padre lo puteo todo el día, pero si lo llegás a tocar te corto la mano. Yo sola puedo criticarlo.