Ángel Cabrera sabe lo que es tocar el cielo y pisar el infierno. El golfista argentino de 55 años, llamado desde joven El Pato por sus andares, hizo cumbre en 2009 cuando ganó el Masters y se convirtió en el primer latinoamericano vestido con la chaqueta verde. Era el segundo grande, después del US Open de 2007, de un jugador diferente, junto a Miguel Ángel Jiménez el último de una estirpe de golfistas que comenzaron como caddies, y de un tipo peculiar a quien el golf había sacado de la calle en Córdoba y que se niega a aprender inglés. “Si no me gusta algo, no lo hago. Si no hablo inglés, no es mi problema. Yo no me vendo, no me interesa”, contaba en una entrevista en EL PAÍS ese 2009.
Eran sus días de gloria, pero llegaron otros oscuros. Conforme su carrera se apagaba, vinieron los problemas personales, hasta que en junio de 2021 fue enviado a la cárcel por violencia machista y el campeón que había sido se convirtió en un preso que vivió entre rejas más de dos años, hasta agosto de 2023, en prisiones de Brasil y Argentina.

Desde que cumplió su castigo, la vida ha concedido una bola extra a Ángel Cabrera, que el martes se sentó en la cena de los campeones como antiguo vencedor del Masters y que este jueves volverá a jugar el torneo por primera vez desde 2019. Ya lo intentó el curso pasado, pero no recibió entonces el permiso de las autoridades estadounidenses para entrar en el país. “Ahora siento que tengo una segunda oportunidad para volver al camino correcto. Me arrepiento de todo lo que hice mal en el pasado y me apena haber dejado pasar años muy importantes de mi vida. Cometí errores. Es una de las peores cosas que le puede pasar a un ser humano, no tener libertad. Es realmente duro”, confiesa el argentino.
La vuelta al Masters, a la familia del golf, coincide con su primera victoria en el circuito sénior, el Champions Tour (a partir de los 50 años), el domingo pasado en el torneo James Hardie, en Florida. “Nunca pensé que no iba a volver al Masters. Ahora estoy muy agradecido de cómo me han tratado. Respeto a quienes piensen que yo no debería estar aquí. Cada uno tiene su opinión. La vida me ha dado otra oportunidad, tengo que aprovecharlo y hacer las cosas correctas. Lamento lo que pasó y ahora quiero mirar a lo que viene”, afirma Cabrera ante su nueva vida.