-Hola, maestro! -anticipó su saludo el artista plástico.
-¡Maestro vos! -duplicó gentilezas el músico.
Y todo comenzó a fluir…
A casi veinte años de conocerse -y comenzar a admirarse-, Helmut Ditsch (62) y Charly García (73) volvieron a cruzarse en la vida, y de una manera bastante especial: al enterarse de que el primero había aterrizado pocas horas antes en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, nuestro bicolor decidió acercarse personalmente a visitarlo en el Faena Hotel, para abrazarlo, conversar un ratito y entregarle un obsequio.
Aquí, la crónica íntima del maravilloso encuentro entre dos potencias… del arte.
“VOS Y TU OBRA SIEMPRE FUERON EL MOTOR EN MI EXILIO, CHARLY”


Lo cierto fue que Helmut se apersonó en la puerta principal de ingreso para darle una sorpresa a su amigo, intentando revivir el saludo que ambos habían protagonizado al verse por última vez, en 2013, ocasión en la que el músico recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Martín y el artista plástico estuvo allí para acompañarlo.
«Cuando nos encontramos aquella vez, Charly me vio acercarme a él y estiró el brazo señalándome con el índice, mientras yo hacía lo mismo, hasta que unimos los dedos, como emulando la célebre pintura de Miguel Ángel», le contó Helmut a Revista GENTE. «Quise hacer el mismo jueguito, y el genio se acordó y me pescó la onda al toque«, agregó.
No bien se sacaron las ganas de ese abrazo atrasado y esas palabras de mutua admiración, avanzaron juntos hacia la suite de Ditsch, en compañía de Guillermo “Tato” Vega -asistente personal y mano derecha de Charly-, Heidi Laura Suhs, directora de Arte del Faena Hotel Buenos Aires; y Zuzy Praus, artista plástica y asistente de Helmut. Una vez allí, entre tragos y brindis, García le preguntó a su anfitrión:

-¿Cuál fue el artista que más influyó en tu pintura?
-¡Fuiste vos, Charly! -le contestó Ditsch-. Vos y tu obra siempre fueron mi motor. Especialmente desde que me tocó irme de la Argentina. Ya lo eras cuando pintaba en mi atelier de Villa Ballester y mucho más cuando llegué a Viena. Vos y el mate me abrigaron en ese exilio.
-Gracias por contarme eso», le respondió García-. Sos un gran artista, Helmut -añadió.
Entonces juntos memoraron el día que se conocieron en el mítico departamento del músico, sobre Coronel Diaz, esquina Santa Fe, frente al Alto Palermo Shopping.
-Me sigue llamando la atención que ya en aquella oportunidad pronunciaste bárbaro mi nombre, especialmente la “H”, como una exhalación, sin hablar alemán.
–Hay que tener oído… -bromeó Charly y las carcajadas volvieron a escucharse.
“NO TE OLVIDES DE QUE YO ME FORMÉ APRENDIENDO MÚSICA CLÁSICA, HELMUT”

Pronto el bonaerense de San Martín le comentó al porteño de Caballito cómo lo descubrió de joven… “El primer disco que tuve fue Confesiones de invierno, de Sui Generis», recordó Ditsch. Charly coincidió que es uno de sus mejores álbumes. «La canción Cuando ya me empiece a quedar solo me marcó mucho, ¿sabés?”, continuó Helmut. «Con ese tema las musas me enamoraban mientras yo pintaba», acotó ante la sonrisa interminable de García.
Luego vieron los trailers de la película que Helmut comenzó a rodar hace ya siete años, relata de manera poética su vida y obra e incluye el acompañamiento de históricas canciones de Charly. El músico fue reflejando su fascinación al descubría el inédito material. Más aún cuando, tomados de la mano, ambos recorrieron con particular emoción extractos en los que la música de García completa distintas escenas.
-¿Sabés que cuando le presenté tus canciones al equipo que trabajó conmigo en el filme -todos alemanes y austríacos-, quedaron impactados por la homogeneidad de tus temas, como si hablaron de algún maestro de la música clásica? -le puntualizó Ditsch-. Me decían: ‘Es increíble, no hay quiebres entre sus canciones y los grandes temas de la música clásica. Es como una misma secuencia’… Tenés una increíble potencia sinfónica, Charly» -añadió el artista plástico.
-No te olvides de que yo me formé aprendiendo música clásica, en un conservatorio», le recordó el músico.
“¿QUERÉS SER COMO UN CURADOR DE HONOR DE MI PELÍCULA, CHARLY?”… “VA A SER UN HONOR, HELMUT”

Antes de despedirse, Charly García le regaló a Helmut Ditsch un vinilo suyo que el pintor ya atesora “y llevaré conmigo a Europa”. Y pactaron un nuevo encuentro, también privado, para ver completo el filme en cuestión, desde una función reservada a su familia.
-Charly, ¿querés ser como un curador de honor de mi película? -le consultó Helmut con complicidad.
–Va a ser un honor -aceptó García.
«Fue uno de los momentos más felices de mi vida», reveló más tarde a GENTE Helmut, transitadas las dos intensas horas de encuentros, risas, vivencias y brindis varios, antes de despedirse de su amigo.
Fotos y videos: Cortesía de Zuzy Praus y HD
Agradecemos la colaboración de Germán Heidel