A dos meses del crimen que conmovió a la ciudad, su familia y el Club CEGALP recordaron a la niña con un acto cargado de amor, memoria y simbolismo.
En una jornada profundamente emotiva, el Club de Gimnasia Artística La Plata (CEGALP) rindió homenaje a Kim Gómez, la niña de siete años asesinada en un brutal hecho de inseguridad que estremeció a la ciudad el pasado 25 de febrero.
El homenaje fue organizado por sus padres, Marcos y Florencia, quienes eligieron recordar a Kim en el lugar donde ella fue feliz: su club, su espacio de juego, disciplina y sueños.
En el patio del club, se plantó un jacarandá como símbolo de su vida, crecimiento y el legado que dejó en cada una de las personas que la conocieron. “A través de sus raíces, su memoria seguirá creciendo y acompañándonos”, publicó la institución en sus redes sociales.
Durante la ceremonia, también se colocó un cuadro con su malla y medallas en uno de los salones del club, un gesto que inmortaliza sus logros deportivos y su pasión por la gimnasia artística.
“Con tu mamá sentíamos que tus logros tenían que quedarse ahí, donde te vimos ser feliz”, expresó su papá Marcos, visiblemente emocionado ante los presentes.
El crimen de Kim Gómez no solo dejó una herida profunda en su familia, sino que también marcó un antes y un después en el debate sobre el delito juvenil en Argentina. La niña fue arrastrada durante 15 cuadras tras quedar enganchada al vehículo robado por dos adolescentes, hoy detenidos. Su muerte generó múltiples movilizaciones por justicia y seguridad.
A pesar del rápido accionar judicial, el dolor permanece intacto. Este acto de memoria, en el club que fue su segundo hogar, es también una forma de abrazar a quienes siguen llorándola y transformar la tristeza en recuerdo vivo.
Kim, con su sonrisa y energía, se convirtió en símbolo de lucha por una infancia protegida y una ciudad más segura. Hoy, en La Plata, su nombre florece en cada hoja del jacarandá que lleva su nombre.