Terraplanista, espiritual, sensible y, sobre todo, papá presente: Claudio “Papucho” Di Lorenzo, último eliminado de Gran Hermano (Telefe), repasa su historia y sus días en la casa más famosa del país. Además, recuerda cómo era su vida antes de ingresar al programa y cuenta qué sueña para su futuro.
Desde su vínculo amoroso con sus hijos hasta su experiencia viendo un OVNI, pasando por su amistad con su ex pareja y su pasión por manifestar las cosas que le sucederán, «Papucho» abre su corazón en esta entrevista con GENTE sin temor a mostrarse tal cual es.
Cómo fueron sus dos etapas en «Gran Hermano»
—¿Cuántos meses estuviste dentro de la casa y cuántos fuera?
—La primera vez fueron dos meses y una semana. Ahí salí porque tuve apendicitis y estuve un mes exacto afuera. Luego volví y estuve un mes más. Fueron tres meses y pico con intermitencia…
—¿Cómo fue ese tiempo afuera?
—Mucha duda… La operación tenía una recuperación muy larga y teníamos la duda de qué iba a pasar. Yo me sentí re bien, fue rápido pero la operación se complicó un poco más. Ahí fue cuando rompí el aislamiento y volví a ver a mi familia porque no sabíamos cuándo iba a poder volver entrar a la casa. Fue tan lindo volver a encontrarme con mis seres queridos y el cariño del exterior que lo disfruté un montón. No lo sufrí.
—En la primera etapa, que fue la mas larga, estuviste mucho sin ver a tus hijos, ¿cómo lo viviste?
—Tremendo. El primer mes fue bastante fácil, pero cuando empieza a pasar el tiempo sin saber nada y sin ver a tus hijos se pone más difícil. Te empieza a cambiar los ánimos… Después tuve la suerte de que entraron al congelados antes de que me vaya. Ahí me cambió todo: el juego y el ánimo. Ellos me dieron muchas ganas de seguir adelante.
—Fuera del programa, ¿cómo era la relación con ellos?
—Re cercana. Yo estoy separado de la mamá de los nenes hace ocho años, pero ella es mi mejor amiga. Nos llevamos de diez y tenemos a los chicos la misma cantidad de días en el mes. Soy muy cercano a mis hijos. Son la locura de mi vida. La más chiquita, Delfi, tiene 11; y él más grande, Luca, 17.
—Delfi es bastante chica, ¿cómo vivió estar tanto tiempo sin vos?
—Fue a la que más le costó. Además es re papera y re pegada a mí. Fue duro porque estaba seria. Me acuerdo que me quedé con ese dolor… Cuando yo entré a la casa no sé qué pasó con los tiempos y yo no pude saludar a mi familia. Me mató… Yo entré llorando a la casa. Parece exagerado, pero esperaba un abrazo antes de entrar. De hecho, los primeros días estuve un poco bajón porque no sabía si ella se había quedado mal.
—Así y todo, ellos te alentaron a ingresar al programa…
—¡Re! Ellos me filmaron el video del casting. Tenían todas las ganas y sabían que yo también quería. Me re apoyaron.
Cómo era su vida antes de «Gran Hermano»
—¿Siempre tuviste ganas de entrar a Gran Hermano?
—Desde la temporada pasada. No lo había pensado antes. A mí me sirve mucho esto porque ya hacía contenidos en redes y eran cortos audiovisuales de la vida misma. Era con humor y un mensaje muy positivo. Lo hice durante 7 años con mi primo y estuvimos a punto de hacer teatro. Gran Hermano me parece una experiencia y juego fantástico. Además, te da exposición.
—¿Tenías mucho seguidores cuando hacías los videos?
—¡Sí! Fue re lindo porque la gente ya reconocía nuestro trabajo y hasta en la calle. Ya estábamos entrenados hasta con el famoso hate.
—¿Sufriste mucho hate?
—La verdad que no. Fue muy poco. Al principio cuando arrancamos con los videos criticaban y te decían: «¿Quién sos para tocar este tema?». Fue pasando el tiempo y se fue diluyendo. Después el mensaje llegaba mucho a la gente. Nos paraban en la calle y nos agradecían y nos decían cosas hermosas desde que se volvieron a ver con un hermano, volvieron a tocar la guitarra y hasta que le habían salvado la vida.
—¿Qué sentías ante tanto repecusión?
—Hermoso… Hemos llorado abrazados. Cosas muy fuertes pasaron. Tocábamos todos los temas con humor y dejábamos un mensaje al final para la gente que estaba pasando por alguna situación difícil.
—¿Pensás retomar esos videos?
—Tengo ganas de retomarlo. Me gusta mucho la actuación. De chico hice mucho teatro. Me gustaría seguir por ahí y ver qué puertas se abren.
—¿Además de eso tenías algún trabajo fijo?
—Sí, siempre estuve en el mundo textil. Tenía una marca de ropa con mi exmujer. La tuvimos casi 17 años. Ahora estoy con otra marca sin género con un amigo mio. Yo quiero ver qué pasa con todo esto y poder dedicarme a lo que me gusta.
La entrañable relación con su expareja y madre de sus hijos
—¿Cómo se logra ser mejor amigo de una expareja?
—Yo soy una persona que cree que si hubo amor y te elegiste en algún momento, podés no ser más pareja pero seguir de otra manera. Nada rompió tanto nuestra relación de tantos años. Crecimos juntos, hicimos una empresa juntos, tuvimos hijos, nos separamos y seguimos trabajando juntos. Ella ahora tiene otra pareja y otro hijo de cinco años y lo amo. También soy amigo de la pareja de ella. Nos llevamos bárbaro.
—¿Cómo fue el arreglo con ella cuando le dijiste que te ausentabas por tiempo indeterminado para ir a Gran Hermano?
—¡Me re apoyó! Además, se re cargó a los nenes para estar todos los días con ellos. Ella me dijo: «Entrá, es lo tuyo y tenés que estar ahí». Me bancó en todos y después me armaba las tribunas, gorros y banderas para alentarme en el programa. Es una amiga en serio.
—¿Ahora que saliste pudiste hablar con ella?
—Sí, ella me conoce y sabía que dentro de la casa estaba un poco apagado. Fue por la intensidad que hay hoy en la casa y me superó. Me pareció demasiado grito y peleas. Yo no tengo ese perfil y aguanté bastante. No me veía en la final. Cumplí mi ciclo. Una parte mía quería seguir, pero estaba contenta de estar afuera más tranquilo.
—¿Por qué si no te veías en la final decidiste volver?
—Porque yo me fui sin que me saquen. Yo querían que me sacaran y tener mi salida por la puerta grande y no desaparecer del programa. La gente empatizó conmigo afuera y me apoyaron en el reingreso. Se dio con el Golden Ticket y pude entrar de nuevo.
—¿Tus hijos que te dijeron de tu participación?
—Estan felices. Me siguieron por todas las redes sociales. Me vieron ser yo y eso fue lindo porque no fingí nada. No quise aparentar nada para quedarme. Se quedaron contentos.
—¿Les gustaría hacer un camino similar al tuyo?
—¡Re! De hecho, mi hijo disfrutó tanto que hasta salió a bailar con los chicos de los otros Gran Hermano. También hizo streaming… Se está metiendo en este mundo que le encanta y de rebote la está ligando él. Yo prefiero que él brille más que yo.
—¿Cómo vivís eso?
—Yo quiero ver a mi hijo brillando siempre. Ojalá la pegue y haga lo que le gusta. Encima tiene pasta para esto…
—¿En qué se lo ves?
—Es muy simpático, no es vergonzoso. Es educado, pero tiene gracia. Es una mezcla de un montón de cosas. De hecho, cuando entró al congelados, se habló un montón de él por la forma en la que me habló y que se fue diciendo que la tierra era redonda.
—Recordemos que vos en el casting de ingreso sostuviste que para vos la tierra es plana…
—Exacto. Sí, es algo que pienso. Es algo mío y no lo impongo, eh.
Del terraplanismo a la ley de atracción: Claudio habla de sus crencias
—¿Recibís mucho hate por esa creencia?
—Sí, te dicen cosas… A mí siempre me gustó la astronomía desde chico. Hace unos años empecé a estudiar esto y poner sobre la mesa las cosas que había aprendido con esta teoría.
—¿Charlás de esto sin temor a que te critiquen?
—Para nada porque yo no ando diciendo esto a todo el mundo. Lo dije en el casting y quedó. Ahí vas contando tantas cosas y quedan… Tiré lo de la tierra plana y quedó. Junté todo lo que sabía y me cerró más esto.
—Además, contaste que tuviste experiencia con un OVNI.
—Sí, me pasó una nave recontra cerca.
-¿Fue tu única experiencia?
—No, vi varias cosas porque además mis viejos viven en Capilla del Monte donde está el famoso Uritorco que es un lugar muy de naves. Esto es creer o reventar. Uno lo cuenta y es muy difícil que te crean. Yo el OVNI lo vi cuando tenía 12 años. Me pasó una nave arriba de un árbol. Fue cerca. Por suerte yo estaba con un amigo y su papá.
—¿Qué te acordás?
—Era una especie de submarino negro por arriba nuestro. Tiró una foto y siguió.
—¿Tuviste experiencias similares?
—En Capilla del Monte hice varias excursiones de noche y ves luces que no sabés qué son. Te genera dudas… Es extraño, pero lo más fuerte fue la nave que me pasó arriba de la cabeza. No había drones en esa época, eh.
—¿Con tus hijos charlas de estos temas?
—Si, charlamos… Me escuchan pero… (risas). Me creen obviamente con lo de la nave que vi… Te juro que es real. Mi hija me presta más atención y me escucha. Yo le explico con la información que tengo por qué pienso eso. No les como la cabeza, eh. Además tengo un telescopio con el que le muestro las estrellas…
—¿Tu hijo te banca menos en esto?
—No, no me delira. Me deliró en la casa y fue perfecto… Fue tendencia cuando me dijo: «Papá, la tierra es redonda». Ellos saben lo que pienso y no les quemo la cabeza.
—¿Tenés alguna otra creencia que no sepamos?
—Creo en la ley de la atracción. Es algo que hago desde chico sin saberlo. Yo manifesté absolutamente todo en mi vida desde mis hijos hasta mi trabajo… Lo de la casa fue fantástico porque me veía adentro antes de entrar. Cuando me sacaron por la operación yo sentía en mi cabeza que quería salir para ver a mis hijos. No sabía de qué manera, pero quería salir y volver a entrar.
—¿Cómo hacés para que funcione?
—Lo tenés que vivir. Cuando sentís la sensación es la energía que se manifiesta. Yo además hago reiki… Soy un poco místico…
—¿Eso fue siempre así?
—Sí, re. Soy un pisciano medio volador y romántico…
—¿Qué querés manifestar para tu futuro?
—Por el momento no estoy manifestando nada en concreto. Estoy recibiendo y viendo lo que se está abriendo y las oportunidades que vengan. El cariño de la gente y que te reconozcan es algo que siempre soñé. Todo eso fue manifestado y se fue dando. No puedo dejar en creer en algo que me funciona. Son cosas muy concretas: yo quería dos hijos…
—¿En algún momento dudás de esto?
—No porque cuando lo siento, sucede. Cuando tengo dudas es cuando puede no suceder… Te cuento otra: yo le dije a mi hijo que iba a volver a entrar a la casa con Furia.
Fotos: Diego García.
