Amigos, corredores, guerreros.
Algunos corren para huir, otros por la felicidad de llegar.
Algunos corren para competir y ganar, o tan solo por el placer de correr y disfrutar.
Algunos corren por otros, otros corren por sí mismos, por ustedes mismos, buscando libertad.
Algunos llevan banderas, otros son su propia bandera, lejos de casa.
Algunos quedarán en el camino, otros lo lograrán, pero lo único que importa es haberlo intentado, haberlo dado todo.
Que sea hoy, que sea aquí, donde las calles no tienen nombre. Que sea Trail!!
Buena carrera para todos.
Una noche de abril del 2023, Mariano Álvarez tuvo el impulso de escribir algo. Un mensaje que fuera capaz de englobar todos los deseos, las búsquedas y liberaciones de miles de corredores que año a año están bajo su responsabilidad. Junto a Gabriela Azcárate y Sergio Ochoa forman la tríada primordial que le da vida al Patagonia Run, que a lo largo de 15 años se fue convirtiendo en la carrera de ultratrail más importante de Latinoamérica.
El viernes, al pie del cerro Chapelco, atravesado por la lluvia y el aire helado que bajaba de la montaña, antes de la largada de las 100 millas, aquel mensaje fue recitado una vez más. Ciertos mandamientos no se imponen, se eligen y hacen vibrar y emocionarse a quiénes se sienten identificados. Hubo lágrimas en los corredores que estaban a punto de recorrer 160 kilómetros por la montaña. También en el palco y en muchos de los colaboradores de esta prueba que ya fue elegida como la mejor. Un rótulo impuesto por los principales protagonistas de toda esta historia: los atletas, los que se animan a desafiar a la montaña pero sin perderle el respeto, los corredores, los guerreros. Del primero al último.
Patagonia Run los cuida a todos por igual, quizás sea por eso que es la elegida. La misión primordial es ayudarlos a que puedan superar el clima, las dificultades del terreno y hasta los miedos de cada uno cuando quedan mano a mano con la inmensidad de la montaña. O cuando la noche y el sueño abren la tentación de dejarlo todo y volver a casa.

La aventura tuvo su punto de partida en el 2010 y ya pasaron 15 años. Así arrancó esta historia. “Patagonia Run fue un proyecto que comenzó cuando una amiga me dijo que tenía que conocer a Mariano Álvarez en el año 2009. Ella venía a hacer la cobertura del Tetra de Chapelco con Pancho Ibáñez. Yo organicé esa carrera por varios años…”. Nacida en Buenos Aires pero en San Martín de los Andes desde hace más de 40 años, Gaby Azcárate cuenta cómo fue que nació esa sociedad para que la criatura vaya tomando forma.

“Mariano vino a San Martín, nos conocimos y en el 2010 lanzamos la carrera que no se llamó como ahora, sino que tenía el nombre de marca de indumentaria que nos apoyaba. Al año siguiente ya no tuvimos ese apoyo y decidimos seguirla. Pensamos un nombre en San Martín de los Andes y surgió el que hoy todos conocen. Estuvimos tres años poniendo dinero para hacer la carrera, pero de a poco se fueron sumando sponsors. Fueron pasando los años, soñamos en grande, fuimos corrigiendo errores, y con todo ello y también los aciertos, fuimos creciendo”.

Gaby entrecierra los ojos, echa a rodar su memoria y revela situaciones increíbles sobre aquellos comienzos a todo pulmón. “El primer puesto de hidratación fue el motor home del peluquero del pueblo y de alero un amigo hizo un tinglado con ruberoid. Todo era muy casero y era todo lo que nosotros teníamos a disposición en ese momento”.
En este simple ejemplo de Gabriela se revela la ligazón que se ha ido forjando entre la comunidad de San Martín de los Andes y la carrera. “Cuando nosotros nos sentamos ese día dónde inventamos el nombre de Patagonia Run, lo hicimos en el escritorio de la Secretaría de Turismo de la ciudad y preguntamos: ¿cuál es la peor semana de ocupación de San Martín de los Andes? Nos dijeron la primera o la posterior a Semana Santa. Fue ahí que el Secretario de ese entonces, Raúl Pont Lezica, consiguió un subsidio importante de Nación que fue clave para hacer en el 2011 la carrera, ya bajo el nombre de Patagonia Run.
La prueba fue creciendo, las distancias también. Primeros fueron los 50 y 80 kilómetros, después se agregaron los 70k 100k, los 120k, 130k, hasta que en el 2018 aparecieron las 100 millas. “Fue un desafío muy grande, pero la gente, los corredores, principalmente los extranjeros nos pedían eso”, asegura Gabriela. La prueba se fue haciendo internacional, comenzaron a llegar atletas de todo el continente y poco después desde Europa y hasta de Asia. Hoy se corren siete distancias:PRVertical, 10k, 21k, 42k, 70k, 110k y 100 millas.
PR llegó a los 15 años pero hoy podrían haber sido 16. Al igual que todo el mundo, el 2020 fue muy difícil de sobrellevar. “A dos semanas de la largada nos cancelaron la carrera, fue tremendo. Había casi 5.000 corredores inscriptos. Al año siguiente la verdad se alinearon todas las instituciones y todas las personas para que la carrera se haga. Tuvimos que ponerle mucha voluntad, porque había que cumplir muchos protocolos. Hubo que largar de a uno los corredores, parados a una distancia de a un metro. La partida se hizo en una cancha de fútbol y teníamos 500 conos distribuidos en ese espacio. Eran más de 4.000 corredores, que estaban ávidos de correr, de hacer algo, de salir a la montaña, pero aún había temor al contacto. En el 2022, ya completamente liberados, tuvimos la mayor convocatoria de nuestra historia: 6.114 corredores”.

Para el PR a lo largo de los años las mayores dificultades fueron las que llevaron al crecimiento. Al final de cada edición, la organización cuenta con un informe de cada área donde la voz más escuchada es la de los corredores, con sus pedidos y sugerencias. “La única forma de crecer es escuchar lo que necesita el otro. Estar atento a lo que piensa la persona que está en la línea de largada, brindarle seguridad a lo largo de toda la carrera. Nuestra mejor promoción es el boca a boca de la gente, que el corredor se sienta cuidado”.

Una de las grandes preguntas de toda esta movida es quién es el encargado de hacer la hoja de ruta, con tantos kilómetros de senderos marcados en la montaña. El responsable es el director de la prueba, Marcelo Parada, médico y montañista que conoce el terreno como la palma de su mano, con más de 20 años de estudio de relevamiento de la zona. La prueba cuenta con guías de montaña que se encargan de la marcación, y también de la desmarcación para no dejar basura. El trabajo se hace antes de las nevadas y cuando se vuelve a la montaña para comenzar con una nueva marcación de los senderos, hay que limpiar todo lo que el invierno dejó de árboles caídos.
Como bien lo dice el aquel lema que escribió Mariano y que de a poco se va transformando en himno, al PR viene gente a correr que lo hace por una promesa, para homenajear a un ser querido que ya no está más, para honrar a una persona que ama, por una bandera, un color o para encontrarse en la soledad de la montaña cara a cara con uno mismo.
¿Gaby, por qué la gente elige el Patagonia Run? “Porque los tratamos bien, porque los esperamos con un abrazo a la llegada y porque principalmente, pensamos en ellos”.
