Lleida
El Conselh Generau d’Aran ha formalizado el primer contrato de prestación de servicios de transporte aéreo para que drones distribuyan cargas de hasta 25 kilos de peso en enclaves de montaña. A partir del próximo mes de junio se prevé que se empiece a trasladar sal y vallas para el ganado, además de alimentos y diferentes materiales para el refugio de Artiga de Lin, en la Val d’Aran. Es un proyecto piloto en el que participa el Centro de Innovación Territorial de la RedCIT, el HEPIC.
“Hemos firmado con la empresa Pirineos Drone un contrato de suministro de servicios aéreos con drones con el objetivo de poder ayudar en el apoyo al mantenimiento de instalaciones de antenas para redes de comunicación o estaciones meteorológicas para apoyar la ganadería y también para abastecer un refugio”, cuenta Clara Estrada, técnica de innovación del Conselh Generau d’Aran.
Los drones llevarán alimentos y otros productos al refugio de Artiga de Lin, en la Val d’Aran
También servirá para mapear qué zonas de la Val d’Aran tienen falta de conectividad y para el mantenimiento de telecomunicaciones. El Conselh Generau desplegó hace unos años la Red Lora de Radiofrecuencia por todo el valle que, entre otras funciones, ofrece conexión a todos los ganaderos para que sus animales tengan collares de geolocalización,
“Los ganaderos -cuenta la técnica- utilizan la sal en los traslados de ganado a la montaña, queremos evitar que tengan que cargar sal y otros materiales y poder llevar a un refugio material como alimentos o detergente, que ahora se están transportando en helicóptero, con más coste y más contaminación”.
La CEO de Pirineos Drone, Lara Iglesias, confía en iniciar en junio las operaciones de un servicio del que dice que, “comparado con el coste de un helicóptero, para cierto rango de kilos a desplazar es infinitamente más rentable y sostenible”.
“Los drones -agrega- ayudarán en montajes de infraestructuras de telecomunicaciones en entornos de difícil acceso, darán soporte a la ganadería de altura y abastecerán un refugio de montaña”.
Pirineos Drone nació en Casau, en la Val d’Aran, utilizando los drones para controlar las vacas de la familia. En poco tiempo pasó a inspeccionar placas solares y otros proyectos industriales. Y luego dio los primeros pasos en el transporte de paquetería, a dos o tres kilómetros de distancia, con el proyecto Archytas, en la Val d’Aran, respaldado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España.
Archytas finalizó el año pasado con la incorporación de un dron de altas cargas que podía transportar hasta 25 kilos. La empresa hizo las pruebas bajo el amparo de la Agencia de Seguridad Aérea Civil Andorrana. “En Andorra -recuerda Iglesias- nos permitieron llegar a hacer hasta 50 operaciones de abastecimiento de refugios, es ahora cuando nosotros estamos ya a punto de obtener las primeras licencias de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea Española para poder hacer los vuelos con este mismo dron, en la Val d’Aran, con el contrato con el Conselh Generau”.
Su objetivo para finales de año es que las autorizaciones específicas se conviertan en genéricas después de estar todo este año realizando operaciones que sumen experiencias y trasladar su modelo a otras zonas.
“Queremos reproducir el modelo de montaña en zonas de mar. En en nuestra hoja de ruta no era inmediato pero nos hemos presentado en Galicia a una aceleradora de la Xunta con un modelo para poder hacer pruebas en zonas de la costa gallega”.
Si Pirineos Drone entra en la aceleradora replicará el modelo aranés. “Si no, –afirma Lara Iglesias– Galicia seguirá estando en nuestra hoja de ruta, no empezaremos este año, estaremos más adelante”.
