Borselli destacó la visión fundacional del proyecto, impulsado por el actual gobernador y el vicegobernador, quienes vislumbraron la necesidad de formar técnicos en producción agropecuaria en una provincia con un enorme potencial en este sector. Esta visión se materializó en la construcción de una «mega escuela» en Río Gallegos, diseñada con una perspectiva de futuro.
Las Escuelas del Viento ofrecen instalaciones y recursos de última generación para sus alumnos. Desde sala de tres años hasta el tercer año del secundario en Río Gallegos, los estudiantes disfrutan de una intensificación en lengua extranjera, robótica, programación e impresión 3D desde temprana edad. Además, se está trabajando intensamente en un plan lector y de alfabetización que abarca toda la trayectoria escolar.
En Río Gallegos, la orientación en producción agropecuaria se ve reforzada por el enfoque en el Campo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) y el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Los alumnos se benefician de una huerta, un sector de granjas y cunicultura, y un avanzado taller de hidroponía. Además, cuentan con un aula maker y un aula multimedial equipadas con tecnología de punta, incluyendo computadoras y retroproyectores en cada aula.
La escuela técnica ofrece seis talleres equipados para dibujo técnico, hojalatería, electricidad, soldadura, carpintería y ajuste mecánico. Borselli enfatizó que el diseño del edificio en sí mismo responde a las necesidades pedagógicas y podría servir como modelo para futuras construcciones escolares en la provincia.
Alianza estratégica con las familias
Un pilar fundamental de las Escuelas del Viento es la alianza estratégica con las familias, consideradas «los socios más importantes en la formación integral de los chicos». Se busca un diálogo permanente para anticipar y abordar problemáticas como el bullying y la discriminación.
Entre los objetivos educativos, las escuelas se han propuesto objetivos ambiciosos. En Río Gallegos, con la llegada del tercer año, se inicia la formación especializada en tecnología de producción agropecuaria, con la mira puesta en futuros convenios con organismos como SENASA, INTA y el Consejo Agrario Provincial.
En las tres escuelas, el foco estará en el desarrollo del proyecto lector y en la política de alfabetización institucional, respondiendo a las demandas de la sociedad y de organizaciones.
Además, en Río Gallegos se busca cerrar el ciclo productivo de la huerta y el taller de hidroponía con la comercialización de los productos, brindando a los alumnos herramientas para futuros emprendimientos.
Perfil del Egresado
Ante la pregunta sobre el perfil del egresado, Borselli destacó la importancia de brindar a los estudiantes las herramientas necesarias para el presente y el futuro, incluyendo la alfabetización financiera y el manejo de tecnologías. Sin embargo, subrayó la necesidad de no perder la visión humanista en la formación integral.
«Queremos formar chicos que no solo tengan conocimientos y habilidades tecnológicas, sino que también sean empáticos, conscientes de los problemas del mundo y capaces de tomar decisiones para crecer y evolucionar», afirmó Borselli.
En este sentido, anunció un proyecto trascendental: la construcción de un laboratorio tecnológico en Caleta Olivia en colaboración entre el SIPGER (sindicato petrolero), con el Instituto Tecnológico de Buenos Aires y Panamerican Energy. Este laboratorio se convertirá en un centro comunitario donde todas las instituciones educativas de la zona norte podrán trabajar en proyectos colaborativos.
Reconocimiento
Finalmente, Borselli dedicó un reconocimiento especial a los equipos directivos y docentes de las Escuelas del Viento, a quienes considera los «verdaderos protagonistas» de esta propuesta innovadora.