Con el torso empapado en sangre, un niño irrumpió en la Comisaría 48 de General Roca. Lo que dijo paralizó a los policías: su madre estaba gravemente herida en un auto, luego de haber logrado escapar de un brutal ataque familiar. Era la madrugada del domingo y la pesadilla se había desatado en la zona del Vivero Municipal de la Isla 32.
Los uniformados salieron al exterior y encontraron a la mujer desvanecida, con lesiones visibles y sangrado en la cabeza. De inmediato llamaron al SIARME, que la trasladó de urgencia. Las heridas evidenciaban la violencia del ataque, mientras los hijos, conmocionados, trataban de explicar lo ocurrido.
Poco después, otra patrulla llegó al lugar del hecho. Allí detuvieron a un hombre de 49 años, acusado de haber golpeado ferozmente a su familia. Fue uno de los hijos mayores quien debió intervenir y reducir a su padre a golpes para detener la agresión. El atacante no opuso resistencia al momento del arresto.
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La fiscal Julieta Villa ordenó que el imputado continúe detenido por los delitos de lesiones y amenazas, mientras se avanza en la investigación. El estado de salud de la mujer aún no fue confirmado, pero permanece bajo observación médica.
Pero no fue el único hecho de violencia de género en la ciudad. En otra causa, un hombre condenado por agredir a su expareja seguía hostigándola desde la cárcel, realizando hasta 30 llamadas diarias desde el Penal N.º 2 de Roca. Pese a la prohibición judicial, el acosador reincidía, demostrando cómo la violencia machista no se detiene ni con barrotes de por medio.
