Primero salieron a la luz las escalofriantes fotografías del interior de «la casa de los horrores», donde una madrastra supuestamente mantuvo cautivo a un hombre durante 20 años. Ahora llegó el esperado momento de saber qué dijo la víctima, quien rompió el silencio.
Se sabe que Kimberly Sullivan, de 56 años, fue detenida el 12 de marzo luego de que su hijastro de 32 años le contara a la Policía que comenzó un incendio intencional en la casa de Connecticut, Estados Unidos, con la idea de escapar de décadas de su presunto abuso.
Sullivan fue liberada tras pagar una fianza de 300.000 dólares un día más tarde, y a fin del mes pasado se declaró inocente de los cargos de secuestro y agresión grave.
La estación local WFSB Connecticut News, afiliada a CBS, del Departamento de Policía de Waterbury, compartió con los medios imágenes que muestran las condiciones deplorables del interior de la propiedad: una escalera sucia, habitaciones desordenadas y llenas de basura y un baño asqueroso.
Por otro lado,también hubo múltiples fotos de cerraduras y marcos de puertas, pero no está claro dónde se alojó el hombre que denunció haber sido secuestrado por su madrastra.
Acusación de abuso y secuestro
Sullivan fue acusada de mantener cautivo a su hijastro desde que tenía alrededor de 11 años, declaró el Departamento de Policía de Waterbury en una publicación de Facebook del 12 de marzo .
Los oficiales agregaron en ese momento que la habían acusado de agresión en primer grado, secuestro en segundo grado, restricción ilegal en primer grado, crueldad hacia las personas y puesta en peligro imprudente en primer grado.

La presunta víctima dijo a los detectives que su madrastra habría comenzado a encerrarlo en la habitación durante 22 horas al día o más después de sacarlo de la escuela, muestra la orden de arresto.
Los detectives escucharon que el padre Kregg Sullivan, y su madrastra habrían decidido sacarlo de la escuela después de que se hicieron múltiples llamadas al Departamento de Niños y Familias (DCF) sobre su comportamiento.
El hombre, que no fue identificado públicamente, llegó al hospital después del incendio pesando apenas 40 kilos, y confió que no se había duchado en casi dos años. Al parecer, sobrevivía con solo dos sándwiches al día durante una década.

El jefe de la policía local, Fernando Spagnolo, confió previamente durante una conferencia de prensa que los oficiales no habían estado en la casa del niño desde 2005, cuando se solicitó que hicieran una verificación de bienestar.
La comisionada del DCF, Jodi Hill-Lilly, dijo luego en una declaración que la agencia «no pudo localizar ningún registro perteneciente a esta familia», señalando que todos los registros sin fundamento se eliminan después de cinco años.
«Instamos al público a no precipitarse en el juicio en este caso, y a tener presente que se presume su inocencia a menos que, y hasta que alguna vez, la fiscalía pueda demostrar lo contrario en el juicio», declaró previamente el abogado de Sullivan, Ioannis A. Kaloidis.
«Estas acusaciones son terribles y ella se propone defenderlas con firmeza. Es inocente. Y seguiremos este caso hasta que sea reivindicada».

Kaloidis también dijo que era el difunto esposo de su cliente quien «tenía el control» de todas las decisiones respecto al cuidado de su hijo.
Rompió el silencio el hombre que estuvo 20 años cautivo en una casa
En una declaración obtenida por News 8, el hombre de ahora 32 años, que pesaba apenas 30 kilos cuando prendió fuego intencionalmente a su habitación y fue rescatado por los servicios de emergencia, dijo que se estaba volviendo más fuerte cada día.

«Estoy eligiendo un nuevo nombre y lo usaré mientras recupero el control de mi vida y mi futuro. Mi nombre es mi elección, y es la primera de muchas decisiones que tomaré ahora que soy libre», publicó en su primera declaración pública.
Y la misiva que también difunde Metro continúa de la siguiente manera:
«Soy una sobreviviente de más de 20 años de cautiverio y abuso doméstico. Estuve prisionera en mi casa desde que me sacaron de cuarto grado a los 11 años hasta hace dos meses, a los 31, cuando prendí fuego a propósito que me ayudó a liberarme».
«Hoy hablo para comenzar el proceso de recuperar mi vida y para dar mi opinión sobre cómo se cuenta mi historia».

«Estoy mucho mejor y más fuerte que el día que los servicios de emergencia me sacaron de casa. Estoy sumamente agradecido por la atención que he recibido desde entonces».
«Gracias a todos los profesionales de la salud que me han ayudado y cuidado. Además de todos sus cuidados, agradezco la oportunidad de celebrar mi primera fiesta de cumpleaños para cumplir 32 años».
«También quiero agradecer a los servicios de emergencia, a los investigadores policiales y a todos los que trabajan para que los responsables de mi abuso rindan cuentas. Gracias a todos en Safe Haven Waterbury y a todos los que han donado a la página de GoFundMe, lo que ayudará a cubrir algunos de los enormes gastos que tendré que afrontar en las próximas semanas, meses y años».
Supuestamente la mujer lo mantuvo encerrado en un “espacio de almacenamiento trasero” de 2,5 por 2,7 metros durante más de 20 años, y durante ese tiempo lo dejó morir de hambre y abusó de él.

La Policía dijo que Sullivan a menudo privaba a su hijastro de necesidades básicas como el agua, dejándolo obligado a beber del inodoro para mantenerse con vida.
Afirman que incluso, antes de quedar atrapado, cuando era niño, robaba el almuerzo de sus compañeros de clase o buscaba comida en los tachos de basura para mantenerse con vida.
Dicho comportamiento provocó un par de visitas domiciliarias del Departamento de Niños de Connecticut a principios de la década de 2000, lo que llevó a Sullivan a sacar al niño de la escuela.
Dice que a lo largo de los años no le permitían cortarse el pelo ni bañarse y que a menudo perdía los dientes mientras masticaba las escasas raciones que le daban.
Cuando su padre biológico falleció en 2024, las condiciones de su confinamiento habrían empeorado hasta que provocó un incendio en un intento de liberarse. Los socorristas que lo sacaron de la casa lo compararon con un sobreviviente del Holocausto.