La cúpula de cristal (Glaskupan) hace referencia al lugar en donde Lejla pasó sus días durante un secuestro en su infancia. De ahí sale el título de la serie policial nórdica de Netflix que a poco de ser estrenada desplazó a dos tanques, como Black Mirror y Adolescencia, en la lista de tendencias.
Narrada en seis episodios, la trama se sitúa en un pueblo de Suecia -el país de la producción- y comienza a desarrollarse cuando Lejla, una psicóloga forense, regresa al lugar y descubre que otra joven desaparecida puede estar sufriendo algo similar a lo que ella sufrió cuando era chica.
Aunque las historias son distintas, hay tres elementos fundamentales que enlazan a esta ficción con la obra que simboliza el policial nórdico del siglo XXI: la saga Millennium.
1- Suecia, el lugar de los hechos
Si bien Estocolmo es la ciudad donde sucede la mayoría de los acontecimientos de las novelas de Millennium, en el primer libro de la saga ocurre en un pequeño pueblo ficticio denominado Hedestad que tiene características similares al de La cúpula de cristal, que es totalmente ficticio.

2- Mujeres (con traumas) que investigan
En Millennium, la protagonista es Lisbeth Salander, una oscura y taciturna hacker con traumas del pasado; en La cúpula de cristal es Lejla, una psicóloga forense que también esconde una enturbiada historia personal.

Las tres actrices que encarnaron a Lisbeth Salander en el cine son Noomi Rapace (en tres películas correspondientes a los tres primeros libros, 2009), Rooney Mara (La chica del dragón tatuado, 2011) y Claire Foy (La chica en la telaraña, 2018). Lejla es interpretada por la joven Léonie Vincent.
3- Dos maestros del policial nórdico
El tercer y último punto de contacto es, quizás, el más relevante: el policial. Ambas historias pertenecen al mismo género -el policial-, subgénero -el policial nórdico- y, si se quiere, al mismo abordaje del subgénero -el policial nórdico feminista-.
Los responsables son dos figuras estrechamente ligadas al concepto de best seller: Stieg Larsson (Millennium) y Camilla Läckberg (La cúpula de cristal).

Larsson fue un autor que falleció tras publicar el tercer libro de la saga. No vivió para ver el éxito de su creación, que llegó poco después de su muerte, en 2004. El resto de los libros de Millennium los escribieron David Lagencratz (hasta el 6) y Karin Smirnoff (hasta el 8).
Los tres libros que escribió Larsson, «Los hombres que no amaban a las mujeres», «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» y «La reina en el palacio de las corrientes de aire», vendieron entre todos más de 100 millones de copias.
La cúpula de cristal, en cambio, no es una adaptación de una novela, sino una historia original pensada por Läckberg para la serie.

Läckberg tiene 50 años y es la mayor referente de la novela policial nórdica en la actualidad. Sus novelas están disponibles en más de 100 países y fueron traducidas a más de 60 idiomas. Entre las más conocidas se encuentran las de la saga de Fjällbacka: «La princesa de hielo», «Los gritos del pasado» y «Las hijas del frío», entre otras.
Solo en Suecia, Läckberg fue la autora más vendida en múltiples años consecutivos, superando incluso a Larsson.
Nadie tiene la fórmula del éxito, eso está claro, pero hay combinaciones que lo atraen. Los tres puntos anteriores contribuyen con que la miniserie sea de las más vistas de Netflix en abril.
Las redes sociales y la crítica especializada concuerda con que el resultado es de calidad y confirman que el policial nórdico es de los géneros preferidos de los seriéfilos que consumen plataformas. Una prueba de esto es que no dejan de salir.
Además, la presencia de Läckberg, el alto nivel de producción y los temas que aborda la historia -esencialmente, la mirada feminista de los policiales nórdicos- llevaron a La cúpula de cristal al centro de la conversación.