El régimen iraní calificó de “infundado” el requerimiento judicial que busca detener al líder supremo de Irán por el atentado a la AMIA. La Cancillería de Teherán advirtió que tomará medidas políticas y legales contra Argentina.
La República Islámica de Irán advirtió al Gobierno argentino que tomará “medidas jurídicas y políticas” si avanza el pedido de captura internacional contra su líder supremo, Ali Khamenei, solicitado por la fiscalía especial que investiga el atentado a la AMIA, ocurrido en Buenos Aires en 1994.
La semana pasada, los fiscales Sebastián Lorenzo Basso y Julio Gonzalo Miranda solicitaron al juez Daniel Rafecas que emita una orden de captura de Interpol contra Khamenei, de 85 años, a quien consideran uno de los máximos responsables del ataque que provocó 85 muertos y más de 300 heridos.
La reacción de Irán fue inmediata. El director general de Asuntos de América de la Cancillería iraní, Isa Kameli, convocó al responsable de negocios argentino en Teherán, Mariano Jordán, para expresarle su rechazo a la medida y entregar una nota oficial de protesta.
Según el comunicado difundido por el régimen persa, el pedido de captura «viola los principios y normas fundamentales del derecho internacional», especialmente aquellos que hacen al «respeto a la igualdad soberana y a la independencia política de los Estados».
Teherán calificó la acusación de «infundada» y denunció una presunta “politización del caso” bajo la influencia de “elementos afiliados al régimen sionista”. En el mismo tono, advirtió que Argentina debe “corregir el camino” o enfrentará “consecuencias jurídicas y políticas”.
El nombre de Khamenei ya había sido mencionado por el fallecido fiscal Alberto Nisman, pero hasta ahora nunca se había solicitado formalmente su detención debido a su condición de jefe de Estado, lo que le otorga inmunidad diplomática.
El avance judicial busca habilitar un juicio en ausencia, una figura excepcional impulsada recientemente en el Congreso y respaldada por el oficialismo.