17.7 C
Buenos Aires
sábado, abril 19, 2025

Los contactos secretos de Luis Caputo, el “dólar Milei” y la trastienda de la visita de Bessent

Más Noticias

El encuentro fue ultra-secreto. Ocurrió el martes en Economía, a la hora del crepúsculo. Estaban los dueños de los dólares: los capos de todas las cerealeras y exportadores de soja y aceite. El tema único: el deseo –y la presión– del Gobierno para que las empresas liquiden los dólares. El encuentro fue febril. Hubo pedidos concretos por parte de las autoridades y muchas preguntas desde los jefes de las multi.

Toto Caputo no estaba. Pero el ministro envió a sus filosas espadas: Juan Pazo, jefe del ARCA, y Vladimir Werning, mandamás en el BCRA. El dúo primero explicó detalles de las medidas. Pero el encuentro se profundizó y Pazo anticipó: “Vamos a un dólar de $ 1.000”. Después exigió a las cerealeras que comiencen pronto a liquidar divisas: “Tiene que ser ahora”. A los popes de las multi no les gustó. Hubo quejas y varios coincidieron en una reflexión: que un dólar a $ 1.000 era inferior en un 10 % al dólar de exportación del último viernes.

Hubo revuelo. Los capos de las cerealeras advirtieron que esa decisión implicaba una caída adicional en la competitividad del campo.

Pazo es un funcionario experimentado. Conoce el mundo de los negocios –industrial textil– y sabe dónde les duele el zapato a los hombres de negocios.

El jefe de la ex AFIP volvió a recomendar su fórmula financiera preferida: insistió en que era negocio traer los dólares rápido –y generar prefinanciación de exportaciones– para hacer una diferencia con la tasa de interés y el carry trade.

Ya lo había dicho al inicio de febrero. Cuando el equipo económico buscaba sostener la tablita cambiaria hasta octubre. En ese momento afirmó: “Tienen que vender ahora, tendrían que hacer carry trade los productores”.

Los cerealeros se fueron rumiando. Habían comentado que cayeron como una bomba las últimas declaraciones del Presidente.

Javier Milei –en maratónica declaración– azuzó a los productores: “Apúrense a liquidar porque en junio vuelven las retenciones”.

La bravuconada del Presidente fue un balde helado en la Mesa de Enlace. Las retenciones y un dólar en $ 1.000 laceran la rentabilidad del hombre de campo.

Santiago Bausili, presidente del Banco Central, durante el anuncio de la salida del cepo.
Santiago Bausili, presidente del Banco Central, durante el anuncio de la salida del cepo.

Los caciques evitaron la confrontación pública, pero hablaron –y no bien del tema– en una informal reunión del último lunes. Uno exclamó: “Otra vez sopa”.

El encuentro con las cerealeras fue inquietante. Tuvo gusto a poco y fue el peor de los que Toto y su equipo tuvieron después de liberar el cepo con el apoyo del FMI.

La instrumentación de las medidas fue sin sobresaltos y la Casa Rosada la califica como un éxito. Así se confirmó la información que Clarín anticipó desde mediados de febrero sobre la negociación con el FMI.

Hubo una profunda modificación de la política cambiaria. Como se adelantó, se eliminó la tablita y se fijaron las bandas que exigió y sugirió Washington.

A cambio, Toto recibió una ponchada de fondos para el BCRA. Ahora, Santiago Bausili deberá cumplir una meta estricta pactada: aumentar –sin computar el préstamo del FMI- las reservas en la friolera de US$ 9.000 millones.

Por eso la obsesión con los billetes y el campo. El propio Toto lo explicó el sábado a los banqueros que recibió en el Palacio de Hacienda. Estuvieron los CEO de la banca líder, comandados por el titular de ADEBA Javier Bolzico, y el jefe de la banca internacional Claudio Cesario.

Estaban todos. Hubo muchas preguntas, pero en ese encuentro, una conclusión: que el lunes el dólar abría a $ 1.250, cerca de la mitad de la banda. El domingo, el chat de los banqueros ardía. Se transcribían y se evaluaron los dichos de Toto y su socio Bausili. Así, decía uno: “Va a haber buen clima”. Y agregaban: “La expectativa general es que la banda superior de $ 1.400 es creíble. Entonces, a niveles actuales del CCL, el trade obvio es vender dólar financiero para ir a tasa en pesos, porque así es difícil errar”.

Esa lectura explica el derrumbe que tuvo el billete. También se lo anticiparon –el finde- a un selecto grupo de economistas. Estaban Ricardo Arriazu, Martín Redrado, Jorge Vasconcelos, Agustín Etchebarne, Agustin Monteverde y Miguel Boggiano.

Arriazu básicamente escuchó. Ya dijo que no le gustan las bandas cambiarias y prefiere un dólar fijo. Redrado preguntó un tema clave: “¿Las tasas de interés van a aumentar?”. Vasconcelos interrogó: “¿Qué dólar quieren para estabilizar?”. Los otros –vinculados estrechamente al Gobierno- se deshicieron en elogios y aplausos para Caputo.

También se habló mucho del cepo, que aun continúa para las empresas. De eso no se dice mucho. Toto aprovechó los encuentros para clarificar el apoyo del Tesoro de EE.UU. En Wall Street había una versión concreta: que Caputo había sondeado un préstamo directo del Tesoro y que Scott Bessent lo permutó por un viaje y un aval político. Los “lobos” dicen que el pedido argentino no prosperó.

El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, con Javier Milei en Casa Rosada.El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, con Javier Milei en Casa Rosada.

Toto necesitó explicar la situación. Dijo en concreto: “A fines de febrero yo invité a Scott. Es un gesto fuerte de apoyo político de EE.UU”.

Caputo hizo todo para asegurarse el auxilio del FMI. Ahora se conoció –incluso- que tuvo un encuentro secreto con Elisa Carrió. Le pidió explícitamente su apoyo en el Parlamento por el decreto del FMI. Fue una conversación larga y sincera.

La visita de Bessent también tuvo impacto interno en el Gabinete. Fue excluido del encuentro con el Presidente el canciller Gerardo Werthein.

Ahora Javo quiere que sea la Casa Rosada –y no Cancillería- la encargada directa de la relación con Washington. El declive de Werthein se reflejó en otra cuestión: fue ubicado por Karina sentado muy atrás y al costado en la cadena de Milei. Estaba casi afuera de la foto y la imagen que se quiso viralizar.

Milei no le perdona el traspié de Mar-a-Lago y el fracaso de la foto con Trump. Tampoco el escándalo que hizo el canciller peleándose a los gritos con los interlocutores del servicio secreto de Trump.

Karina aprovechó para arrinconarlo. El Pibe Caputo también. En la Casa Rosada comenzaron a filtrar rumores -sobre algunos viajes- para esmerilar a Werthein.

Espacios de poder

Ambos –Karina y Caputo- se enfrentan por espacio de poder. Fue un impasse para el dúo. “Santi” avanzó contra Karina por el desaguisado electoral en Santa Fe.

Karina le pasa factura al Pibe por el fracaso en la “operación Corte”. Encima, se comenta que Santiago tuvo un duro cruce con Ricardo Lorenzetti. El magistrado acusa al asesor estrella de ser responsable del traspié en el Senado y la conversación subió de tono. Trascendió que en víspera de los anuncios, el Pibe difundió una extraña versión: juraba que el cepo no se sacaba hasta agosto. Federico Furiase –director del BCRA- cometió un desliz similar: estuvo diciendo que el último paquete estaba decidido en agosto, cuando todos saben que fue fruto de la dura negociación de todo el verano con el FMI.

Toto quiere que el dólar toque la banda inferior. Busca dar una clara señal antiinflacionaria. Intenta contrarrestar el clima de salto en los precios. Los economistas privados -“mandriles” y “econochantas”, según Milei- proyectan un índice en el próximo bimestre superior al 4%. Así repite Caputo: “En condiciones naturales el dólar llega a $ 1.000”.

Sucede que las firmas líderes están remarcando con otra lógica: pretenden utilizar el dólar tope de la banda para remarcar. Es decir los $ 1.400. Milei enfureció: “Que se metan los productos en el orto”.

Molinos retrotrajo toda la suba de precios. Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes. 👏👏👏 https://t.co/e8rvhuy0sF

— totocaputo (@LuisCaputoAR) April 17, 2025

Las firmas de Copal insisten en que ese dólar da previsibilidad y rechazan otra cosa: fijar precios por los vaivenes del mercado. Así se viene otra guerra. Este jueves, Toto le torció el brazo a Molinos y ahora -ortodoxo a ultranza- abrirá más las importaciones. Se trata de una política con exigencias: ocurre en medio de un impredecible Trump y de la falta aún de dólares libres en el BCRA.

Mauricio Macri evalúa con su equipo la situación económica y tiene acción en la CABA. El ex presidente cree que los cambios en la UIF fueron instrumentados por el Pibe para ayudar a “cooptar” a un importante dirigente provincial del PRO. Sería una devolución de favores.

También se habla de las constantes “maldades” de ARCA contra figuras del PRO.

La situación está caliente y la pelea es frontal. Mauricio le exigió a la dupla Diego Santilli-Cristian Ritondo una definición: que se manifiesten a favor del PRO en CABA. El dúo medita una respuesta. Por ahora solo hay una cuestión concreta: «silenzio stampa».

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Cómo quedan los nuevos aumentos de las prepagas tras el pedido del Gobierno de que dieran marcha atrás

Durante este fin de semana las principales prepagas del país terminarán de darles forma a las nuevas cartas que...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img