Este fin de semana, Buenos Aires es oficialmente la capital global de la música electrónica. Los DJ más importantes de la industria están en el país por el regreso de Ultra Music Festival a la Argentina, tras diez años, que se celebrará este 18 y 19 de abril en el Parque de la Ciudad.
Antes de su show de este viernes 18 en el escenario Resistance y recién aterrizado en suelo porteño, Carmine Conte, el hombre detrás de Mrak, uno de los DJ más convocantes del momento, miembro del icónico dúo Tale of Us y dueño del sello Afterlife, dialogó en exclusiva con Clarín sobre lo que significa presentarse en la vuelta del festival: “Me siento muy honrado, ser parte de este regreso es como ser parte de un ritual que necesita ser valorado y respetado”.
Relajado en el hotel en el que se hospeda, rodeado de su equipo y, por supuesto, con su consola conectada para producir y preparar el set que estrenará en el Parque de la Ciudad, Mrak es consciente de lo que su música genera en sus fanáticos y, en especial, en el público argentino.
“Me encanta lo que se genera aquí, honestamente. Desde el principio, hace muchos años, sentí una conexión íntima, espiritual. Es como si me entendieran, como si escucharan mis decisiones musicales, mis elecciones. Los argentinos son un público muy atento, enfocado, y eso me encanta”, dijo.
Y reflexionó: “A pesar de los problemas económicos que puedan tener, son leales y generosos con la música. Eso es muy admirable”.

El sueño de Carmine
Detrás del DJ exitoso está Carmine, que habla en un inglés italianizado, es carismático, tiene una personalidad acaparadora y una capacidad de reflexión profunda sobre su presente, su pasado y su futuro, del cual se animó a regalar un pequeño spoiler de lo que vendrá: “Estoy planeando una serie de shows importantes para mí, como una especie de gira solista en los lugares que marcaron mi evolución musical. No quiero hacer algo a medias. Y la única manera es hacerlo bien, con todo lo que tengo”
-Hablemos un poco sobre el crecimiento de la música electrónica en Argentina y a nivel global…
-Eso significa que lo hicimos bien. Todos se esforzaron por mejorar, productores, músicos, los que aman la música desde hace años. La música mejora. También es cierto que el mercado está saturado, pero eso obliga a los artistas a que seamos mejores. Yo intento construir algo sólido, no sólo para mí, sino para los que vienen después, como los artistas de nuestro sello.

-¿Qué podemos esperar de vos en cada set?
-Siempre lo mejor que pueda dar. Con la música que mejor represente mi momento, sin máscaras, con sinceridad. Es el mejor trabajo del mundo.
-Sé que es una pregunta difícil, pero, ¿qué creés que te hace diferente al resto? O especial.
-Ser diferente es un gran concepto. Pero, honestamente, no soy distinto. Si amás lo que hacés, no sos diferente del chico que en Sudáfrica tiene solo una hora de electricidad por día y usa ese tiempo para producir música. Lo que quizás me diferencia es haber tenido la voluntad de transformar eso que amaba en mi trabajo. No lo decidí en un club, lo decidí frente a una pared en mi casa en Milán. Y ahí hice un pacto con ese sueño.

-Y de ese pacto a hoy, ¿estás conforme con el legado musical que le ofrecés al mundo?
-Es una gran pregunta. Sí, estoy feliz con haber empezado en un pueblo pequeño, donde la comida es increíble y mis padres me dieron todo para que pudiera aprender. Me enseñaron a ser mejor persona, y eso lo llevo conmigo. Pero también sé que hay días difíciles. Aun así, no cambiaría nada. Si estás orgulloso, no lo cambiarías.
Tras una pausa, una reflexión, y una risa, cierra: “Haría esto cada segundo de nuevo, porque estar conectado con la música es lo que hace que la música sea real. Si empujás a la gente afuera, la música desaparece”.