Supermercados mayoristas advierten una fuerte caída en las ventas. Por la pérdida del poder adquisitivo, muchos hogares dejaron de consumir productos como agua mineral, bebidas alcohólicas, gaseosas de primeras marcas y artículos de higiene personal. También se espera un nuevo aumento de precios en mayo.
El consumo masivo en Argentina atraviesa una fuerte caída que golpea tanto a supermercados como a consumidores. En este contexto, varios productos de primera necesidad comenzaron a desaparecer de las listas de compras de los hogares. Desde agua mineral hasta artículos de perfumería, los argentinos priorizan lo indispensable y abandonan productos considerados prescindibles.
Daniel Acuña, gerente de un supermercado mayorista en Mataderos, explicó que la baja en las ventas se acentuó en los últimos meses y que ya no se venden productos como bebidas alcohólicas, gaseosas de primeras marcas, agua envasada, hilo dental o enjuagues bucales. “El consumo está muy bajo y no se pueden trasladar todos los aumentos a precios porque la gente no compra”, afirmó.
Según Acuña, los supermercados mayoristas intentan mantener los precios mediante descuentos por cantidad y sostener la demanda con promociones, aunque reconoció que se esperan subas para comienzos de mayo.
Los datos del sector confirman esta tendencia: en marzo, el consumo masivo cayó un 5,4% interanual y acumula una baja del 8,6% en lo que va de 2025. Se trata de la tercera peor cifra de los últimos 22 años. A su vez, el consumo de carne también se redujo y marcó el registro más bajo en tres décadas.
Alfredo Farina, vicepresidente de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, sostuvo que “el impacto en el consumo está directamente relacionado con la caída del salario real y el aumento en los servicios”, que obliga a los hogares a ajustar gastos en alimentos y productos básicos.
Con aumentos que rondan el 7% en aceites, café y artículos de la canasta básica, y una inflación que en marzo trepó al 3,7% —con alimentos liderando la suba con un 5,9%—, la preocupación en el sector comercial crece ante un panorama que promete más ajustes y menos ventas.