Con libros en mano y convicción en el corazón, Víctor Cabral busca impulsar un cambio profundo a través de la lectura de libros motivacionales. Su sueño es que el Ministerio de Educación incorpore este tipo de lectura formativa al currículo escolar.
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20 de abril de 2025 10:00
“Un libro me cambió la vida”, dice Víctor Cabral con emoción durante una visita al diario Hoy Digital. Y no es una metáfora. Licenciado en Contabilidad, encontró su vocación en una causa que considera vital: fomentar la lectura de libros de autoayuda y motivacionales como herramienta de transformación personal y social. A ese proceso lo llama Cirugía de la Mente, una práctica que ya implementó en instituciones educativas, universidades, centros comunitarios y hasta cárceles del país.
El proyecto consiste en la lectura guiada de libros que despiertan conciencia, fortalecen el carácter y pacifican la mente. Títulos como El hombre mediocre o textos inspirados en el budismo, componen una lista de más de 30 obras que ayudan a desarrollar pensamiento crítico y armonía emocional.
“Yo vine del interior sin esperanzas, pero la lectura me hizo ver que todo depende de uno mismo”, cuenta. Esa convicción lo llevó a formar pequeños grupos de lectura donde, con paciencia y dedicación, acompaña a jóvenes y adultos en procesos de crecimiento personal.
Una de las experiencias más significativas ocurrió con un joven que nunca había leído un libro completo. En seis meses, guiado por Víctor, devoró 30 títulos. “Hoy es el que está generando cambios en su propia familia. La lectura no solo lo transformó a él, sino a todo su entorno”, destaca.
El programa también fue implementado en cárceles, donde los resultados sorprendieron a todos. “Trabajé en Tacumbú, donde los internos comenzaron a leer, reflexionar y cambiar su actitud. Uno de ellos, que entró desde los 13 años por hurto, hoy es un pequeño empresario en Buenos Aires”, relata emocionado. La experiencia incluso ayudó, según asegura, a lograr la ley de salida transitoria para los internos que participaban del programa.
El entrevistado recuerda que, en 2006, el Ministerio de Educación declaró el programa de interés cultural mediante una resolución. En tanto que la Cámara de Diputados también emitió una declaración favorable. Además, existen dictámenes técnicos tanto de la Dirección de Currículum como de la Dirección de Educación Básica que aprueban su implementación, agrega.
Sin embargo, a pesar del reconocimiento oficial, el proyecto nunca logró consolidarse de forma permanente en el sistema educativo. “Me invitan a las escuelas, llevo los libros, acompaño a los chicos, pero cuando los resultados empiezan a sobresalir, hay resistencia. A veces los estudiantes superan a los propios docentes en pensamiento crítico, y eso no siempre es bien recibido”, lamenta.
Hoy, Víctor Cabral vuelve a tocar puertas, con la esperanza de que el Ministerio de Educación considere de forma seria la incorporación de la lectura formativa al currículo nacional. “La educación no se trata solo de acumular conocimientos técnicos, sino de formar seres humanos capaces de pensar, sentir y actuar con conciencia”, afirma.
Con testimonios reales, resoluciones en mano y una larga lista de libros transformadores, Cabral sigue adelante con su misión: sembrar conciencia, una página a la vez.
La tristemente célebre “Pascua Dolorosa”
“Nada de lo que se diga que ocurrió en Misiones es exagerado”. Poco tiempo después del histórico golpe que derrocó a Alfredo Stroessner en 1989, Raúl Monte Domecq y Guillermina Kanonnikoff impulsaron un proceso judicial contra los responsables del asesinato, mediante tortura, de Mario Schaerer Prono en 1976, uno de los referentes de la extinta Organización Político Militar (OPM).
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20 de abril de 2025 09:17
Por Gonzalo Cáceres – Periodista
La querella fue contra Alfredo Stroessner, el ministro del Interior (Sabino Augusto Montanaro), el jefe de Investigaciones (Pastor Coronel), el jefe de la Policía Nacional (Alcibiades Brítez Borges) y los torturadores Nicolás Lucilo Benítez Santacruz, Camilo Almada Morel y Juan Aniceto Martínez Amarilla.
Así empezaba la búsqueda de justicia para las víctimas del quizás más brutal episodio de represión de la dictadura stronista.
EL CONTEXTO – OPM
El 3 de abril de 1976 caía el estudiante paraguayo Carlos Brañas en la aduana de Encarnación, durante un control policial rutinario tras cruzar el río Paraná en lancha. El susodicho portaba documentos de identidad falsos y escritos de la Organización Político Militar (OPM), lo que inmediatamente llamó la atención de los agentes.
La oficina de Investigaciones de la Policía Nacional se encontró de frente con un movimiento clandestino, subversivo y que, en los papeles previos, pretendía instalar la resistencia armada contra la dictadura por lo que, con la información extraída de Brañas, se desató una feroz ola de allanamientos y detenciones.
La plana mayor de la OPM fue arrasada en las siguientes horas (en este punto se da la captura de Mario Schaerer Prono) y su precaria estructura desbaratada casi del todo con el correr de los días. La pesquisa constató que la OPM no solo estaba conformada por estudiantes secundarios de la burguesía capitalina y de los círculos universitarios locales y fronterizos, también contaba con profundas ramificaciones entre los dirigentes campesinos y religiosos de las Ligas Agrarias Cristianas (LAC).
Esta situación le cayó como anillo al dedo a Stroessner, porque aprovechó el episodio para golpear a personas e instituciones que nada tenían que ver con el asunto. El dictador dejó caer su maquinaria represiva sobre los referentes del campo, a sabiendas de que la experiencia de las Ligas Agrarias Cristianas (y su modelo social y político) se extendía como pólvora encendida por el interior del país desde hacía un buen tiempo.
OPM – ‘PASCUA DOLOROSA’
Es así que en la Semana Santa del 76 llegaba el temido comisario Camilo Almada Morel (alias ‘Sapriza’) a San Juan Bautista, capital del departamento de Misiones. Se instaló en la cárcel de Abraham Cue, un edificio antiguo con forma de ‘U’ empotrado en el núcleo urbano de la ciudad.
Desde allí procedió a dar caza a cualquiera con olor a sospechoso, o de simpatizar con las ideas de la OPM, con el apoyo de los soldados de la Tercera División de Infantería del Ejército Paraguayo, policías, alcaldes de compañía y los infaltables milicianos (civiles de la seccional colorada local).
Alfredo Boccia Paz relata en su obra “La Década Inconclusa” los terroríficos episodios que se sucedieron. “Los campesinos eran llevados a Abraham Cué de a uno. Allí hubo el mismo proceso vivido por los militantes asuncenos unos días antes en Investigaciones: la tortura. Pero aquí con el estilo más bruto y bestial que imponía Camilo Almada Morel. El tormento sufrido por los agricultores apresados supera los límites de lo creíble”.
Los testimonios de los sobrevivientes fueron recopilados en el libro “Ko’aga roñe’eta” (Ahora hablaremos), editado por la CEPAG. El título surge de la frase que pronunció Almada Morel (”¡Ko’aga reñe’eta!) cuando le cortó los labios con un cuchillo a uno de los tantos desdichados que le tocó ‘procesar’.
HORROR TOTAL
La población entera de San Juan Bautista estaba sumergida de lleno en el miedo. Los niños cuyos padres fueron encarcelados quedaron vagando por las compañías, de los mismos los alcaldes tomaron las propiedades y todo objeto que les apetecía. El abuso sexual de menores y mujeres y el robo sistemático fue una constante.
La impunidad de los agentes estatales era tal que, según una versión difundida luego por el hoy Monseñor emérito Mario Melanio Medina, “Sapriza”, cruzando raudamente una tarde la ciudad, atropelló y mató a una criatura de seis años que estaba sentada a la vera del camino. Nadie se atrevió a reclamar.
Los testimonios también indican que ‘Sapriza’ tuvo directa participación en el asesinato del dirigente Diego Rodas, quien fue ejecutado tras dos días de brutales torturas. “Nada de lo que se diga que ocurrió en Misiones es exagerado”, alega Boccia Paz.
Los privados de libertad abarrotaron la cárcel de Abraham Cue y la Delegación de Gobierno. Un memorándum policial, firmado por ‘Sapriza’ a mediados de mayo del 76, indica que la situación llegó a tal punto que 84 campesinos tuvieron que ser remitidos a Asunción. Ocho asesinados fueron catalogados como “desaparecidos”, quedando para siempre en algún punto de Abraham Cue o los montes vecinos. Sus cuerpos nunca fueron entregados a los familiares.
El coronel Delis Villar Marecos relató al Diario ABC Color en 1992 que en esa época él era comandante de compañía. Afirmó que su trabajo fue recoger los informes sobre los procedimientos realizados en Abraham Cue. Según su versión, Stroessner llamaba todos los días a las seis de la mañana al general Eduardo Sánchez, superior de Villar Marecos en la Tercera División de Infantería, para conocer los avances de la investigación. “Yo, en cumplimiento de la orden de mi comandante (Sánchez), iba a traer los informes para el Presidente de la República”.
Stroessner sabía de la carnicería desatada por Almada Morel y sus secuaces.
“SAPRIZA”
De entre los torturadores, Camilo Almada Morel era bien conocido, y temido, por ser de los más salvajes agentes de la dictadura. Fue el principal artífice de la tristemente célebre “Pascua Dolorosa”.
Este infame personaje nació el 18 de julio de 1941 en Acahay, hijo de Don Serafín Almada y Doña Juliana Morel. Su residencia se encontraba en Purificación y Primera. Sobre su recorrido estudiantil y llegada a los cuerpos de seguridad estatales poco o nada se sabe. Fuentes confirmaron que poseía, o posee, acciones en diversas empresas de transporte público (línea 6, entre otras).
Él mismo afirmó durante el juicio por la muerte de Schaerer Prono que su trabajo dentro de la organización de la Policía Nacional era “la del control del servicio extremo político y afines”. Tenía a su cargo el control de los puestos fronterizos (Falcón, Sajonia, Itá Enramada, Aeropuerto Internacional) y también era responsable de “observar el movimiento de los pasos que no estaban habilitados” y lugares “de aglomeración” como la terminal de ómnibus de Asunción o la calle Palma. Sus archivos y la mayoría de datos suyos se perdieron (o hicieron ‘perder’).
Por el caso Schaerer Prono, “Sapriza”, a sus 48 años de edad, guardó reclusión en la Agrupación Especializada desde el 3 de agosto de 1989, pero fue puesto en libertad el 10 de abril del 2014 tras cumplir el cuarto de siglo impuesto.
OTROS PROCESOS
Almada Morel contó con al menos 22 procesos impulsados por el Comité de Iglesias por crímenes de lesa humanidad y otros.
El 1 de septiembre de 1999 recibió 25 años de cárcel por el homicidio de los hermanos Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba. En este caso fue beneficiado con la libertad por la compurgación de pena mínima (12 años y 6 meses), pero no abandonó la prisión al tener la condena del caso Schaerer Prono encima.
También recibió pena máxima por la desaparición de Carlos José Mancuello y Amílcar Oviedo (septiembre de 1976), según explicó el abogado Rodolfo Aseretto.
Pero no todas fueron malas para Almeda Morel, también tuvo sus victorias en Tribunales. En la primera década del nuevo milenio fue sobreseído en otros procesos de igual naturaleza, alguna que otra por “dejadez” del Ministerio Público.
CASO CELESTINA PÉREZ
En diciembre de 2019 nuevamente Almada Morel fue condenado a siete años de cárcel por la muerte de Celestina Pérez de Almada, esposa del activista Martín Almada, querella que comenzó en 1989.
Martín Almada indicó que ‘Sapriza’ causó la muerte de Celestina al hacerle llamadas telefónicas durante las sesiones en que él era torturado, donde le hacía escuchar los gritos y que en una ocasión le llevaron su ropa ensangrentada, lo que terminó por ocasionarle un infarto a la mujer, el 6 de diciembre de 1974.
Sobre este mismo caso, en agosto del 2020, la Sala Penal de la Corte rechazó un hábeas corpus preventivo a favor Almada Morel planteado por el abogado Emigdio Allendre Morel, quien argumentó que el proceso arrancó tras la caída de la dictadura, con lo que a la fecha llevaba ya 31 años. Según alegó, el 29 de julio de 1997 se le dio a su cliente la libertad por compurgamiento de pena mínima, con lo que señala que ya cumplió la pena. Además, apuntó que ya “sobrepasa los 70 años”, por lo que no se le puede dar prisión preventiva por la edad. También se habló de las dolencias que tiene por la edad, y que estaría en peligro en la cárcel por el Covid-19. La Sala Penal de la Corte advirtió en aquel momento que Almada Morel estaba en rebeldía (2020) y que, si quería pedir a la Justicia, debía ponerse a disposición.
Así, entre idas y vueltas, finalmente el 9 de abril de 2022 se informó sobre la muerte de ‘Sapriza’, en el hospital policial Rigoberto Caballero, por “problemas de salud”.
MÁS QUE CIFRAS
La dictadura stronista se saldó con 18.772 torturados, 59 ejecutados extrajudicialmente, 336 desaparecidos, 3.470 exiliados, 107.987 víctimas indirectas, entre familiares y allegados, y 7.851.295 hectáreas de tierras malhabidas, según un estudio de la Comisión Verdad y Justicia (CVJ).
Todavía existen al menos 600 torturadores libres de culpa y pena.
“Quien olvida su historia está condenado a repetirla” – Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana.
Yuyú, cincos años sin rastros y aún persiste el milagro
El 15 de abril del 2020, la pequeña Juliette desapareció misteriosamente de su ciudad Emboscada. A cinco años, muchos misterios giran alrededor del hecho. Se realizaron más de 40 allanamientos, rastrillajes, declaraciones a testigos, una sola persona fue condenada, pero nada se sabe de ella, ¿dónde está Yuyú?
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19 de abril de 2025 16:30
Juliette, más conocida como Yuyú, fue vista por última vez jugando con los animales en inmediaciones de su casa ubicada en la compañía Isla Alta de la ciudad de Emboscada, en el departamento de Cordillera.
El caso conocido como “la niña de Emboscada” llenó a todos los paraguayos de preguntas que hasta el momento siguen sin responderse. Momentos dramáticos y de incertidumbre giraron alrededor de la pequeña.
Desapareció repentinamente, nadie vio quién la llevó o para dónde fue. Desde ese 15 de abril del 2020 comenzó una intensa búsqueda por hallar a la pequeña con vida, pero su madre Lilian Zapata y su padrastro Reiner Oberuber se llamaron al silencio, las sospechas giraron hacia ambos.
Cabe destacar que Juliette tiene una discapacidad, la cual le impide comunicarse, es por eso que nadie pudo escucharla gritar, al menos es lo que señalaron los testigos.
Lilian, la mamá, declaró que ese día de la desaparición, ella se encontraba en la cocina y desde la ventana, controlaba a Juliette, veía que la niña jugaba con las cabras, pero no supo responder en qué momento la perdió de vista.
Reiner, el padrastro, por su parte, declaró que, al momento de su desaparición, él fue a una agroveterinaria y al regresar, ya encontró a Lilian en búsqueda de su hija.
Muchas contradicciones en las declaraciones de ambos despertaron suspicacias en los investigadores, por lo que, ambos fueron imputados por el Ministerio Público.
Desde ese momento, muchas hipótesis se manejaron, trata de menores, tráfico de órganos, homicidio y desaparición, accidente, pero ninguna fue corroborada hasta ahora.
Varios operativos se realizaron, pero todos sin éxito. Solo la madre de la pequeña. Lilian Zapata, fue condenada en el 2023 a 6 años de prisión por abandono y violación al deber del cuidado, y está recluida en el penal de Buen Pastor. En tanto, el padrastro Reiner Oberuber, acusado primeramente por pornografía infantil, fue absuelto de culpa.
Pasaron cinco años y las autoridades continúan investigando, quizás no con la misma intensidad, pero sí con el mismo deseo de todos los paraguayos: que aparezca viva.
Ludopatía, una enfermedad que requiere tratamiento, pero tiene una barrera
Ir al doctor por un problema físico es considerado lo más normal del mundo, pero acudir por una adicción, sea esta al juego u otras actividades, es visto con prejuicios propios y de terceros, que impiden llegar a una solución. Analizamos la situación desde la óptica psiquiátrica.
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19 de abril de 2025 10:15
La barrera principal para acceder a un tratamiento psiquiátrico está en los estigmas impuestos por nosotros mismos y por la sociedad. Existe ese mito de que los problemas más leves los trata el psicólogo y lo más grave el psiquiatra lo que coloca a esta especialidad en un eslabón de fatalidad, sin embargo, no son más que abordajes diferentes para un mismo problema.
Esta es la reflexión del doctor Miguel Ángel Cuellar quien recalca que hoy en día todos los tratamientos no multidisciplinarios. “No es este o el otro, sino este y el otro, porque muchos problemas se abordan a través de fármacos, otros con terapia o la combinación de ambos”, explicó, en una entrevista con el canal Gen.
Los motivos para acudir a una consulta psiquiátrica pueden ser muy variados, pero hoy nos enfocaremos en apenas uno de ellos: la ludopatía, definida como una enfermedad que consiste en la adicción a los juegos. Además, como una adicción comportamental o sin sustancias.
El primer paso para salir de esa adicción es precisamente entender que es una enfermedad. Desde ese momento, el abordaje es diferente, pues, de lo contrario, lo que otros ven es simplemente una persona viciosa y en malas andanzas.
CUANDO EL ENTORNO SE DA CUENTA Y EL AFECTADO NO ASUME
Esa es la característica principal, la persona se da cuenta, pero trata de esconder, luego, también la familia trata de esconder, pues nadie dice: “mi hermano es adicto al juego”.
Siempre se puede hacer algo, lo que ayuda a esa persona es la motivación que tenga para generar un cambio, y eso puede ser, reducir un nivel, hacer algo para empezar. Hay que saber que la persona con ludopatía la padece, no la disfruta.
En el pensamiento siempre hay mucha distorsión, ejemplo: voy al casino, como llevé este saco azul, me dio suerte. Una frase muy utilizada es la de “estoy en racha”. También empiezan a asociar cosas que no tienen asociación o a pensar que es más probable que ganen antes que pierdan.
Son personas que sufren mucho, por más de que el entorno diga que mucho ya le hablaron, etc, son intervenciones que no tienen una eficacia, el sentarse a hablar con él, retarle.
Muchos piensan que tienen que tocar fondo para recibir ayuda, pero en realidad no, hoy se encara lo que es reducción de daños, porque siempre lo que piensa es parar de jugar y eso no es muy fácil, es muy dicotómico lo que piensan algunos.
En ese sentido, desde la psiquiatría se trata de trabajar mucho la conciencia de enfermedad, asumir que está siendo un problema. “Generalmente minimizamos y comparamos con otro que tiene un problema más grave”, afirmó.
La ludopatía es uno de los problemas de salud mental con mayor abordaje multidisciplinario. Se utilizan medicamentos, psicoterapia y grupos de autoayuda como Jugadores Anónimos. Estos grupos ayudan a tener mucha introspección de cómo me van sucediendo las cosas y permiten evidenciar que las conductas son muy repetitivas.
¿ES CURABLE?
Son enfermedades crónicas, se llevan por muchos años, actualmente se controla. Cuando hablamos de éxito hay que ver cuáles son los parámetros, por ejemplo, un paciente que hace dos meses no juega, otro que juega una vez a la semana, es un éxito para cada uno, en cambio para la sociedad es si dejó de jugar o no.