El Papa Francisco, quien murió hoy a sus 88 años, dejó un legado en todo el mundo. En ese sentido, cómo fue su relación con su continente, América Latina: qué países visitó y cuáles fueron las frases que llamaron al pensamiento y a la reflexión.
Jorge Bergoglio asumió al frente de la Iglesia Católica el 13 de marzo de 2013 y en sus 12 años en el Pontificado, recorrió 66 países. De ese número, 10 se encuentran en Latinoamerica.
La primera nación a la que concurrió siendo Sumo Pontífice fue Brasil entre el 22 y el 29 de julio de 2013 para participar de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud que se llevó a cabo en Río de Janeiro.
Allí llamó a traer de vuelta a quienes abandonaron la religión, y fiel a su estilo con consciencia social, le pidió a los católicos ir a las favelas (villas miserias).
Fue en este evento cuando Francisco dijo la frase que recorrió el mundo entero, «hagan lío».
«Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío, va a haber, que acá en Río va a haber lío, va a haber, pero quiero lío en las diócesis», manifestó
Y agregó: «Quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir»
Porque «si no salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG», afirmó.
Dos años más tarde en 2015 del 5 al 12 de julio visitó Ecuador, Bolivia y Paraguay. Allí pidió perdón por los crímenes contra los indígenas y en un discurso cargado de política cuestionó la economía actual.
«Pido humildemente perdón, no solo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América», expresó.
Luego del 19 al 28 de septiembre de ese año, estuvo en Cuba. Su presencia se dió en el momento en el que Washington impulsaba una distensión con La Habana.
Es por eso, que el Papa pidió «justicia, paz, libertad y reconciliación».
Un año después, del 12 al 18 de febrero de 2016, recorrió México donde abordó temas como la corrupción, la violencia, la pobreza, los feminicidios y la migración en el marco de una misa en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, símbolo del sufrimiento que padecen los migrantes.
En esa línea, se reunió con víctimas del narcotráfico y con defensores de los derechos humanos.
En 2017 pisó Colombia luego del acuerdo de paz que firmó el Gobierno y las guerrillas de las FARC. El Sumo Pontífice puso el foco en la necesidad de la reconciliación y escuchó los testimonios de víctimas y victimarios.
«La paz es posible cuando se reconoce el otro como verdadero hermano»,les dijo a los colombianos a quienes llamó a pedir «perdón y también a perdonar».
En 2018 estuvo en dos naciones: Chile y Perú.
Concurrir al territorio chileno fue uno de los viajes más difíciles que hizo Francisco, ya que, sucedió en medio de un caso de abuso de menores por parte de sacerdotes.
Se trató del obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos del sacerdote Fernando Karadima.
El Papa primero defendió a Karadima y definió a las acusaciones como «calumnias». Pero luego se retractó y pidió perdón.
En cuanto a sus días en Perú, se centró en la defensa del Amazonia. Viajó a Puerto Maldonado y conversó con representantes de pueblos indígenas amazónicos.
El último país de América Latina fue Panamá en el 2019 durante la Jornada Mundial de la Juventud.
«Ustedes no son el futuro. Son el ahora de Dios», fue el mensaje que le trasmitió a los jóvenes.
Pidió especialmente no criminalizar a los pobres y habló sobre la situación que atraviesan los migrantes, debido a que, la Selva del Darién, la selva más peligrosa de Latinoamerica que cruzan los migrantes para poder llegar a EEUU, se ubica entre Panamá y Colombia.