En la Legislatura Porteña, el fútbol argentino le rindió homenaje a uno de sus íconos más irreverentes. Sobre la avenida Presidente Julio A. Roca, desfilaron figuras del deporte, amigos, familiares e hinchas que no quisieron perderse el último adiós al “Loco”. Cada abrazo, cada anécdota compartida, recordó al arquero que desafió las reglas, hizo del arco un show y dejó una marca imborrable en la historia del fútbol.
«Era un loco. Como era dentro. Un tipo distinto. Distinto en su forma, distinto en su vestir, distinto en su profesión«, arrancó diciendo Guillermo Coppola, quien fue su representante. «Para mi fue un amigo, un representado, pedazo de la vida de uno. Hoy los hijos son quienes más lo sienten. Hablaba, últimamente menos. Cuando se fue la esposa, Nacha, empezó a caer, lo bajoneó mucho, pero le ponía actitud, iba al programa de televisión en España», continuó emocionado.
En palabras del representante, Gatti era “un rebelde” dentro de la cancha, que aportó al fútbol argentino su estilo único. «Marcó una época. Jugó en Boca, jugó en River, jugó con Amadeo, que era su ídolo. Con Fillol había una sana competencia pero se respetaban y se querían, eran rivales no enemigos. El Beto Alonso con sus declaraciones también lo cuenta», detalló Guillermo, quien compartió momentos inolvidables con Hugo.
Coppola reconoce que Gatti lo ayudó muchísimo en el desarrollo de lo que es la profesión de representante. «Ya llevo 51 años, fue uno de los primeros, y uno de los primeros grandes. Después vinieron Gareca, Ruggeri, Fillol, Mostaza, JJ., el Chino Benítez, Marito Sanabria, Pumpido, tantos, pero él me puso la frente, me puso el pecho para las primeras publicidades. Fue un pionero y a mí me dio una gran mano porque ahí empecé yo a caminar lo que era un mundo que no existía, así que yo soy un agradecido».

Otro gran amigo de Gatti que estuvo presente fue Jorge Higuaín, colega del «Loco» en Boca durante los años 1986 y 1987. Pipa estaba muy afectado. Sin embargo, le dedicó unas palabras: «Gatti fue uno de los grandes compañeros de mi carrera. Yo lo conocí de grande cuando compartimos plantel en Boca. Hicimos un vínculo familiar muy bonito con él y también con su mujer, Nacha, una gran persona. Solíamos compartir muchos momentos lindos, después de cada partido. Y esa clase de vínculos perduran por toda la vida», recordó Higuaín.
Cuando empieza a contar lo que Hugo significó en su vida, a Jorge se le quiebra la voz y los ojos se le llenan de lágrimas. El dolor y la admiración se le escapan en cada gesto, en cada pausa. «Yo cuando me vine de Francia para Argentina, uno de mis hijos, Gonzalo, se enfermó de meningitis con seis meses. Estuvo internado un mes en el hospital de niños y él, siendo un figura del fútbol argentino que no podía salir a la calle, venía todos los días al hospital para hacerme compañía a mi mujer y a mí. La emoción me invade, son cosas que no me voy a olvidar en mi vida«, confesó.
Y agregó: «Mucho dolor por la pérdida por la manera en que se va pero a la vez por todo lo que venía sufriendo, me siento más tranquilo que hoy está en mejores manos, está con Dios, está con su mujer que se va a volver a encontrar y eso me deja tranquilidad».
Los sentimientos de Jorge Higuaín resonaban en cada rincón del Salón Presidente Juan Domingo Perón. En pequeños grupos, amigos, excompañeros y fanáticos se reunían alrededor del féretro, compartiendo recuerdos, anécdotas y frases que se repetían como “era un artista”, “un personaje único, imposible de repetir”. Entre lágrimas y sonrisas, flotaba una pregunta que nadie lograba responder del todo: ¿Con quién se puede comparar al “Loco”?

Carlos Randazzo, excompañero de Gatti en Boca, también se hizo presente para darle el último adiós al arquero: «Fue un ídolo, tuve la suerte de poder jugar con él. Un distinto de esos que aparecen muy poco en su puesto y como persona era un muchacho tímido, pero que adentro de la cancha era totalmente al revés». Lo que más recuerda Randazzo es que el «Loco» se la pasaba diciendo que no era arquero sino un jugador de campo que tenía la posibilidad de atajar la pelota con la mano. «No le gustaba ser arquero«, rememoró emocionado.
Otro que conoció al ícono dentro y fuera del campo fue Enrique Hrabina. «Hemos vivido cosas más allá de lo profesional. Salíamos constantemente con la familia, lo conocí en las dos facetas; la que era un personaje como jugador y otra clase de persona en su vida particular. Afuera de las canchas era totalmente retraído, no le gustaba mucho el trato social, era muy parco, pero con mucha grandeza».
Para Hrabina, Gatti era mucho más que un arquero: cuando se encendía una cámara o pisaba el área grande, se transformaba en un actor. «Cambiaba su personalidad y se disfrazaba de otra cosa y hacía lo que hacía. Las genialidades que ha hecho van a ser incomparables, una forma de ser, un estilo de jugador diferente. Él siempre decía que era un distinto porque podía usar las manos, pero él era un jugador», recordó.

«Era un arquero que daba seguridad, confianza, de ganador, de sacarte para adelante porque estaba él atrás», cerró Hrabina. Hugo Orlando Gatti se fue, pero dejó atrás mucho más que atajadas y títulos. Dejó estilo, personalidad, una forma única de vivir el fútbol. Fue arquero y showman. Un ídolo incomparable. Por qué como dijo Higuaín: «Si quieren ver algo como Gatti entren en YouTube, porque nunca más en la vida van a ver un arquero como él».
También estuvieron el presidente de Boca, Juan Román Riquelme, y su eterno rival ,el Pato Fillol, en el funeral de Gatti. Sobre el final de la tarde, su hijo Lucas Cassius atendió a los medios: «Nos ha enseñado a festejar la vida, es un tipo que nos dio ese mensaje. Siempre desdramatizó, lo vamos a recordad con alegría porque tenemos mucho para reír y celebrar haber compartido tantos años de vida con un tipo tan especial. Tendremos que lidiar con el vacío que va a quedar pero es parte de la vida».
Lucas Gatti, hijo de Hugo «El Loco» Gatti recordó a su padre y su legado en el fútbol.
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«El loco si sabía que hacíamos esto, nos mataba», dijo Lucas sobre el velatorio en la Legislatura. «Pero, además de ser nuestro padre ya es un personaje que pertenece a la gente… la gente, sus compañeros se merecían tener un momento para despedirlo», se justificó. «Este fue un momento que este juego pertenece a la alegría de la gente, no al dinero».
«ADEMÁS DE NUESTRO PADRE, ES UN PERSONAJE QUE PERTENECE A LA GENTE»
Lucas, hijo de Hugo Orlando Gatti, habló en el velatorio del ex arquero argentino y recordó a su padre. pic.twitter.com/ScZLEoRTp9
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