Los Boston Celtics tomaron una ventaja de 2-0 sobre el Orlando Magic, al imponerse 109-100 anoche en el TD Garden, con Jaylen Brown anotando 36 puntos mientras que Jason Tatum estuvo ausente por lesión.
Brown, de 28 años, disputó 42 minutos en los que, además de los 36 puntos, sumó 10 rebotes y cinco asistencias.
This is so pure 🤦🏽♂️ Jaylen Brown progression as a scorer needs to be studied. pic.twitter.com/jxANSEXSTe
— Ball Don’t Stop (@balldontstop) April 24, 2025
Jason Tatum sufrió un golpe en la muñeca en la recta final del primer partido de la serie frente a Orlando y no fue convocado.
Defensivamente, los Celtics impusieron condiciones limitando a Orlando a una efectividad del 24%(7/29) desde la línea de tres.
El cuadro de Florida no pudo superar los 30 puntos en ninguno de los cuatro períodos. Kristaps Porzingis terminó con un doble-doble de 20 puntos y 10 rebotes mientras que el dominicano Al Horford fue titular y disputó 32 minutos en los que anotó nueve puntos y 10 rebotes.
Por Orlando, Paolo Banchero lideró el camino con 32 unidades.
La serie de primera ronda continuará el viernes en el primero de dos partidos consecutivos en el Kia Center en Orlando, Florida.
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Este martes, en el Mercato La Caoba del Shopping del Sol, se llevó a cabo la presentación oficial del MZR Moto Team, la flamante escudería que debutará esta temporada en el campeonato de motociclismo de velocidad organizado por la Asociación de Moto Velocidad del Paraguay (AMVP).
El equipo estará representado por dos pilotos: Narito Pereira, quien competirá en la exigente categoría GP PRO, y Milko Oddone, quien lo hará en la GP Evo. Ambos corredores participaron del evento de lanzamiento y manifestaron su entusiasmo de cara al inicio de la competencia.
Con una sólida trayectoria en el rally nacional e internacional, MZR apuesta ahora por una nueva disciplina, marcando su ingreso al motociclismo de velocidad con la intención de trasladar al asfalto los éxitos cosechados en las rutas de tierra.
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El alemán Alexander Zverev, número 2 del mundo y favorito a conquistar el Masters 1000 de Madrid, restó este miércoles importancia al incidente que vivió el viernes pasado con un aficionado que le increpó durante los cuartos del torneo de Münich.
El tenista de Hamburgo pidió al juez de silla del partido que expulsara al individuo que le había recriminado las acusaciones de maltrato a una ex pareja, por lo que fue juzgado en el pasado antes de que el caso quedase archivado.
«No pasa nada. En Münich el público fue increíble. Ya lo dije antes: en el partido de cuartos de final contra Griekspoor estaba mentalmente desconectado y el público fue quien me ayudó a recuperarme. Gané el partido gracias al público, así que no me puedo quejar en absoluto», explicó en rueda de prensa en Madrid.
«Pero, bueno, siempre habrá uno o dos idiotas en todas partes. Pasa en todos los deportes. Lo tienes en el fútbol, en las carreras, en el tenis, en cualquier otro lugar. Es así, así es el deporte. Pero para mí, el público estuvo increíble en Münich», insistió Zverev, que ganó precisamente ese torneo el pasado domingo.
Zverev, que ha conquistado en dos ocasiones el torneo madrileño, confía en hacer una buena actuación en Madrid: «Espero poder continuar este año como lo hice los últimos años, ganando grandes partidos y llegando lejos en el torneo. Así que eso, sin duda, es algo que me ayuda cuando vengo a Madrid», recordó el número dos del mundo.
El alemán tiene la posibilidad de convertirse en el número uno, al igual que el español Carlos Alcaraz debido a la sanción a Jannik Sinner por dopaje. Precisamente, también fue preguntado por los controles antidopaje.
«Es un proceso molesto porque tenemos que estar en un lugar determinado todos los días, dar detalles de dónde vamos a estar durante aproximadamente una hora al día. Pero, al mismo tiempo, si no llegan a la hora que les dimos igual te tienes que volver», dijo.
«A mí me pasó a finales del año pasado (…) cuando estaba recogiendo a mi hija en el aeropuerto de Niza, y luego, en el control de dopaje, mi turno era como a las siete o las ocho y llegaron a las nueve», contó.
«Me llamaron y me dijeron que tenía que volver y les dije que no podía porque tenía que recoger a una niña de tres años. Y me respondieron que tenía que volver pasara lo que pasara. Eso es lo más molesto, porque es como si me estuvieran quitando un poco la libertad de vivir», sentenció.
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