Demian Reidel, jefe de asesores del presidente Javier Milei, confirmó este miércoles que la Argentina está buscando desarrollar la industria de la Inteligencia Artificial (IA) sin regulaciones, al considerar que dichos controles «son un tiro en los pies» para las inversiones.
Bajo el marco de un encuentro organizado por el Rotary Club en el Hotel Libertador, Reidel sostuvo: «No vamos a ser líderes si armamos regulaciones, vienen menos inversiones. No queremos tiros en los pies con regulaciones que no le importan a nadie».
El jefe de Gabinete del Consejo de Asesores del Presidente asumió durante esta jornada la presidencia de Nucleoeléctrica S.A., una empresa estatal que opera las centrales nucleares del país.
Puntualizando en la energía nuclear, Reidel destacó que el país se encuentra ante una oportunidad de convertirse en exportador de la misma: «Podemos ser el primer país con capacidad de producir de forma masiva la energía que todo el mundo quiere».
Además, aseguró que no se avanzará con el proyecto de construir un reactor nuclear con capitales de China, el Atucha III, en medio de un alineamiento total del Gobierno con Estados Unidos.
Las fases del plan nuclear argentino
Como punto de partida, se presentó un plan dividido en tres etapas, cuya primera fase contempla la incorporación de cuatro reactores nucleares modulares pequeños, cada uno con una capacidad de 300 megavatios (MW), lo que sumará 1.200 MW adicionales al complejo Atucha, ubicado en la localidad bonaerense de Lima. En la actualidad, la Argentina cuenta con 1.763 MW de generación nuclear, dentro de una matriz energética total de 44.000 MW de potencia instalada.
En la fase 2, habrá exportación de esta tecnología de reactores y de uranio, el combustible necesario para que funcionen: «Hoy exportamos 0 uranio. Vamos a hacer como con el ‘modelo ‘Gillette’, que vende las maquinitas de afeitar y los repuestos. Argentina puede ser una potencia nuclear global«, remarcó Reidel.
La tercera etapa contempla el desarrollo de una ciudad nuclear en la región patagónica, destinada a alojar centros de datos en un entorno frío, lo que permite reducir el consumo energético necesario para enfriar los equipos. Estos sistemas estarán preparados para sostener la expansión de la inteligencia artificial, una tecnología que demanda un uso intensivo de electricidad.