El FMI proyectó un crecimiento del 5,5% para Argentina y el EMAE confirmó la reactivación con una suba del 5,7% en febrero
El Fondo ratificó sus proyecciones tras la aprobación del nuevo programa con el Gobierno y destacó “sorpresas positivas” pese al ajuste fiscal. En paralelo, el INDEC informó una fuerte suba interanual de la actividad económica, impulsada por el comercio, la industria y la intermediación financiera.
El Fondo Monetario Internacional sostuvo que la economía argentina crecerá un 5,5% este año, a pesar del freno generalizado que atraviesan los principales mercados del mundo. Las proyecciones del organismo se conocieron en la apertura de la Asamblea de Primavera en Washington y confirmaron el pronóstico incluido en el acuerdo cerrado con el Gobierno el pasado 11 de abril. El informe también detalló que la inflación promedio anual se ubicará en torno al 35,9% y que el desempleo bajará al 6,6%.
Mientras los funcionarios argentinos viajaban a la capital estadounidense para participar de las reuniones, el Fondo publicó su evaluación sobre la actividad global. El panorama mostró una desaceleración significativa, con una expectativa de crecimiento mundial del 2,8% en 2025. La guerra comercial impulsada por Estados Unidos y la incertidumbre política empujaron a la baja todas las previsiones. Las economías más avanzadas crecerán apenas un 1,4%, mientras que los países emergentes enfrentarán también una ralentización. El reporte señaló que “la intensificación de una guerra comercial, junto con una incertidumbre aún mayor en materia de política comercial, podría reducir aún más el crecimiento”.
En el caso argentino, el informe del FMI valoró la mejora de las expectativas tras las reformas impulsadas por el Gobierno nacional. “Ha habido una recuperación en la confianza y eso nos ha permitido hacer este pronóstico”, explicó la vice economista jefe Pietra Brooks. También señaló que el repunte se dio “pese a un ajuste fiscal bastante marcado”.
Desde la dirección del organismo, la evaluación sobre el rumbo económico local fue positiva. La directora gerente, Kristalina Georgieva, consideró que la Argentina “logró grandes avances a través de reformas estructurales y disciplina fiscal”. Y añadió que “las perspectivas de crecimiento de Argentina pueden caer un poco debido al ambiente global, pero viene de una recesión a un 5%, con una inflación de dos dígitos a un dígito mensual y, lo más importante, la pobreza de más del 50% a menos del 40%”.
Al mismo tiempo, los datos internos también mostraron señales de recuperación. Según el INDEC, el estimador mensual de actividad económica creció un 5,7% interanual en febrero y subió 0,8% frente a enero. Once de los sectores medidos registraron mejoras. Entre ellos, sobresalió Intermediación financiera, que escaló un 30,2%, seguida por Comercio y Reparaciones (7,4%) e Industria manufacturera (5%).
El economista Eugenio Marí sostuvo que el alza de la actividad económica podría empujar al PBI hacia una expansión aún mayor. “La actividad económica volvió a crecer en febrero, manteniendo un ritmo de expansión por encima del 5%. Y tras la unificación del mercado de cambios y la eliminación de restricciones a los movimientos de capitales, incluso podría acelerar para cerrar el 2025 con una expansión del PBI más cerca del 6%”, afirmó.
Marí destacó que la reactivación responde a “un reacomodamiento de la estructura económica” por efecto de los nuevos incentivos. Y remarcó que la clave será avanzar con mayor velocidad en las reformas estructurales. “La clave en esta transición es acelerar la implementación de las reformas que aumenten la productividad y bajen los costos no salariales, como las privatizaciones, la reforma impositiva y la laboral”. También sostuvo que el resultado de las elecciones legislativas definirá si se abre una etapa de reformas profundas: “Si el próximo Congreso es más amigable a cambiar las leyes que perjudican la competitividad argentina, entonces el país podrá entrar en un círculo virtuoso de reformas, reducción de la percepción de riesgo, crecimiento y baja de impuestos”.
A pesar de las señales favorables para Argentina, el FMI advirtió que el escenario internacional continúa expuesto a múltiples riesgos. Las tensiones comerciales impuestas por la Casa Blanca y los cambios abruptos en las políticas arancelarias podrían agravar la fragilidad del sistema monetario. El organismo recomendó a los gobiernos “trabajar de manera constructiva para promover un entorno comercial estable y previsible” y “abordar los desequilibrios estructurales y de política interna”.