Tras un histórico funeral, el papa Francisco ya descansa en la Basílica Santa María la Mayor de Roma. Fue la primera sepultura de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903. Esa decisión no fue tomada al azar, y con tan solo hacer un poco de memoria, queda en evidencia que se condice con una serie de hechos que caracterizaron su pontificado.
El Santo Padre argentino murió a los 88 años, y eligió que su descanso eterno fuese en los brazos de una madre. Él mismo contó que la basílica que venera a Salus Populi Romani, también conocida como Nuestra Señora de las Nieves, siempre fue su lugar seguro, su templo predilecto para reflexionar, encomendarse, y conectar desde lo más profundo con la fe.

Y los datos lo respaldan: según informa Vatican News, durante sus 12 años en el trono de San Pedro la visitó un total de 126 veces; la primera fue al día siguiente de haber sido electo y la última el pasado 12 de abril, en vísperas de la Semana Santa .
No son cifras aisladas, sino que forman parte de un conjunto de sucesos. Hablamos del mismo pontífice que varias veces se atrevió a decir en voz alta: “Uno de los grandes pecados que hemos cometido es masculinizar a la Iglesia”, y del papa que canonizó a Mama Antula, la primera mujer argentina que se convirtió en santa.
Le donne, sagradas para el papa Francisco
Las mujeres eran «sagradas» según su concepción. Ese era el adjetivo que usaba siempre. En un recorrido por cada una de sus misas, destaca una homilía que pronunció en la basílica de San Pedro en 2020, por el tenor y la contundencia de sus palabras sobre las mujeres.

«El renacer de la humanidad comenzó con la mujer, y toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer«, expresó en aquel entonces, cuando habló de la violencia de género, la pornografía, la trata de personas, y también de la maternidad.
«Si queremos un mundo mejor, que sea una casa de paz y no un patio de batalla, que nos importe la dignidad de toda mujer», aseveró el papa Francisco. «La mujer es donante y mediadora de paz, y debe ser completamente involucrada en los procesos de toma de decisiones«, reclamó en ese entonces.

«Las mujeres saben ver en profundidad a la persona más allá de sus errores, al hermano más allá de sus fragilidades», prosiguió. «La maternidad a menudo es humillada, porque el único crecimiento que interesa es el económico; la mujer manifiesta que el significado de la vida no es continuar produciendo cosas, sino tomar en serio las que ya están», sentenció.
«La Iglesia es una mujer, es la esposa de Dios»
El 29 de septiembre de 2024, el papa Francisco brindó una conferencia de prensa en el avión que lo traía de regreso a Roma, y abordó las críticas que había recibido de la universidad católica de Lovaina, que cuestionó su supuesta visión “reduccionista” de la mujer, algo que lo sorprendió profundamente, y les contestó.
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El sumo pontífice criticó los accionares de la sociedad.
«Siempre hablo de la dignidad de la mujer y dije algo que no puedo decir de los hombres: la Iglesia es mujer, es la esposa de Jesús», respondió. “Lo femenino tiene su propia fuerza. De hecho, las mujeres, y siempre lo digo, son más importantes que los hombres, y si esto les parece conservador a esas señoras, entonces yo soy Carlos Gardel, porque no se entiende”, agregó, en una clara referencia a sus raíces.
«Veo que hay una mente obtusa que no quiere oír hablar de esto. La mujer es igual al hombre, es más, en la vida de la Iglesia la mujer es superior, porque la Iglesia es mujer: en el ministerio, la mística de la mujer es superior al ministerio sacerdotal; la mujer Iglesia es más grande, y esto a veces no se piensa”, reflexionó.
El papa Francisco y sus históricos nombramientos a mujeres
A principios de 2020, el papa Francisco nombró por primera vez a una mujer en un alto cargo en el Vaticano. La abogada italiana Francesca Di Giovanni, ocupó una de las dos vicedirecciones de la Secretaría de Estado, como subsecretaria de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Di Giovanni trabajaba hacía casi tres décadas en la Secretaría de Estado, especialmente en las áreas de migrantes y refugiados, derecho internacional humanitario, comunicaciones, derecho internacional privado, condición de la mujer, propiedad intelectual y turismo.
«El Santo Padre ha tomado una decisión innovadora, que más allá de mi persona, representa un signo de atención hacia las mujeres», indicaba Di Giovanni en ese entonces en declaraciones al diario del Vaticano L’Osservatore Romano.

Aquella decisión contemplaba también que el mismo periódico denunciaba que entre las cerca de 950 mujeres que trabajaban en el Vaticano, aunque tenían igual salarios que los hombres, muy pocas ocupaban puestos de responsabilidad y de alto nivel de gestión.
En 2022, tras la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, Francisco hizo posible que los laicos, y por ende también las mujeres puedan convertirse en prefectas, que podría traducirse en ministras del Vaticano, un cargo que antes estaba reservado a cardenales y arzobispos.
También nombró a la laica consagrada Maria Lia Zervino como miembro del Dicasterio para los Obispos, el organismo encargado de elegir a los nuevos obispos en el mundo.

Tiempo después, el 25 de julio de 2024, el papa Francisco nombró a Concetta Brescia Morra como miembro del Consejo de Supervisión Financiera del Vaticano. La profesora de Derecho de la Economía en la Universidad Roma Tre y posee una sólida trayectoria académica y profesional se convirtió en la única mujer presente en el organismo.
Así preparó el camino para otros nombramientos históricos: los de las monjas Raffaella Petrini y Simona Brambilla al frente del Estado Vaticano, la primera prefecta de la historia de la Santa Sede, y el Dicasterio de Vida Consagrada, respectivamente. El nombramiento de Brambilla lo hizo este mismo año, en enero de 2025, cuatro meses antes de su muerte.
Concebir a la mismísima Iglesia como «una mujer» ya dice mucho, y el resto de sus acciones ampara su línea de pensamiento, con claras intenciones de sentar precedentes, y así lo expresó, con palabras y gestos, que mantuvo hasta sus últimos discursos públicos.
«Las mujeres mandan»: el día que el papa Francisco habló del machismo
En la misma época, a fines de enero de 2025, pronunció una frase que quedará en la memoria colectiva, una vez más en favor del poder y potencial femenino. Fueron declaraciones que brindó después de recibir a los miembros de la fundación Hilton, de la conocida cadena hotelera, que participa en actividades caritativas.
«Sé que colaboran con algunos dicasterios vaticanos para dar a las monjas oportunidades de crecer en profesionalidad y espíritu misionero. ¡Gracias!», les dijo a los presentes. También criticó que se haya invertido poco en la formación de las religiosas «porque se piensa que las monjas, y en general las mujeres, son de segunda clase«.
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El Papa Francisco habló sobre el papel de la mujer en la Iglesia luego de haber recibido críticas por parte de la Universidad Católica de Lovaina.
«Esto es lo que piensa la gente, pero no olviden que desde el día del Jardín del Edén ellas mandan… ¡Las mujeres mandan!», expresó. «Es importante que las monjas puedan estudiar y formarse; el trabajo en las fronteras, en los suburbios, entre los menos afortunados, requiere personas formadas y competentes», señaló.
«Y, por favor, la misión de las monjas es servir a los últimos, y no ser siervas de alguien«, les rogó. Consciente de que se suele reclamar que no hay suficientes monjas en puestos de responsabilidad, en las diócesis, en la Curia y en las universidades, aseveró: «Es cierto, y debemos superar una mentalidad clerical y machista«.
Ese día, sin saber que le quedaban solo cuatro meses de vida, el papa Francisco repasó sus propios logros. Recordó que nombró a dos religiosas para altos cargos en el Vaticano, Simona Brambilla, y Raffaela Petrini, y felicitó a las tres monjas que se incorporaron al equipo de quienes eligen a los obispos, con derecho a voto.

«Gracias a Dios las monjas están por delante y saben hacerlo mejor que los hombres. Es así… porque tienen esa capacidad de hacer cosas, las mujeres y las monjas. También he oído a obispos decir: quisiera nombrar monjas en algunos cargos de la diócesis, pero sus superiores no las dejan ir. No, por favor, déjenlas ir», les encomendó el papa Francisco.
Luego de esta recopilación de sus acciones, sumado al relato espiritual del cardenal lituano Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la basílica romana de Santa María La Mayor, la decisión de ser sepultado allí resulta fiel a la esencia del sumo pontífice.
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“María me pidió que prepare mi tumba”, dijo Francisco antes de su muerte
El cardenal Makrickas confesó que en 2022 había charlado con Francisco sobre su futuro lugar de descanso eterno, y en un principio le había dicho que seguiría la tradición de ser enterrado en la Basílica de San Pedro. Sin embargo, unas semanas más tarde lo llamó y le dijo: «María me dijo que prepare mi tumba. Me alegra mucho que María no se haya olvidado de mí«.
El mismo cardenal aclaró que Su Santidad no quería que sus restos fuesen enterrados en la capilla porque se considera un lugar de celebración, y no le parecía justo que los fieles fuesen a ver la tumba del papa en vez de a rezar y celebrar los sacramentos de la fe católica.

Así fue como encontraron otra ubicación para su sepultura, y tras su partida siguieron cada una de sus indicaciones, que había dejado bien detalladas. En definitiva, su deseo era muy simple: descansar en los brazos de una madre, tal como predicó a lo largo de su pontificado.