Seba Acosta, líder de Abelardos, falleció dos días antes del show despedida de la legendaria banda de Comodoro Rivadavia. El plan que no pudo concretar.

Seba Acosta, figura del rock barrial de la Patagonia, murió por por una neumonía bilateral que lo tuvo varios días en terapia intensiva, mientras los fans hacían una cadena de oración.
El rock de la Patagonia está de luto desde mediados de abril, cuando despidió dolorosamente a uno de sus grandes referentes: Sebastián «Seba» Acosta, cantante, guitarrista y líder de la banda Abelardos, falleció el jueves 17 a los 43 años, tras semanas de lucha contra una neumonía bilateral en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia.
La tragedia golpeó justo cuando el grupo se venía preparando para su gran concierto despedida, programado para el 19 de abril en el Socio Fundadores, un evento que marcaba el cierre de una trayectoria de 25 años que marcó la escena del rock barrial, primero en la ciudad petrolera y después en toda la región.
«Intenté tener fe… la vida es muy injusta. No merecías estar sufriendo así. Buen show allá arriba Bro, seguro estás buscando lugar para tocar», lo despidió Rulo Acosta en una emotiva publicación en redes sociales tras conocerse la noticia.
Seba había visitado los estudios de SETA TV apenas semanas antes, el 28 de marzo, para hablar sobre los inicios de la banda y el recital que se avecinaba.
En esa entrevista, el músico había compartido su entusiasmo por el show de despedida: «Le estamos poniendo todo el trabajo para que la última, sea una fecha linda», prometió.
Hincha fanático de Huracán de Comodoro, club en el que jugó en Inferiores, carismático y comprometido con su gente, Acosta supo construir un vínculo genuino con sus seguidores, tanto en los escenarios con en las las calles del barrio 1008, que lo vio crecer y en el que siempre se movió como uno más.
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Días antes de su internación, Sebastián Acosta había revelado que, tras la despedida de Abelardos, iniciaría su carrera solista.
En esa misma entrevista, el rocker había revelado su próximo proyecto personal, tras la despedida de su grupo. «Yo tengo ganas de hacer un disco mío”, confesó. Y explicó: “Entonces, es dejar descansar esto para enfocarnos en otra cosa». Era un sueño pendiente que ya no podrá concretar, y que sus seguidores se pierden.
La familia de Acosta también destacó en su mensaje de despedida los planes que quedaron truncos: «Teníamos muchos planes juntos, ahora en nada, pero como dije, la vida es muy injusta. Viviste a tu manera o como te salió, y está bien. Sabes que quedó una última caravana pendiente y vos sí te merecías ese último show, colgar la viola y subirte al avión».
Un símbolo de los barrios de la Patagonia
La historia de Abelardos arrancó en 1999 en un pequeño departamento del barrio 30 de Octubre, conocido como «1008«, en Comodoro Rivadavia. La banda se formó de la mano del «Loco» Fernando Henríquez, quien armó una sala de ensayo improvisada junto al propio Seba, Danilo «Poky» Ruiz, Diego Reyes y el «gordito» Henríquez.
Con influencias que iban desde Pappo’s Blues hasta Pescado Rabioso y Aquelarre, los primeros años del grupo estuvieron marcados por cambios en su formación. Gustavo Ferreyra fue su vocalista inicial, seguido por Roberto Soto, autor de canciones emblemáticas como «La hormiga» e «Ira en tu cerebro«.
El primer demo del grupo llegó en 2003, con seis temas que los llevaron a presentarse en conocidos pubs de la ciudad, como el Sótano, y en espacios emblemáticos como el playón del 1008.
Ese mismo año, alcanzaron un hito importante en su carrera, al tocar como teloneros de Intoxicados y, meses después, acompañando a 2 Minutos en Pico Truncado, en Santa Cruz. El área de influencia del grupo se ensanchaba a toda la Patagonia.
En 2005 lanzaron su segundo demo, «Un mes más«, con 10 canciones que reflejaban su evolución hacia letras de contenido social que retrataban la vida en el sur argentino. Los siguientes años trajeron más cambios en la formación, hasta estabilizarse y consolidarse como referentes del rock local.
El 2009 marcó otro momento decisivo para la banda con la grabación del EP «En Busca/Viejo Hormigón» y su participación en el primer Comodoro Rock, donde compartieron cartel con Las Pastillas del Abuelo y La 25. «Fue una sorpresa ver a tanta gente bajo el viento patagónico», recordaban siempre sobre aquel evento.
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En mayo de 2011, tras meses de grabación, lanzaron «Caminando Lento«, su primer álbum completo. Producido por Gerardo Alcoba, el disco incluyó 12 canciones que mezclaban denuncia social y poesía cotidiana, con ilustraciones que capturaban la esencia comodorense. Temas como «Viejo Hormigón» y «Nubes y las risas» se convirtieron en himnos locales.
La banda había anunciado su retiro de los escenarios para abril de 2025, pero el destino alteró esos planes. El legado de Abelardos y de Sebastián Acosta permanece en esos recitales míticos, demos que circularon de mano en mano, y letras que hablan de «viento, frío y ruido industrial» —una crónica rockera de la Patagonia rebelde que los vio nacer y que ahora llora su partida.