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jueves, mayo 1, 2025

Keum Suk Gendry-Kim: «Vaya donde vaya, siempre hay violencia hacia las mujeres»

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Es delicada al hablar, al sonreir, al mirar discretamente a los ojos y también es delicada al dibujar aunque la mano se mueva con la misma energía que tiene una mariposa al volar, caprichosamente para quien mira, bajo el estricto control de su talento sin embargo. La artista y escritora coreana Keum Suk Gendry-Kim está en Buenos Aires en coincidencia con la 49.º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires invitada por la Asociación Civil de los coreanos en la Argentina y la Fundación Man Young. Esta tarde presentará su hermoso trabajo y cuatro de sus novelas gráficas en la librería Dain de Palermo en diálogo con la escritora Claudia Piñeiro.

Los libros de Keum Suk Gendry-Kim se le parecen: el trazo en tinta negra sobre fondo blanco compone paisajes y personajes de una tierra lejana y desconocida en este sur del sur. Guerras de las que poco se sabe aquí, costumbres que aparecen en el cine, rituales desconocidos. Y sin embargo, ahí está la violencia contra las mujeres, ahí está el maltrato animal, ahí hay familias que buscan a un hijo o un hermano perdido por razones políticas… Los libros de Keum Suk Gendry-Kim se nos parecen.

Cuatro de sus libros están ahora en las librerías, casi como un vendaval: Hierba (Reservoir Books), el más conocido, traducido a 40 idiomas desde 2017 y ganador de varios premios por narrar la vida de la señora Lee Ok-Sun, víctima de esclavitud sexual por parte de las tropas japonesas que ocuparon Corea durante la Segunda Guerra Mundial.

También Perros, una historia entrañable de amor hacia los animales en una cultura que aún consume carne canina; La espera, que a través de la vida de una anciana que busca a su hijo repone el padecimiento de miles de familias, que tras la guerra de Corea en 1950, quedaron separadas por una frontera infranqueable; y Mañana será otro día, que narra la tragedia íntima de la maternidad esquiva, inspirada en la experiencia personal de la autora. Sobre esta obra y sobre ser mujer en Corea y en casi cualquier otro lugar, habló la autora con Clarín una mañana luminosa de otoño en Palermo.

Libros autora Keum Suk Gendry-kim. Fotos: Martín Bonetto.
Libros autora Keum Suk Gendry-kim. Fotos: Martín Bonetto.

–En francés, el título de su libro Hierba es Mauvaises herbes con ese agregado negativo de la mala hierba. ¿Por qué?

–También en coreano hay esa idea, pero en francés concretamente el cambio tuvo que ver con una posible confusión ya que herbe, en general, refiere a la marihuana. Entonces, elegí esa expresión que refiere a esas plantas pequeñas, que de alguna manera también se parecen a las mujeres que fueron sometidas sexualmente por el ejército japonés y que merecían ser tratadas como flores y lo que recibieron fue el desprecio que también reciben esas malas hierbas, vejadas, aplastadas, golpeadas, asesinadas. En este trabajo tan delicado con las traducciones suelo confiar mucho en la editorial de cada país.

–Años atrás, decía en una entrevista que los derechos de las mujeres seguían siendo un tabú para la novela gráfica. Pero sus cuatro libros ahora disponibles en la Argentina están protagonizados por mujeres y refieren precisamente a sus derechos. ¿Qué ha cambiado?

–No solo los derechos de las mujeres eran tabú, también sus problemas o intereses. Pero sucede que a mí lo que me interesa son las verdades, las historias de los seres humanos que están en las sombras. Y siempre intento ver el lado humano de las cosas y contarlo a través de la literatura y la ilustración. Es cierto que ha pasado el tiempo, pero al fin de cuentas, incluso hoy en día todavía tenemos tabúes, todavía tenemos mujeres que son violadas o que son asesinadas y a las que se las sigue responsabilizando por esas agresiones. Ellas son las víctimas, pero callan. De manera que esos temas siguen siendo de actualidad, a pesar del tiempo transcurrido.

Hierba fue el primer libro accesible en castellano y da cuenta del infierno vivido por cientos de chicas y adolescentes coreanas secuestradas por el ejército japonés durante la Segunda Guerra y esclavizadas sexualmente para disfrute de esos soldados. Las llaman «mujeres de consuelo» y lo más escalofriante es que, cuando eran liberadas, no podían volver a su casa porque eran rechazadas por su propia familia. ¿Cómo se explica eso?

–La sociedad coreana es falocéntrica y en aquel momento la virginidad era muy importante. Perder la virginidad como mujer era igual o peor que la muerte. Por eso, las familias se avergonzaban de esas mujeres que habían sido secuestradas para ser violadas por soldados japoneses. Ellas no habían podido decidir pero eran acusadas como si la responsabilidad de esas agresiones fuera de ellas. Por eso, tras ser liberadas, volver a Corea era casi imposible. Pero a pesar de todo, algunas de esas mujeres fueron capaces de regresar a su tierra natal en Corea. Y lo que encontraron fue que la sociedad las rechazaba, las criticaban y las señalaban con el dedo. Por eso, esas víctimas se sintieron obligadas a guardar silencio.

Trabajo en proceso para el libro Perros de la artista y escritora coreana  Keum Suk Gendry-Kim. Foto: gentileza de la autora.Trabajo en proceso para el libro Perros de la artista y escritora coreana Keum Suk Gendry-Kim. Foto: gentileza de la autora.

–Descuento que para usted, en tanto que autora, no ha sido fácil trabajar ese tema porque Hierba les da voz precisamente a esas mujeres. ¿Dudó al abordar este tema?

–Desde hace mucho tiempo, soy muy consciente de todo lo que les pasa a las mujeres. Mi madre es muy mayor, soy la menor de una familia muy numerosa y nací en una época en la que aún se hacían diferencias entre varones y niñas. Esa diferencia se sentía permanentemente en la vida cotidiana. Por eso, me fui a Francia, para probar una nueva vida, para buscar algo diferente. Pero incluso así, he tomado la elección (y el desafío también) de hablar de estas cosas. Con el tiempo, descubrí que estas situaciones no que quedaron solo en la sociedad coreana. Vaya adonde vaya, aunque sea en un país muy desarrollado y con mucha educación, también hay violencia hacia las mujeres. La violencia está en todas partes. De manera que, para mí como artista, como mujer y como ser humano, es muy importante hablar claro, no provocar, pero sí denunciar. Es algo que puedo hacer a través de Hierba, dibujando, e invitando a la gente a pensar sobre este problema.

–Hierba fue publicado en 2017. ¿Siente que ha conseguido ese objetivo?

–Estoy realmente muy, muy conmovida por la reacción de los lectores de todo el mundo. No podía ni siquiera imaginar que personas de todo el mundo iban a recibir esta historia y les podía gustar tanto. Los lectores son muy inteligentes y no es un tema solo de mujeres ya que muchos hombres han entendido perfectamente lo que quiero decir. Muchas veces, me presento como hago aquí en Buenos Aires, y encuentro mujeres llorando que vienen a verme. Me dicen que es su historia. Siempre me conmueve profundamente.

–La resistencia japonesa a abordar este tema persiste en el presente y es poderosa. ¿Cómo se explica esa presión?

–No soy una persona que se dedique a la política, no puedo responder por ellos, pero hagan lo que hagan, la verdad está ahí de todos modos. Además de las mujeres supervivientes y los testigos que declararon, también hubo soldados en Japón y otras personas que lo vivieron, que escribieron libros para contar sus historias. Diga lo que diga el Gobierno, lo cierto es que también hay japoneses que son conscientes de lo sucedido y dan testimonio de la verdad.

Trabajo en proceso para el libro Perros de la artista y escritora coreana  Keum Suk Gendry-Kim. Foto: gentileza de la autora.Trabajo en proceso para el libro Perros de la artista y escritora coreana Keum Suk Gendry-Kim. Foto: gentileza de la autora.

–Es cierto que usted no es una persona que se dedique a la política, pero otro de sus libros también aborda un tema político: La espera da cuenta de la búsqueda de familias a las que les falta un hijo, una hermana o un ser querido que quedó en Corea del Norte tras la separación del país. ¿Cómo se documentó sobre esas búsquedasPor qué eligió ese tema?

–Las familias separadas se encuentra en todo el mundo, principalmente debido a la guerra pero también a otras causas. En cuanto al libro, cuando yo era pequeña, como sucede en La espera, mi madre buscó a su hermana mayor que separada de ella a causa de la guerra entre las dos Coreas. Como hija, tengo una relación muy estrecha con mi madre, la entiendo muy bien y me habla mucho de su vida, de su familia. En un momento, además de consolarla y acompañarla, sentí que era necesario además contar esta historia en un libro. Pensé que debía hacerlo antes de que ella muera. Así que empecé a investigar, a leer muchos libros sobre la guerra de Corea y luego también conocí a algunas mujeres y hombres que habían sido separados de sus familias e incluso algunas personas que habían podido reunirse gracias a los operativos que realiza Cruz Roja. Fui a visitarlos. Escuché sus historias. Son muy, muy mayores. Y luego, basándome en esos testimonios, hice un poco de ficción con la historia de mi madre. Y eso es todo.

–¿Se mantienen esos programas de búsqueda?

–No, se han interrumpido. Tras la infructuosa reunión entre Donald Trump y Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, no ha habido nada, ninguna reunión, ninguna conexión, nada en absoluto. Así que no sabemos si la persona que falta de nuestras familias está viva o muerta, qué ha sucedido en su vida desde la guerra así. Es realmente horrible.

–Sus libros nos acercan a la historia de Corea del Sur de los últimos 50 años más o menos, un país que siempre está padeciendo la dominación de una nación extranjera, de una manera u otra. ¿Cómo ha logrado Corea resistir y mantener su idioma, sus costumbres, su memoria, su identidad pese a todo?

–Resistencia, qué bonita palabra, me gusta. Si tenemos aún una cultura es precisamente porque la gente resiste. Nuestro espíritu es fuerte, queremos resistir, no estamos solos y resistimos juntos. También resistimos porque somos artistas. Así es como hemos sobrevivido. Y así es como vamos a sobrevivir. Tenemos un país pequeñito rodeado por otros que son grandes y poderosos, pero siempre hemos sido capaces de hacerles frente. Y creo que eso fue posible porque la gente ha permanecido unida y ha resistido.

Trabajo en proceso para el libro Perros de la artista y escritora coreana  Keum Suk Gendry-Kim. Foto: gentileza de la autora.Trabajo en proceso para el libro Perros de la artista y escritora coreana Keum Suk Gendry-Kim. Foto: gentileza de la autora.

–Imagino que los temas que usted elige, el abordaje que les da, su mirada sobre aspectos oscuros, deben generar cierta incomodidad en su país. A fin de cuentas, muestra problemas muy complejos. ¿Le llegan comentarios negativos por esto?

–Bueno, me han amenazado varias veces pero no me parece grave. Mi libro Mi amigo Kim Jong-un, traducido al portugués y pronto al castellano, ha generado mucho enojo. Al principio me decepcionó mucho esa reacción de gente que ni siquiera había leído el libro. No abren siquiera la primera página y lo juzgan por el título, que además es una ironía. Me entristecían mucho estas reacciones, pero con el tiempo he podido distanciarme. Además, esas amenazas no me influyen de ninguna manera. Me gusta es leer, escribir y dibujar, y además estoy rodeada de buena gente.

–Hay un aspecto en su libro Perros que es muy notable: usted logra capturar el movimiento de sus mascotas en un dibujo, que es la cosa más fija y quieta. ¿Cuánto estudio y observación es necesaria para eso?

–Para ese trabajo tengo la suerte de convivir 24 horas con el perro. De hecho, diría que es al revés: mi perro vive como un humano y sería difícil determinar quién de nosotros es la mascota. Lo cierto es que al vivir con un perro, empiezas a entender su comunicación: la manera de mirar, si baja o sube las orejas, el movimiento de las cejas o de las mandíbulas, lo que pasa en su pelo, qué hace con la cola o con las patas. Todos estos movimientos de hecho forman parte de un lenguaje, así es que todo el tiempo tomo notas, apunto las situaciones en un cuaderno y registro los movimientos. También hago muchas fotos y dibujo porque me gusta mucho. Cuando publiqué Perros lo que quería era expresar desde el dibujo cómo este perro nos da un amor incondicionalmente. En Corea, hay muchos perros abandonados y yo quería explicar que los animales no son un objeto que se compra porque te gustó en Instagram, pero que abandonas al salir de vacaciones. Quería mostrar estas cosas.

–Un aspecto que también aborda es el consumo de carne de perro. ¿Hay una ley que lo va a prohibir desde 2027?

–Si, hay una prohibición de consumir establecida en una ley que castigará con tres años de cárcel a quien coma carne de perro. Pero por el momento, no ha ocurrido y esa esta tradición se sigue llevando a cabo. De todos modos, creo que la sociedad está cambiando, hay un montón de activistas que defienden los derechos de los animales y que están actuando para salvar perros. Pero en el campo, al estar tan lejos, sigue siendo difícil cambiar las ideas, Yo vivo en el campo y, al principio, era la única persona que paseaba al perro con la correa. El resto, los tenía atados todo el día para que no se los robaran. Sin embargo, ahora, cuando salgo a caminar, me encuentro con personas mayores que también pasean con sus perros. Eso es realmente encantador.

  • Nació en Goheung, en la provincia de Jeolla (Corea del Sur). Se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Sejong, en Seúl, y terminó su formación artística en la École Supérieure des Arts Décoratifs de Estrasburgo.
  • Vivió diecisiete años en Francia y empezó a publicar dibujando sus primeros cómics para el mercado francés: Le chant de mon père (2012), Jiseul (2015) o L’arbre nu (2020); también ha ilustrado numerosos álbumes infantiles y traducido más de cien libros.
  • Sin embargo, fue Hierba (2017; Reservoir Books, 2022), una novela gráfica publicada originalmente en Corea, la que mayor proyección le dio, con traducciones a más de cuarenta idiomas y premiada con los más prestigiosos galardones internacionales.
  • En España ha recibido el Premio Antifaz del Salón del Cómic de Valencia, el Premio Splash del Festival de Sagunt y el Premio del Cómic Aragonés, todos ellos al mejor cómic internacional editado en España.
  • A esta obra le han seguido, hasta la fecha, cuatro libros: La espera (2020; Reservoir Books, 2023), Perros (2022; Reservoir Books, 2024), Mañana será otro día (2023; Reservoir Books, 2024) y Mi amigo Kim Jong-un (2024), actualmente en preparación.

Keum Suk Gendry-Kim dialogará con Claudia Piñeiro sobre su obra este miércoles 30 a las 18 en Dain Usina Cultural (Nicaragua 4899).

Redacción

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