Colombia, México, Brasil y Paraguay son los países de América Latina más afectados por el crimen organizado, de acuerdo con un informe del Banco Mundial (BM) y los dos primeros figuran en el Top Ten de la delincuencia a nivel internacional.
El reporte, titulado «Crimen y Violencia en América Latina», expone que México es el país de la región con «mayor participación en mercados ilícitos (13 de 15), seguido de Brasil y Colombia (cada uno con 8).
Los países con más altos puntajes en el índice Global de Crimen Organizado son Myanmar (8,15), Colombia (7,75), México (7,57), Paraguay (7,52), de acuerdo con el análisis.
William Maloney, jefe para América Latina del BM, señaló que «combatir la delincuencia organizada no es solo una cuestión de aplicación de la ley» sino una «prioridad de desarrollo».
Al mencionar los riesgos de este fenómeno, afirma que «debilita la gobernanza, distorsiona la inversión y exacerba la desigualdad».
El BM hace notar que «en los territorios que controlan, las organizaciones criminales dictan las reglas del juego.
Proveen servicios a la comunidad, sustituyendo al gobierno, especialmente en la provisión de seguridad y justicia, a menuda en respuesta a demandas de la ciudadanía».
El reporte expone en negro sobre blanco y sin ambigüedades los peligros de la expansión del crimen en el área de América Latina y el Caribe, que enfrenta «niveles alarmantemente altos de violencia letal vinculada al crimen organizado».
«La región refleja tasas de homicidios ocho veces superiores al promedio mundial y lo mismo pasa con la victimización que triplica su frecuencia respecto al resto del mundo. En este enclave, México es el país con la mayor diversificación de mercados ilícitos», subraya el reporte.
La violencia con que opera el crimen organizado en la región «exige una acción urgente» por cuanto no solo «florece localmente a través del control territorial, la coerción y la extorsión», sino que también a través de la captura de las instituciones del Estado, que han hecho del crimen organizado «un poder paralelo».
Esta última circunstancia es especialmente notoria en partes de Brasil, Colombia, México y Ecuador», afirmó.
«El crimen organizado está proliferando rápidamente en toda la región, trascendiendo las fronteras nacionales y convirtiéndose en una amenaza generalizada. Este ya no es un problema aislado», agregó.
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente para América Latina y el Caribe del BM, señaló que para afrontar este desafío se requiere «un diálogo regional y global para impulsar soluciones y movilizar nuestra experiencia y recursos colectivos».
El funcionario alertó que «si bien el crimen organizado es un problema de décadas» en Colombia, Brasil y México, está expandiéndose a otras partes de América Latina y el Caribe, como «parte de una vasta red internacional» con actividades tan dispares, como el narcotráfico, el tráfico de migrantes, la minería ilegal y la deforestación.
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