Otro brote de Javier Milei contra la prensa y el GordoDan pide meter preso a un periodista

Javier Milei continuó este jueves su andanada de críticas contra la prensa al cuestionar una publicación de Diego Brancatelli y al volver a acusar a la actividad periodística de tener una «estrategia para sacar» a un eventual entrevistado. Y el Gordo Dan (Daniel Parisini), el «tuitstar libertario», se subió a uno de los posteos en los que el mandatario argumentaba su apotegma de «no odiamos lo suficientemente a los periodistas» y le preguntó si no podía meter preso «a un periodista por decreto como hizo Alfonsín», al recordar un episodio en el que el gobierno radical emitió una normativa contra diversos dirigentes, entre ellos un directivo del diario La Prensa, por un intento golpista.

El Presidente volvió a cargar contra el periodismo, en ocasión de la celebración Día del Trabajador, pero la reiterancia en las críticas no es casual. Fuentes libertarias bien informadas aseguran que el asesor Santiago Caputo acordó con el jefe de Estado esta verdadera «estrategia» de asimilar a la prensa y los medios «como la nueva casta» como forma de tener un nuevo adversario interno al igual que lo ha hecho Donald Trump en los Estados Unidos.

El objetivo es no solo darle más preminencia a la comunicación directa del líder libertario sino darle más aire a los streamers libertarios y comunicadores alineados con la actual administración. En los próximos días se publicaría una resolución de la secretaría que conduce Manuel Adorni para modificar la forma en que se acreditan los medios en Casa Rosada, con un carácter restrictivo y abriéndole la puerta a los trolls de la «batalla cultural».

La cuestión es que este jueves Milei criticó la publicación en la que Brancatelli había cuestionado la ausencia de la ministra Sandra Pettovello en un acto de Gobierno y la acusó de quedarse haciendo turismo Roma tras el funeral del Papa Francisco. Si bien la propia ministra le respondió que esa información era «falsa» porque ella había regresado con la comitiva oficial y luego fue intervenida quirúrgicamente, el Presidente aprovechó la ocasión, para asegurar que «aquí ponemos en evidencia al gran mentiroso de Brancatelli, quien ha mentido diciendo que Pettovello se quedó paseando en Roma siendo que la misma estuvo sometida a una intervención quirúrgica. No odiamos lo suficiente a los periodistas«, insistió, en una frase que viene reiterando en las últimas semanas.

Luego el mandatario volvió a usar su red social para justificar la actitud intimidatoria de Caputo contra un fotógrafo en el detrás de escena del debate de los candidatos porteños. Y horas más tarde, copiando un diálogo suyo con un supuesto periodista, aseguró: «Aquí un periodista me cuenta lo que hacen para tratar de sacar a una persona para que reaccione y luego ponerse en el lugar de víctima… Es parte de una estrategia… Más que nunca. No odiamos lo suficiente a los periodistas… Ciao!».

En este contexto, el Gordo Dan le respondió uno de estos posteos con la siguiente sugerencia: «¿Javo podés meter en cana a algún periodista por decreto como hizo Alfonsín, por favor?«. Previamente, el jefe de la agrupación «Las Fuerzas del Cielo» había hecho despedir al titular del Pami de la ciudad de Junín, que respondía al armador karinista Sebastián Pareja, por supuestamente haber desplazado del partido a una militante que simpatizaba con la agrupación que reúne a los trolls de Santiago Caputo.

Como sea, Daniel Parisini, alias Dan, se refería en su provocadora sugerencia al mandatario a un decreto de Raúl Alfonsín del 22 de octubre de 1985, cuando ordenó la detención de 12 personas por presuntas vinculaciones con un «complot golpista». Entre los acusados, estaban los periodistas Daniel Horacio Rodríguez, del diario La Prensa, y Jorge Vago, director de Prensa Confidencial.

El 25 de octubre de aquel año finalmente se dictó el estado de sitio en todo el país por sesenta días y se denunció una conspiración contra el orden constitucional, a menos de dos años de la restauración democrática. La fuerte jugada del gobierno alfonsinista fue en respuesta ante una escalada de violencia que había comenzado seis meses antes y que incluyó la detonación de varios explosivos, uno de los cuales estalló en la casa del ministro del Interior, Antonio Trócoli.