Lali Espósito acaba de lanzar un disco explosivo, No vayas a atender cuando el demonio llama, donde sigue contestando con su arte a quienes la criticaron cuando escribió un tuit («Qué peligroso, qué triste») a poco de que Javier Milei ganara las elecciones presidenciales.
Desde entonces, Lali se ha vuelto una suerte de voz política, algo nuevo para la actriz y cantante que creció bajo la mirada del público. Trabaja desde los 11 años y siempre ha sido muy querida, tanto en los tiempos en que era parte del mundo de Cris Morena (fue una de las protagonistas de Rincón de luz, Casi Ángeles y Floricienta) como cuando comenzó con su carrera como música.
Pero lejos de ponerse en un lugar inalcanzable, Mariana siempre ha estado cerca de la gente y ha tenido gestos con cada una de las personas con las que ha trabajado. Nadie nunca, salvo algunos seguidores del Presidente y el Presidente mismo, ha hablado mal de Lali Espósito. Algo muy difícil en tiempos donde las redes sociales son caldo de cultivo para las críticas.
Además de sacar un disco que está dando de qué hablar desde los sencillos que había ido adelantando (entre ellos: «Fanático»), Lali estrenó la segunda temporada de El fin del amor, la serie de Prime Video donde, además de ser una de las productoras, se pone en la piel de Tamara Tenenbaum.
En medio de la promoción de la serie, Vera Spinetta, quien interpreta a Juana, una de las amigas de Lali en la ficción, sólo tiene palabras de agradecimiento y sonoridad con la estrella pop.
«Creo que Lali tiene una fortaleza enorme. Eso creo. Pudo atravesar todo ese hostigamiento de una manera como con mucha polenta, con una actitud increíble, con mucha altura… Porque creo que lo que pasó fue un hostigamiento totalmente incoherente«, dice Vera a Revista GENTE.
Y suma: «Así que mis respetos a ella y a otras colegas que también vivieron situaciones similares. Estamos viviendo un momento extraño y extremo».
Vera Spinetta, entre el desafío de la interpretación en vivo, un libro de poesía y un nuevo disco
Vera, quien hace tiempo viene trabajando en cine y en series, se animó a debutar en teatro, una experiencia que aún late en sus venas. Si bien estudia actuación «desde siempre», nunca había tenido el tiempo ni el valor de protagonizar una obra.
«El año pasado estuve haciendo teatro (No tiene un desgarrón) y fue un momento re importante. Fue fuertísimo porque no había hecho teatro y arrancar con Rita Cortese, dirigiendo, y con Julieta Cardinali, actuando mano a mano las dos… Fue un desafío enorme y un aprendizaje absoluto«, cuenta a Revista GENTE.
Y explica: «Ver a Rita en cada ensayo, escucharla… Cada cosa que dice, es como una Biblia. Es aprender y aprender. Es muy generosa con su conocimiento. Entonces, esas personas también te forman un montón. Pero también entiendo lo sacrificado que es, en un punto, tanto a nivel emocional como a nivel tiempo».
Según relata, encarar la obra fue una decisión porque sintió que valía la pena el proyecto. «No me había pasado de enamorarme de un proyecto así y de decir:`Sí, lo hago´ y no importa si en dos semanas me sale un rodaje, voy a priorizar esto», dice.
También cuenta que está por publicar un libro de poesía y que está por empezar a grabar un nuevo disco.
«Se requiere otro tipo de vínculo con la creatividad que tal vez es un poco más introspectivo y de momentos de más soledad… Y no siempre estás para eso. También es como que de pronto sale un rodaje y estoy 5 meses filmando y es muy complicado ponerme a tocar la guitarra», reflexiona y asegura que le cuesta guardarse para poder dedicarse a sacar un disco.
«Nuestra profesión es totalmente en equipo porque el rodaje es en equipo y estás en constante vínculo con todos. Es un trabajo coral, todo el mundo tirando para el mismo lado. Eso es hermoso. Cuando no lo tenés, lo extrañás. Entonces, es difícil salir de ahí», concluye la hija menor de Luis Alberto Spinetta.
