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La autoestima es fundamental para el desarrollo personal.

El éxito en la vida, no solamente depende de los valores que nos inculcan y de la preparación académica que podamos tener, sino también de un aspecto poco trabajado y visibilizado: el conocimiento profundo de uno mismo y la aceptación de quiénes somos. Algo que muchos ven como una cosa superficial y “para débiles”, contiene la llave que abre las puertas bloqueadas por la mente.

El autoconocimiento es la base de todo, es la autoobservación, el viaje que tiene que ver 100 % con uno mismo, rumbo a esa infancia que en su trayecto acumuló heridas y experiencias que se alojaron en el subconsciente, pero que hoy hablan e inciden en nuestra forma de ser y en los miedos o las dificultades que tenemos de adultos.

Según la coach de autoconocimiento, Noelia Bernal, tenemos un lenguaje interno emocional que se divide en dos:

Expansivo: viene de nuestra autenticidad, de quiénes somos, en el que tenemos ese momento en que fluimos, nos hallamos con nosotros mismos.

Limitante: viene de nuestras heridas, inseguridades y miedos, generalmente originados en la infancia

ENTRENADOS PARA IDENTIFICAR EL PELIGRO

Como somos seres cuyo primer cerebro es el instintivo, entonces estamos muy entrenados a vivir siempre pendientes del peligro. Por ejemplo, el jefe nos dice, “Quiero hablar contigo”. Nuestro cuerpo entiende que un león nos está por comer.

“Si yo tengo una estructura muy entrenada para operar desde la supervivencia y a estar siempre buscando más lo malo que lo bueno, ese es el programa automático que yo tengo. El otro recibe el mensaje desde su lenguaje. Por eso se dice que cada uno ve el mundo desde sus lentes. Si tengo una estructura limitante que es la dominante, voy a operar más desde esas limitaciones y heridas. Si no hago el trabajo de mirarme no voy a entender de dónde viene eso y por qué creé ese mecanismo”, afirmó Bernal.

VOLVER AL ORIGEN DE LAS HERIDAS Y TRANSFORMARLAS

Juana (nombre ficticio) se dio cuenta de que reaccionaba de manera exagerada a una situación que para otros era absolutamente normal. Llegado un momento, identificó a los disparadores y se percató y comprendió por qué tenía esas reacciones, las reconoció, trabajó en ellas y mejoró

Aquí la fórmula fue hacer consciente lo inconsciente, pues, anteriormente operaba de manera inconsciente a esos detonantes. Cuando empezó a entender, lo hizo utilizando su cerebro pensante, el neocórtex (el que ayuda a analizar), la herramienta más poderosa.

“Empezó a elegir cómo reaccionar, porque ya tenía la información. Cuando tenés ese conocimiento, vos podés elegir cómo reaccionar, ya no te secuestra la situación, pero sí es difícil, porque primero es volver a situaciones que no querés volver y remover cosas, pero es hacerlo como observador, para mirar la historia y utilizarla a tu favor, transformándola”, expresó Bernal, en una visita al canal Gen.

Este tipo de ejercicios sirve para dimensionar cómo esa persona interpretaba cosas que no eran tan graves, pero como todavía era una niña, las veía de esa manera. De niños, somos viscerales, no tenemos capacidad de razonar, entonces, si tu mamá te dice, te queda un poco ajustado tu vestido, vos lo tomás en el sentido estrictamente literal.

AUTOCONOCIMIENTO

El trabajo de autoconocimiento tiene que ver con entender cuál es el autoconcepto que uno tiene de sí mismo y que viene de lo que uno escuchaba en su casa y de cómo se referían a uno en su entorno. De aquí se crea una autoimagen y autoconcepto que pueden tener la información de por qué uno no confía en sí mismo.

A partir de esto se debe crear una línea de trabajo y recién después de siete escalones se llega a la autoestima. Es importante valorarse, escucharse, reconocerse, mirarse y elegirse, pero sin todas esas capas creadas durante toda la vida para mantenerme viva.

Informalidad, edad, hijos y otros obstáculos de los buscadores de empleo en Paraguay

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Los buscadores de empleo se encuentran con un montón de desafíos. Foto: Ilustrativa

Buscar un empleo puede convertirse en una verdadera batalla llena de tropiezos y frustraciones cuando aparecen un montón de obstáculos en el camino, y en Paraguay existen muchos. El alto porcentaje de informalidad, de mujeres que no pueden conseguir trabajo por su condición de madre, jóvenes sin experiencia, la subocupación también es una realidad, y ni hablar de la brecha generacional. Estos son solo algunos de los principales desafíos.

No es un secreto que conseguir el primer empleo es un verdadero reto en Paraguay, especialmente cuando aparece el muro de “con experiencia”. Por esa razón se vuelve más difícil para los jóvenes encontrar el trabajo ideal.

Según el experto en empleo, Enrique López Arce, los jóvenes, al terminar el colegio o la facultad, y en medio del deseo inmenso de trabajar, caen en la informalidad. Una realidad que no solo afecta a este sector de la población.

“El primer empleo es un gran desafío. Tenemos dos leyes del primer empleo que nunca funcionaron, la ley 1980 y la ley 4951, porque no pusieron las leyes de financiamiento. Y hoy todos podemos entrar en algo que se llama informe de informalidad sobre las últimas cifras del 2023, 8 de cada 10 buscadores de empleo lo hacen en la informalidad”, expresó Arce a la radio Universo 970/Nación Media.

Lamentó que ambas leyes, creadas para impulsar el empleo juvenil, nunca fueron consideradas. Explicó que, en otras partes del mundo, el empresario es subsidiado por contratar a un joven sin experiencia.

Por otro lado, otra barrera que señaló el especialista de empleo es la edad, además de los jóvenes, las personas adultas también enfrentan grandes problemas para encontrar un empleo, la mayoría de las veces, por la mala percepción que hay sobre ellas como la falta de adaptación.

“Desde los 40 años ya es difícil. Cada vez es más difícil. El 75% de la fuerza laboral está entre 18 y 45 años, eso te muestra que las personas prefieren este rango de edad”, agregó Arce.

Enrique López Arce hice mención, además, a las madres, quienes por su condición no logran acceder a un empleo, consecuencia de un preconcepto que se tiene de las mismas.

“Varias mujeres tienen que negar a sus hijos para conseguir empleo porque cuando decís que tenés hijos pequeños ya no te dan el trabajo”, refirió.

Para López Arce, el camino para reducir la informalidad y brindar mayor oportunidad a los jóvenes es la industrialización, que más empresas apuesten al país y contraten trabajadores.

Destacó la ley de Mipymes, que actualmente está en espera del decreto reglamentario, como una de las políticas públicas más importantes a favor de los trabajadores.

Un papa que quedó impregnado con olor a oveja: el legado de Francisco

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Día en que Francisco asumió como papa tras su elección en el cónclave. Foto: archivo.

La reciente partida del papa Francisco ha dejado un gran vacío en millones de católicos alrededor del mundo, aunque su inesperada muerte no será capaz de borrar el inmenso legado que deja al mundo y, por sobre todo, los logros que obtuvo durante su pontificado.

  • 27 de abril de 2025 12:00

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Era de noche aquel 13 de marzo del 2013. En medio de una gran expectativa y ante una multitud que se había agolpado en la Plaza de San Pedro, la chimenea del Vaticano -después de unas cuantas “falsas alarmas”- finalmente exhaló el humo que todos ansiaban ver: era blanco.

Aquella fría noche de invierno, la Iglesia Católica confirmaba a su Papa número 266: Jorge Mario Bergoglio, quien a partir de ese momento pasó a ser llamado por el mundo entero como “Francisco”.

Transcurrieron poco más de 12 años de aquel histórico día en el que por primera vez un latinoamericano y jesuita lograba convertirse en el sucesor de San Pedro. En todos estos años, el pontífice argentino sembró una semilla que fue germinando en miles de corazones, dejando una marca que su partida no será capaz de borrar.

Con su característico estilo que mezclaba la informalidad y la espontaneidad, el papa Francisco fue construyendo la imagen de un pontífice cercano a los feligreses, con discursos inspiradores que, en gran medida, salían de todo protocolo (pese a tener siempre a mano una versión “oficial” redactada de antemano). Con ello, hizo ver a la Iglesia Católica como una institución que escucha el clamor de su pueblo y atiende las necesidades y súplicas de quienes buscan a Dios en sus oraciones.

Es innegable el gran legado que dejó el ahora fallecido papa Francisco, una figura religiosa y política que se destacó en diversas aristas, tanto dentro como fuera de la religión. En este artículo, hacemos un repaso de aquellos hitos de su papado.

ÁMBITO ECLESIAL

Una de las premisas más importantes de Francisco (basada en su propia experiencia como sacerdote en su natal Argentina) fue la de una “Iglesia en salida”, al promover una mayor apertura de todos sus miembros a las realidades de la feligresía, instando a la continua evangelización y las visitas a las periferias.

Como parte de este esfuerzo por lograr una Iglesia más cercana al pueblo es el “Sínodo de la Sinodalidad”, que inició en el 2021 y se extendió por cuatro años. Durante este tiempo, el papa Francisco trató de mostrar “un nuevo estilo de Iglesia, que escucha, discierne y camina junto al pueblo de Dios”, promoviendo una mayor participación de los laicos en la vida de la Iglesia.

Otro aspecto destacado durante su papado fue la reforma de la Curia Romana. A través de la constitución apostólica “Praedicate Evangelium”, reorganizó la curia para orientarla más al servicio de la evangelización, en línea con su pensamiento aperturista.

Sin duda alguna, la misericordia formó parte crucial del pontificado de Bergoglio. Tal es así que resolvió declarar el “Jubileo Extraordinario de la Misericordia” (2015-2016), que a su vez concluyó con la publicación de la carta apostólica “Misericordia et misera”. Asimismo, el papa Francisco puso un fuerte énfasis en la misericordia como núcleo del Evangelio y de la vida cristiano, lo cual se refleja en su llamado a una Iglesia que sea un “hospital de campaña” para los heridos y marginados.

Una posición que le valió tanto críticas como aplausos fue la atención pastoral a sectores generalmente relegados en el ámbito de la Iglesia, dando espacio a las personas divorciadas vueltas a casar (reflejado en “Amoris Laetitia”), además de mostrar empatía con parejas del mismo sexo que exteriorizaban un anhelo de acercarse a Dios.

La austeridad fue otra característica del pontificado de Francisco, quien dio testimonio en primera persona de sencillez desde su elección. Ello pudo notarse desde el primer día, al renunciar a su residencia papal en el Vaticano y optar por una sencilla habitación en la Casa Santa Marta, además de su renuncia a muchos lujos propios de un papa.

ÁMBITO SOCIAL Y POLÍTICO

Abierto defensor de los migrantes y refugiados, Francisco, en reiteradas ocasiones alzó su voz en favor de los desplazados, denunciando la indiferencia y la xenofobia de las que eran víctimas en diversas partes del mundo. Sus habituales audiencias de cada miércoles, así como mensajes tras el Rezo del Ángelus Dominical, eran espacio frecuente para estos mensajes.

En la misma línea, también expresó su firme rechazo a los conflictos armados en el mundo, cuestionando en varias oportunidades la guerra entre Rusia y Ucrania, así como en Medio Oriente entre Israel y el grupo terrorista Hamás, considerando el daño colateral a la población civil.

Francisco asumió un marcado compromiso por la paz, llegando a visitar zonas en conflicto como Irak, Sudán del Sur, República Centroafricana, así como también en contra del populismo y la polarización, haciendo un llamado a evitar ideologías que causen división. En contrapartida, abogó por una política centrada en la dignidad humana.

ÁMBITO AMBIENTAL

La cuestión medioambiental no estuvo ajena en los años de pontificado de Francisco. Prueba de ello es “Laudato Si”, una contundente encíclica lanzada en el 2015 donde Su Santidad dejaba un contundente mensaje de “cuidado de la casa común” (como denominaba a la Tierra), reconociendo la crisis ambiental como una crisis humana, además de hacer un abierto llamado a creyentes y no creyentes a una conversión ecológica integral y preservación de la naturaleza.

Siguiendo con esta línea de acción, tuvo una destacada participación en la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28). En aquella ocasión, afirmó que “la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios” y “un pecado que pone en peligro a todos los seres humanos”.

Durante sus años de papado, Francisco acompañó desde la Iglesia Católica la implementación de medidas globales para enfrentar el cambio climático, una realidad de la que siempre fue consciente y que trató de combatir a través de sus discursos y acciones.

Spinoza: El filósofo que convirtió a Dios en naturaleza

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Baruch Spinoza nació en Ámsterdam el 24 de noviembre de 1632.

Plasmó un Dios que es el mundo mismo; como una sustancia infinita, única, divina y racional. Baruch Spinoza intentó unir la razón filosófica con una visión espiritual, pero hasta su comunidad le dio la espalda.

  • 27 de abril de 2025 09:00

Por Gonzalo Cáceres, periodista

Alguna vez al célebre científico Albert Einstein le cuestionaron sobre su vida religiosa, a lo que él respondió: “Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la armonía de lo que existe, no en un Dios que se interesa por los destinos y las acciones de los seres humanos”.

Pero, ¿Quién fue Spinoza? y, sobre todo, ¿Por qué su pensamiento trascendió hasta nuestros días?

Hablamos de un pensador que rompió moldes ya en una época marcada por grandes conflictos religiosos.

DE LA SINAGOGA AL EXILIO

Baruch Spinoza nació en Ámsterdam el 24 de noviembre de 1632, en el seno de una familia judía de origen sefardí, incrustada en una comunidad de exiliados por la Inquisición portuguesa.

Tras generaciones de persecución, los sefardíes buscaban reconstruir su identidad religiosa y cultural en la relativa tolerancia de los Países Bajos, donde gozaron de cierta libertad. Fue en ese contexto en el que este filósofo neerlandés desarrolló su pensamiento en celoso andar, nutriéndose de los supuestos de René Descartes, la filosofía estoica, la mística judía, la física moderna y su propia inspiración.

Spinoza fue todo un rebelde, desde muy joven. Estudió en escuelas rabínicas tradicionales (se enseñaba la Torá, el Talmud y los textos de importantes rabinos medievales), pero con el tiempo logró a acceder a autores latinos y griegos, a los estudios racionalistas, y a pensar por fuera de los límites impuestos por su entorno.

Naturalmente, Spinoza comenzó a exteriorizar sus estudios, por lo que a los 23 años sufrió el exilio, siendo acreedor de una de las herem (expulsiones) más duras jamás escritas. Se le prohibió todo contacto con su familia y allegados, hasta se lo maldijo y se lo ninguneó en vida.

¿El motivo? Su forma de entender a Dios… y la religión.

UN DIOS SIN ROSTRO

La corriente de Spinoza nace de una tradición, de la que se desprende y acaba transformándose para dejarla atrás, aunque sin negarla del todo, o sin marcar un quiebre definitivo.

Influenciado por el racionalismo cartesiano y la ciencia emergente, y sin ser un místico en sentido estricto, Spinoza esgrimió elementos del esoterismo judío (la Cábala), del que entendió que todo fluye “necesariamente” de una única sustancia: “Dios o la Naturaleza”.

Spinoza decía que “comprender la naturaleza es comprender a Dios”. Rechazaba la idea de una deidad con emociones humanas, de expresiones subjetivas. No creía en milagros, en “premios (bendiciones)” ni “castigos (maldiciones)”, mucho menos en rituales y personajes, supuestos vínculos con lo divino.

Admiró la estructura interna del universo, pero no la interpretó como “diseño”, sino como una “necesidad”. Busca liberarse del temor religioso sin perder la “profundidad espiritual”: todo lo que existe, absolutamente todo, es un “modo” de la “sustancia divina”.

“El conocimiento del verdadero bien y del verdadero mal es causa del amor y del odio, según el caso. La mente humana es parte del infinito entendimiento de Dios. Deus sive Natura (Dios o la Naturaleza)”, escribió.

Aunque no creía en la inmortalidad, sí dio a entender que avizoraba la eternidad del alma, como la parte nuestra que participa en el “orden eterno” de la razón. “El alma humana no puede ser absolutamente destruida con el cuerpo”, refirió.

Spinoza se apoyó en definiciones y demostraciones. Sin embargo, en la “ética intelectual” hay algo que recuerda a los estados místicos: el alma que se une a Dios no mediante éxtasis, sino con el conocimiento racional de la realidad. Este “amor Dei intellectualis” es “la forma más alta de gozo espiritual”.

TRASCENDENTE

Spinoza sobrevivió modestamente entre las calles de Rijnsburg, Voorburg y La Haya. Se cuenta que pulía lentes para ganarse el pan y, en una muestra de su inquebrantable convicción, se dio el lujo de rechazar cargos académicos que le habrían permitido un mejor pasar (exigían censura o lealtad doctrinal).

Jamás renegó del judaísmo, pero tampoco volvió tras sus pasos. Optó y se aferró a la libertad en cuerpo, pensamiento y alma. Murió joven, a la edad de 44 años, el 21 de febrero de 1677, probablemente por una infección pulmonar causada por el polvo de vidrio (material con el que trabajó).

En su estela dejó una breve, pero inmensa, obra. No buscó fundar una religión, ni una institución propia, sino enseñar a vivir con lucidez, tranquilidad y dedicación a la búsqueda de la verdad. La “Ética” (1677), su principal legado, vio la luz después de su muerte.

El Dios de Spinoza no es irracional ni emocional: es la comprensión de lo eterno.

Hoy Hoy