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martes, mayo 6, 2025

Fútbol y huerto para salir de la calle

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Marzoukou desconecta de sus problemas y se pone en forma los martes y jueves jugando al fútbol con otros chicos migrantes, en un proyecto que involucra a más de una decena de entidades coordinado por la fundación Tot Raval. El objetivo no es solo que estos jóvenes, muchos de los cuales viven o han vivido al raso, hagan deporte sino promover el vínculo con educadores sociales para que empiecen a esbozar el camino hacia su autonomía. Marzoukou, de Benin, cuenta que estuvo cinco meses en un centro de la Dgaia en Barcelona, pero que en octubre del 2023 lo echaron al determinar la fiscalía de menores que era mayor de edad. Él sostiene que aún no había cumplido los 18. “Dormí siete meses en la calle y en verano del 2024 entré en el albergue de primera acogida del ayuntamiento en la Zona Franca. Ahora sigo un curso de pescadero, pero lo que me gustaría es ser fontanero, como mi padre”, comenta en el descanso de un partido en el denominado Dispositiu Drassanes del Raval.

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Todo empezó a fraguarse en el 2019 cuando entidades de este barrio detectaron un aumento de jóvenes muy vulnerables llegados de otros países que subsistían a la intemperie. La Fundació Tot Raval impulsó entonces un frente común con asociaciones vecinales y sociales y el Ayuntamiento para organizar actividades encaminadas a trabajar su integración, explica Melanie Méndez, coordinadora del programa Equip Raval amb el Jovent Migrat no Acompanyat. A la iniciativa se sumó la Fundació FC Barcelona con su metodología SportNet, que utiliza el deporte como herramienta educativa para fomentar la igualdad de oportunidades.

Yassine y Ansumana cosechan hortalizas del Hort de Sant Pau, una mañana de abril, con la educadora social de este proyecto

Yassine y Ansumana cosechan hortalizas del Hort de Sant Pau, una mañana de abril, con la educadora social de este proyecto 

Llibert Teixidó

Lamentan que el tiempo de espera para tener plaza en algún albergue municipal se alargue ocho meses

Entre el 2020 y el 2024 un total de 864 chicos de entre 18 y 21 años han pasado por el Dispositiu Drassanes, por el curso de horticultura y jardinería en los huertos comunitarios Sant Pau y por otras actividades culturales.

“El Dispositiu Drassanes es un espacio de baja exigencia en el que el futbol, también una comida y una ducha, funcionan como reclamo para que los chicos se vinculen con un educador social del ayuntamiento, que será su referente. La mitad de los que pasan por aquí se comprometen a un plan de trabajo y les hacemos seguimiento”, detalla Méndez. Este es el caso de Marzoukou, pero Mohamed, rifeño de 18 años, otro de los habituales en los entrenos de fútbol, ya suma nueve meses en la calle. “Estuve cuatro meses en un centro de menores hasta que cumplí los 18, todavía no tengo ningún educador porque cada día duermo en un sitio diferente y no tengo teléfono, por eso es difícil contactarme, aunque suelo venir los martes y jueves a hacer deporte pues aquí me siento tranquilo”, explica Mohamed.

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Entreno una mañana de abril

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Llibert Teixidó

La otra pata del programa es el huerto comunitario Sant Pau, donde todas las mañanas de lunes a jueves un grupo de doce chicos aprenden a cultivar hortalizas. Estos días cosechan coliflores, puerros, habas, acelgas y plantas aromáticas. Yassine, de Marruecos, y Ansumana, de Gambia, son dos de los doce alumnos de este curso, que se complementa con clases de castellano. Ambos han vivido también a la intemperie antes de conseguir plaza en el centro de primera acogida de Nou Barris. De hecho, tres de los doce participantes siguen sin techo.

Desde este programa lamentan que el plazo para acceder a una plaza en los albergues de Zona Franca y de Nou Barris se alargue unos ocho meses, el tiempo que Yassine y Ansumana pernoctaron al raso en Barcelona. Ahora los dos ven el vaso medio lleno. Cada mañana desayunan en el Casal dels Infants, antes de empezar la jornada en el huerto, y después participan en acciones comunitarias. Igual que Marzoukou, también Yassine y Ansumana quieren aprender fontanería, aunque ahora se han apuntado a los cursos en los que han encontrado plaza. Yassine prevé empezar uno de ayudante de cocina próximamente.

Redacción

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