Un dispositivo con forma de lazo colocado en una zona de guarida de animales aguardaba sigilosamente el paso de un puma. Ubicado estratégicamente en el cañadón Caracoles, cerca de la «Cueva de las manos» en Santa Cruz, la noche del 21 de febrero de 2024 dio la alerta.
Todo estaba completamente a oscuras. Reinaba el silencio y un equipo de investigadores de Fundación Rewilding Argentina recibió el llamado a las 12 am para acercarse a ese punto, porque el lazo de paso había capturado a un animal.
Gala Ortiz, médica veterinaria de la Fundación Rewilding Argentina quien forma parte del proyecto de monitoreo de esta especie en el parque Patagonia, fue una de las encargadas quien debió acercarse esa noche al cañadón.
El puma atrapado ese día resultó ser una hembra de origen silvestre y de edad adulta. En ese momento tenía entre tres y cuatro años y pesaba 42 kilos. El equipo la cuidó, le dio la atención necesaria y le dio una identidad: le puso de nombre Koi.
Gala Ortiz cuenta a Diario RÍO NEGRO detalles del procedimiento que permitió importantes hallazgos sobre la especie. La captura tenía el único objetivo de colocarle un collar satelital para seguir sus pasos, comportamiento y ecología, parte del monitoreo del proyecto de investigación. Una vez puesto el collar, la liberaron a las dos horas, cerca de las 2 am.

Este año sucedió lo impensado. El dispositivo colocado esa noche de verano pudo monitorear el épico viaje de Koi: recorrió 400 kilómetros desde la meseta hasta la costa atlántica en la provincia de Santa Cruz, para volver a su hogar. La puma tardó 50 días según los registros: partió el 9 de diciembre de 2024 y llegó de nuevo a su hábitat el 25 de enero de 2025.
Puma Koi: fue liberada dos horas después de la captura
“Para lo que es la captura de pumas utilizamos distintas metodologías, pero lo que más más usamos son lazos que se ponen en los lugares que pasan los animales y se conectan a unos transmisores que nos permiten actuar lo más rápido posible cuando hay una captura”, comentó la profesional.
“Cuando el animal queda atrapado, el transmisor se conecta con los satélites, nos manda un mail y nosotros nos acercamos al lugar”, contó la veterinaria. En estos casos, le dan anestésicos al animal para poder tranquilizarlo y trabajar.
«La liberamos cerca de las 2 de la madrugada y se fue con su collar, que empezó a transmitir. Los collares siempre se prueban antes, así que ya sabíamos que funcionaba y ahí ya pudimos empezar a hacer el seguimiento”, contó Ortiz.

«Me ocupe de hacer un monitoreo anestésico del individuo para asegurarnos que durante todo el procedimiento el animal esté seguro y el equipo de personas que trabajan con nosotros también”.
Gala Ortiz, médica veterinaria Fundación Rewilding Patagonia.
Gala es egresada de la Universidad Nacional de La Plata y hace casi tres años trabaja en la fundación como parte del equipo científico. Dentro de Rewilding Argentina, varios veterinarios trabajan en red.
“En las capturas hay un veterinario que está a cargo de la anestesia y el manejo del animal, y un equipo de técnicos capacitados para manipular al individuo y poner el dispositivo que estemos utilizando en esta especie y en la captura en específico”, comentó. En su caso, se encargó de la anestesia de Koi.
A su vez, durante la captura también toman muestras de sangre, hisopados, de pelo, depende de lo que se esté investigando en cada especie. “A veces con fauna silvestre puede pasar que el animal este lastimado, también es nuestro trabajo curarlo antes de liberarlo”, agregó Ortiz.
El viaje de la puma Koi duró casi 50 días
«Detectamos que Koi comenzó esta travesía hacia el Atlántico el 9 de diciembre de 2024 y hizo aproximadamente 250 kilómetros en línea casi recta desde el parque Patagonia hasta un parador cercano a El Salado. Ahí llegó el 7 de enero y el 7 mismo de enero emprende su regreso casi por el mismo recorrido.Llegó al parque de vuelta el 25 de enero (de 2025)», dijo el técnico de campo del equipo de Conservación de Parque Patagonia, José Bonomi.
El animal cruzó campos fiscales y privados, rutas y zonas productivas hasta alcanzar la costa atlántica. Y después, increíblemente, volvió a su territorio original, en la meseta del noroeste, desde donde continúa siendo monitoreada.
El puma es un felino capaz de adaptarse a distintos ambientes y presas, característica que lo ha convertido en la especie de carnívoro con mayor distribución en el continente americano. Puede alcanzar los 90 kilos, y es un excelente cazador de emboscada. Su principal presa es el guanaco en la región patagónica.
La presencia del puma determina el buen estado y funcionamiento del ecosistema al regular el número de herbívoros y carnívoros medianos, con un impacto positivo sobre la flora y fauna de la región; y por eso muchos consideran que es «arquitecto del ecosistema».
«En el Cañadón Pinturas estamos trabajando para conocer y poner en valor el rol ecológico de este gran depredador y convertirlo en un aliado para el desarrollo local a través del turismo de observación de fauna», aseguraron desde el equipo de Fundación Rewilding Argentina.
Puma Koi: la ONG detrás del proyecto
La fundación Rewilding Argentina es una organización no gubernamental que trabaja para revertir la crisis de extinción de especies.
Surgió en 2010 desde un grupo de conservacionistas y activistas argentinos unidos por varios motivos. Por un lado, se nuclearon por la recuperación de los ecosistemas naturales y el valor de todas las especies; y por otro lado, para establecer modelos de desarrollo para comunidades rurales en un contexto de coexistencia con la naturaleza.
Sus equipos trabajan en distintos territorios y en ellos implementan estrategias de conservación y restauración en beneficio de su fauna y flora, sus valores culturales, y sus poblaciones.