El cónclave 2025 hace que el mundo esté atento a una chimenea. La primera emoción proveniente del techo de la Capilla Sixtina fue con la primera fumata negra.
Eso no quiere decir que algo se esté prendiendo fuego; es adrede y significa que, de momento, no hay papa. Y si es adrede significa que el Vaticano controla el color del humo.
La humanidad conocerá al nuevo sumo pontífice cuando el humo sea blanco. ¿Cómo llegan a hacer humo negro o blanco de acuerdo al resultado?
Todo empieza por la chimenea. Está cuidadosamente construida para que el humo sea de un color o de otro. Quienes trabajaron en ella explicaron a la BBC que el proceso requiere «dos fuegos artificiales a medida», ensayos de pruebas de humo y bomberos en estado de alerta.
Dentro de la Capilla Sixtina hay dos estufas preparadas para la ocasión. Una es para quemar las papeletas y otra para crear el humo. Las dos están conectadas al mismo conducto de metal que sale al exterior por medio de la abertura de la chimenea.
El humo surge de una combinación de compuestos químicos. El profesor Mark Lorch de la Universidad de Hull, Reino Unido, explicó todo a la perfección.
Dijo que para el humo negro se quema una mezcla de perclorato potáico, antraceno y azufre y que para el blanco, una combinación de clorato potásico, lactosa y colofonia de pino, que se quema de forma limpia y pálida.

«En el pasado se intentaba quemar paja húmeda para crear un humo más oscuro y paja seca para hacer un humo más claro – pero esto causaba cierta confusión porque a veces parecía gris», agregó.
Los productos químicos no prestan a confusión porque están «preenvasados en cartuchos y se encienden electrónicamente».
Ya empezó el cónclave
Con el grito de “extra omnes” —“todos fuera” en latín— las enormes puertas de la Capilla Sixtina se cerraron el miércoles y 133 cardenales comenzaron el ritual secreto y centenario para elegir a un nuevo líder de la Iglesia Católica , dando inicio al cónclave más geográficamente diverso en los 2.000 años de historia de la fe.
Los cardenales, vestidos de rojo, ingresaron de dos en dos a la Capilla Sixtina entonando la meditativa “Letanía de los Santos” mientras una fila de guardias suizos se mantenía en posición de atención.
El himno, y el que le siguió, imploran a los santos y al Espíritu Santo que ayuden a los cardenales a encontrar un sucesor del papa Francisco para liderar la Iglesia Católica, que cuenta con 1.400 millones de fieles.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado durante el reinado de Francisco y un fuerte candidato a sucederlo como papa, encabezó el proceso como el cardenal de mayor edad, pero menor de 80 años, elegible para participar en el cónclave.
Hablando en latín, Parolin se situó ante la obra maestra de Miguel Ángel “El Juicio Final” y dirigió a los cardenales en un extenso juramento. Cada uno lo siguió, colocando su mano sobre el Evangelio y prometiendo en latín mantener el máximo secreto.
Fuente “Ya empezó el cónclave”: AP