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viernes, mayo 9, 2025

Cáncer de ovario: el gran “fantasma” para las mujeres y un dato que llama la atención

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Para las mujeres, es un gran fantasma. El cáncer ginecológico que no es el más frecuente pero, sí, cuando se diagnostica, suele tener un mal pronóstico. Sin métodos de detección precoz como el de mama o el de cuello de útero, 7 de cada 10 mujeres que tienen cáncer de ovario reciben un diagnóstico tardío.

En Argentina, se notifican unos 2.200 casos de cáncer de ovario al año, patología de la que este jueves se celebra el día mundial de concientización. En 2023, murieron 1.170 mujeres por la enfermedad, según el último informe de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación.

Al mirar las estadísticas, hay un dato que a priori llama la atención. En los últimos 20 años, hubo un aumento del 20% de los fallecimientos en mujeres jóvenes, menores de 60 años: en 2023, murieron 399 y en 2003 habían sido 331.

¿Hay mayor mortalidad? ¿Tiene que ver con un aumento poblacional, una correlación a mayor cantidad de casos o a un aumento de los tumores, como se advierte en otros cánceres, en personas jóvenes?

Julia Ismael, oncóloga y ex directora del Instituto Nacional del Cáncer, aclara primero que el cáncer de ovario “es una patología oncológica afortunadamente infrecuente”. En las mujeres es la sexta causa de mortalidad por cáncer, y representa un 3,4%. Y comparte un gráfico que muestra que la mortalidad por cada 100.000 habitantes se mantiene estabilizada en todos los grupos etarios.

“En términos generales, la incidencia se ha mantenido relativamente estable en las últimas dos décadas, en la Argentina y en la región. Sin embargo, sí hemos observado una mayor atención sobre casos en mujeres jóvenes, en parte gracias al avance en el diagnóstico genético”, explica.

El gen de Angelina Jolie

Matías Cortés, también oncólogo e integrante de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, cree que hay un mayor diagnóstico asociado a un mayor acceso a la salud, y coincide con Ismael en el factor genético: los genes BCRA1 y BCRA2, que aumentan significativamente el riesgo de desarrollar este tipo de cánceres a edades tempranas.

“Hay distintos tipos de cáncer de ovario: el tumor epitelial, que es el más común, está vinculado con una mutación en el gen BRCA”, resalta.

Quizás no haya otro gen con tanta prensa como el BRCA: hace una década, la actriz Angelina Jolie se realizó una doble mastectomía y se sacó los ovarios de forma preventiva, porque le habían detectado que era portadora de este gen BRCA1.

Angelina Jolie se sacó preventivamente los ovarios porque tiene una mutación genética. Foto Reuters Archivo
Angelina Jolie se sacó preventivamente los ovarios porque tiene una mutación genética. Foto Reuters Archivo

“Hay mayor detección y mayor conciencia sobre los factores de riesgo hereditario. Esto permite identificar más casos en mujeres jóvenes que antes quizás no se diagnosticaban a tiempo o se confundían con otras patologías”, enfatiza Ismael.

Ante la pregunta de si el aumento en los fallecimientos se relaciona sólo con el aumento de casos, la oncóloga señala que “es una pregunta clave. Puede reflejar en parte un aumento de la incidencia, pero también pueden influir otros factores como un diagnóstico que sigue siendo tardío o desigualdades en el acceso a tratamientos efectivos”.

Y que si bien el consolidado de las últimas dos décadas muestra en general una tendencia estable o ligeramente en descenso para todos los cánceres, el abrir los datos por jurisdicción “desnuda la crudeza de las inequidades en el acceso de las poblaciones vulnerables, lo que nos alerta sobre una problemática que requiere redoblar esfuerzos tanto en prevención secundaria como en garantía de acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno”.

La cuestión del acceso es clave en el cáncer de ovario, justamente porque no hay un método de screening, como lo es la mamografía para el cáncer de mama.

Todo lo que se estudió, no funcionó. Se intentó hacer una ecografía transvaginal y un marcador tumoral, pero no resultó. Para decir que un método funciona, tenemos que ver una disminución en la mortalidad”, señala Cortés sobre este gran pendiente, que explica en parte por qué tres de cada cuatro pacientes son diagnosticadas en estadio 3 y 4, cuando la sobrevida a cinco años es sólo del 40%. “En los estadios 1 y 2, lográs la curación en el 70% u 80% de los casos”, apunta.

Pero en las pacientes que tienen mutado el gen BRCA (que son alrededor de un 15%), sí se puede hacer un seguimiento más específico. El punto, advierte el oncólogo, es que para detectar la mutación debe realizarse un test genético, cuya cobertura “es difícil”.

El test se recomienda en los casos de antecedentes familiares o en una paciente joven que tuvo cáncer de mama. Es en realidad un panel genético en el que se buscan unos 30 genes que elevan el riesgo de tener cáncer, y que puede tener un costo de entre $ 500.000 y $ 1.000.000 según si el centro donde se hace lo analiza acá o lo manda al exterior.

cancer-ovario

“Es un análisis de sangre simple y en la mayoría de las provincias hay un lugar disponible para hacerlo. Pero no es accesible a la población en cuanto a la cobertura: hay obras sociales que lo cubren y otras que no”, admite Cortés.

Las mujeres a las que les confirman un BRCA positivo pueden también tener la opción de una cirugía profiláctica, esto es, sacarse los ovarios antes de que aparezca un tumor, como Jolie.

Por qué es un cáncer tan agresivo y cómo prevenirlo

Una de las razones por la que no funcionó el screening, explica el oncólogo, es porque, a diferencia de los tumores de mama, el intervalo de duplicación en el de ovario es mucho mayor. Por eso, una paciente puede tener una ecografía trasvaginal normal y, al año siguiente, ya tener un tumor voluminoso.

El otro problema son los síntomas muy inespecíficos. “La presentación aguda es con mucho líquido en el abdomen o el pulmón, o una oclusión intestinal. La forma más frecuente es la subaguda, con síntomas abdominales y pélvicos, como distensión abdominal, urgencia para orinar, náuseas, pérdida de apetito, dolor pélvico abdominal difuso. Pero tenés no menos de 20 causas de esos mismos síntomas”, admite Cortés. Su recomendación es consultar al médico si se presentan una de estas condiciones de forma más intensa o prolongada en el tiempo.

¿Y en cuanto a la salud pública? ¿Qué se puede hacer frente a este escenario tan complejo? “Hay que seguir trabajando en aumentar la capacitación del personal de salud para la detección temprana, promover la consulta oportuna ante síntomas persistentes, avanzar en la investigación de biomarcadores que permitan un diagnóstico más preciso, garantizar el acceso equitativo al tratamiento y que las mujeres con antecedentes familiares accedan a un asesoramiento genético adecuado porque identificar a tiempo a quienes tienen alto riesgo puede salvar vidas”, concluye Ismael.

AS

Redacción

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