
El papa León XIV, elegido el jueves 8 de mayo del 2025 como sucesor del anterior papa Francisco, rinde homenaje directo a León XIII, (jefe de la Iglesia desde 1878 hasta su muerte en 1910), que constituyó una Doctrinal Social para los católicos, a través de la encíclica Rerum Novarum.
De hecho, el pontífice León XIII en 1891 publicó la histórica encíclica, que se constituyó en una guía moral para la acción católica frente a los desafíos del mundo moderno.
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Incluso, el discurso de Robert Francis Prevost en su llegada al papado no fue meramente ceremonial, pues expresó su voluntad de hacer de la justicia social y los derechos laborales un eje de su pontificado.
Al respecto, la senadora colombiana María Fernanda Cabal, una férrea opositora al socialismo y a las políticas de izquierdas, escribió un mensaje en sus redes sociales sobre la mencionada encíclica, para extender un mensaje en contra de las ideas socialistas en el mundo contemporáneo.

Aprovechó el momento para sugerir que la llegada del nuevo pontífice no sería una ocasión conveniente para esta ideología.
“Que no se equivoquen los socialistas – comunistas en América Latina. Rerum Novarum es un pilar de la Doctrina Social de la Iglesia que defiende principios fundamentales como la propiedad privada, la familia, la libertad individual y la justicia social”, escribió la servidora legislativa.
Además, agregó una fotografía de una porción de la encíclica que critica el socialismo, especialmente por su influencia para odiar e intentar acabar con la propiedad privada.
El punto que citó la senadora del Centro Democrático reza: “Para solucionar este mal, los socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes, estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes y administrados por las personas que rigen el municipio o gobiernan la nación. Creen que con este traslado de los bienes de los particulares a la comunidad, distribuyendo por igual las riquezas y el bienestar entre todos los ciudadanos, se podría curar el mal presente (…)“.
Agrega que “esta medida es tan inadecuada para resolver la contienda, que incluso llega a perjudicar a las propias clases obreras; y es, además, sumamente injusta, pues ejerce violencia contra los legítimos poseedores, altera la misión de la república y agita fundamentalmente a las naciones».
La Rerum Novarum —titulada en español “Sobre las cosas nuevas”— fue un parteaguas en la historia de la Iglesia.

Fue publicada en pleno auge de la Revolución Industrial, y en ella se denunció la explotación de los trabajadores por parte de un capitalismo sin control, al tiempo que rechazó el colectivismo estatal como solución, abogando en su lugar por una “tercera vía” sustentada en los valores católicos de justicia, solidaridad y dignidad humana.
En ella, León XIII defendió “el derecho al trabajo digno, el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos y el derecho a un salario justo que les permitiera vivir con dignidad”.
Este documento, considerado la “carta magna” de los derechos laborales dentro del pensamiento eclesiástico, propuso un modelo económico basado en la armonía entre empleadores y empleados, el respeto a la propiedad privada con sentido de bien común, y la búsqueda de una economía solidaria.
León XIV, al adoptar este nombre, se ubica en esa tradición y envía un mensaje claro: su papado seguirá marcado por la preocupación por los más vulnerables. Esta continuidad también se inscribe en la línea trazada por el papa Francisco, su antecesor inmediato, quien hizo de la justicia social, el combate a la pobreza y la protección del planeta los pilares de su pontificado.
El nuevo pontífice, cuya figura ya ha generado simpatía global —incluso por un video viral en el que se lo ve cantando villancicos en Perú en 2014—, parece decidido a llevar adelante un proyecto pastoral profundamente enraizado en los principios sociales del Evangelio.

Al igual que León XIII, apunta a un equilibrio entre tradición y transformación, entre la doctrina y los desafíos del mundo actual.
La elección del nombre León XIV no sólo evoca un pasado ilustre, sino que inaugura una etapa que busca actualizar ese legado frente a las nuevas “cosas nuevas” del siglo XXI.