Una reciente encuesta de la consultora Circuitos revela un notable cambio en las preferencias electorales de la provincia de Buenos Aires: Cristina Fernández de Kirchner lidera la intención de voto con un 35,2%. En un escenario de crisis económica y creciente malestar social, la expresidenta vuelve a posicionarse como una figura central, mientras el presidente Javier Milei experimenta una significativa pérdida de respaldo popular.
Los datos indican que la dirigente peronista supera por más de siete puntos a José Luis Espert, que aparece en segundo lugar con el 28,5%. Detrás queda Diego Santilli, con apenas un 13%. Este giro en la opinión pública bonaerense coincide con un contexto de inestabilidad política, ajustes económicos y una sensación extendida de incertidumbre.
Según el informe, el rechazo a las políticas del actual gobierno va en aumento. La imagen positiva de Milei cayó a un 39,3%, mientras que la negativa escaló hasta un 44%. Más allá de los números, lo que se percibe es un cambio en el humor social: más del 56% de los encuestados se identifica con sentimientos de preocupación, enojo o pesimismo. Solo un 37,8% aún mantiene expectativas positivas.
La posibilidad de una nueva candidatura de Fernández de Kirchner por la Tercera Sección Electoral se menciona con fuerza. Este territorio del sur del conurbano bonaerense sigue siendo un bastión simbólico, territorial y emocional del kirchnerismo, y podría ser clave en un eventual relanzamiento político de la exmandataria.
A nivel provincial, si se considera una competencia entre el peronismo, La Libertad Avanza y el PRO por separado, el oficialismo provincial se impondría con el 33,8%, seguido por los libertarios con un 28%. Incluso si PRO y La Libertad Avanza se unificaran, apenas alcanzarían el 41,3%, una ventaja que podría reducirse drásticamente si Fernández de Kirchner reapareciera activamente en campaña.
Esta encuesta pone en evidencia no solo una revalorización de figuras políticas del pasado reciente, sino también el desgaste del relato liberal que llevó a Milei al poder. El impacto del ajuste, la falta de resultados tangibles y la pérdida de confianza en las promesas de cambio profundo parecen haber abierto nuevamente la puerta al peronismo, y especialmente a la figura de Cristina Kirchner, como referente de estabilidad frente a la incertidumbre.