¿Alguien ha tenido alguna vez un reloj Portusach? Hoy es una marca conocida por muy pocas personas, pero hasta los años 60 del siglo XX fue una fábrica barcelonesa que construía relojes de todo tipo, de pared, de mesa, de pulsera… Un cartel publicitario pintado en la calle Comtal, sobre el arco de la pequeña vía Espolsa-sacs, restaurado hace unos años, es el único vestigio de su existencia, salvo los ejemplares que hayan sobrevivido.
El cartel señala que en el pasaje del Patriarca, continuación de Espolsa-sacs, estaba la fábrica. Se había fundado en 1891. Su último propietario, Josep Maria Portusach, había presidido el gremio de relojeros y era un empresario con cierta influencia en la sociedad barcelonesa de la época. Además de fabricar sus propios relojes, también importaban marcas suizas, con cuya calidad se pretendía asociar la marca Barcelonesa.

La fábrica barcelonesa de relojería Portusach se fundó en 1891 y se mantuvo en activa hasta los años 60 del siglo XX
Xavi Casinos
Los relojes Portusach disfrutaban de un reconocimiento local, en Barcelona y Catalunya, pero nunca gozaron de una reputación ni nacional ni internacional. En 1959, protagonizaron una acción de marketing impulsada a través del gremio, que consistió en instalar un reloj floral en un parterre de la plaza Catalunya situado bajo el mirador entre las dos fuentes. La esfera medía cinco metros de diámetro. Unos tubos hacían las veces de manecillas y funcionaba con un mecanismo enterrado en el suelo. Este singular reloj floral tuvo una vida efímera, especialmente por ser objeto de repetidas acciones vandálicas. En 1961, tuvo que ser restaurado y al cabo de poco tiempo fue eliminado.

La placa de la calle de Espolsa-sacs
Xavi Casinos
El cartel superviviente se encuentra en la entrada de la citada calle de Espolsa-sacs, que conecta directamente con el pasaje del Patriarca, que transcurre junto al Palau de la Música hasta Sant Pere més Alt.

La calle de Espolsa-sacs conecta directamente con el pasaje del Patriarca, que transcurre junto al Palau de la Música hasta Sant Pere més Alt
Xavi Casinos
El nombre, tal y como explica un panel cerámico junto a la entrada, se debe a que antiguamente a este lugar daban unas ventanas del convento de los agustinos, que, debido a su voto de pobreza, vestían un hábito en forma de saco que debían mantener hasta que por alguna circunstancia quedaba totalmente inutilizado. Lo monjes solían sacudir sus hábitos en las citadas ventanas y de ahí el nombre de la calle.