Por primera vez en 111 años, el cuerpo de Santa Teresa fue expuesto al público en Alba de Tormes, en una ceremonia histórica.
Por primera vez en más de un siglo, el cuerpo de Santa Teresa de Jesús fue exhibido este domingo en Alba de Tormes, Salamanca. La última vez que se había abierto su sepulcro fue en 1914. Esta nueva exposición, organizada por la Orden de los Carmelitas Descalzos, permitirá la veneración pública de la santa hasta el 25 de mayo.
Un evento histórico para la Iglesia
La apertura del sepulcro se dio en el marco de una ceremonia solemne presidida por el obispo de Salamanca, José Luis Retana, y contó con la participación de autoridades eclesiásticas y civiles. Entre ellos estuvieron el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el superior provincial de los Carmelitas, Francisco Sánchez Oreja.
El cuerpo, considerado incorrupto por la tradición católica, se encuentra en un notable estado de conservación pese a haber fallecido en 1582. Para los fieles, este fenómeno es interpretado como un signo de santidad.
Acceso diario para fieles y peregrinos
El templo permanecerá abierto todos los días entre las 9 y las 23 para recibir a fieles y peregrinos. Durante la jornada inaugural se realizó la simbólica entrega de la llave de la Basílica, gesto que marcó la apertura oficial de las puertas al público.
Celebraciones litúrgicas hasta fin de mes
El calendario de actividades incluye misas solemnes y procesiones. Se esperan ceremonias presididas por figuras clave de la Iglesia española como el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, y el cardenal Antonio María Rouco Varela. La procesión extraordinaria del sábado 24 recorrerá las calles de Alba de Tormes, y habrá una vigilia abierta a la comunidad.
Quién fue Santa Teresa
Santa Teresa de Jesús, también conocida como Teresa de Ávila, fue una figura clave del siglo XVI en la reforma del Carmelo. Mística, escritora y fundadora de las Carmelitas Descalzas junto a San Juan de la Cruz, fue canonizada en 1614 y proclamada doctora de la Iglesia en 1970, siendo la primera mujer en recibir ese título.
Su legado espiritual y literario perdura a través de obras como El libro de la vida, Camino de perfección y Las moradas, textos fundamentales del pensamiento místico cristiano y de la literatura en español.