En los últimos días, tanto Estados Unidos como China han enviado funcionarios a la región con la intención de frenar la influencia el uno al otro. Argentina y Brasil tienen hoy la cuarta parte de su comercio internacional con la potencia asiática.

Estados Unidos y China compiten por la influencia en América Latina.
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El 23 de abril los presidentes de Brasil y Chile realizaron un encuentro bilateral en el primer país, en el que exhortaron a los Estados Unidos a no avanzar en la llamada “guerra comercial”. Lula da Silva y Gabriel Boric cuestionaron duramente el aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos y defendieron la integración sudamericana frente a la amenaza que afecta a toda la región, ya que la medida tiene consecuencias para la mayoría de los bienes que entran a Estados Unidos. También coincidieron en la necesidad de que los líderes progresistas fortalezcan sus acciones contra el avance de una extrema derecha que consideran “una amenaza” a los regímenes democráticos de la región. Tanto Lula como Boric, hace algunos meses han intentado reunir a los gobiernos de esta orientación en la región, pero con poco éxito. En la misma línea, también se trató en el encuentro bilateral la iniciativa del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, para realizar un encuentro progresista en los próximos meses en Santiago de Chile. En el plano concreto, Gabriel Boric, en el marco de su visita de Estado a Brasil, valoró en particular la sociedad entre los dos países y sus coincidencias políticas, las que dijo se mantienen históricamente. A ello sumó el acuerdo de libre comercio binacional, que entró en vigencia en 2022 y generó un intercambio creciente que en 2024 superó los doce mil millones de dólares.
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En los últimos días, tanto Estados Unidos como China han enviado funcionarios a la región con la intención de frenar la influencia el uno al otro. La política china tuvo como eje el mismo que utilizó en la Cumbre de la Celac, realizada el mes pasado. En ese encuentro el presidente chino, en su mensaje, había dicho que “en un momento en que el mundo atraviesa cambios acelerados sin precedentes en un siglo, el Sur Global que incluye tanto a China como a los países de América Latina y el Caribe, está creciendo con fuerte impulso” y elogió el compromiso de la Celac con “la independencia, la autosuficiencia y la fortaleza a través de la unidad”. En los últimos días de abril, una delegación china integrada por los funcionarios más importantes del área de comercio internacional y representantes de las empresas de mayor volumen visitó la región, incluidos Argentina y Brasil. Ambos países tienen hoy la cuarta parte de su comercio internacional con la potencia asiática. En Buenos Aires dejaron un mensaje respecto a la continuidad del “swap” en yenes, que constituye la mitad de las reservas argentinas. A su vez, los funcionarios estadounidenses que estuvieron en la capital argentina casi al mismo tiempo que la delegación china, conversaron respecto a las barreras arancelarias, tema en el cual ambos países podrían realizar algunos avances. Pero quedó lejos la posibilidad de establecer un acuerdo de comercio bilateral entre Washington y Buenos Aires, como pretende el gobierno de Javier Milei. El “swap” fue motivo de crítica por parte de los delegados estadounidenses, que plantean debe ser suspendido, pero para ello la Argentina necesita dieciocho mil millones de dólares si quiere cancelarlo y ello no es posible en este momento. El monto facilitado por el FMI recientemente a Argentina va destinado a pagar las deudas con los organismos occidentales. Las dos visitas no tuvieron demasiadas consecuencias concretas, pero sirvieron para ratificar la competencia y rivalidad que se libra entre Estados Unidos y China en América del Sur en particular, y en América Latina en general. La visita del Comandante Sur de Estados Unidos a Tierra del Fuego demostró también que el interés por Argentina no es sólo económico.
Mientras tanto, Brasil y Argentina se han aproximado en un intento de relanzar el Mercosur. El canciller brasileño llegó a Buenos Aires el 29 de abril. Cabe señalar que la relación tanto ideológica como personal entre Milei y Lula ha sido mala en los últimos meses y sin gestos de aproximación, pero sí de distancia y diferencias. Se realizó una reunión entre los cuatro cancilleres del grupo. El canciller brasileño planteó la necesidad de reforzar el funcionamiento del grupo, que podría “despertarse” si se retomara la negociación del tratado de libre comercio con la Unión Europea, el que se encuentra suspendido por la posición argentina anterior, que era reacia a la firma. Milei intenta así un movimiento de mantener buenas relaciones con Estados Unidos y Europa. Cabe señalar que esto no cambia las diferencias ideológicas entre Brasilia y Buenos Aires. Los dos presidentes coincidieron en el sepelio del Papa Francisco en Roma y no se sacaron ninguna foto juntos. Pero Milei y Lula se muestran decididos a impulsar la agenda externa del Mercosur, buscando acuerdos con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés), los Emiratos Árabes Unidos y otros países (Lula quiere un acuerdo con Japón y Milei con El Salvador de Bukele, su aliado regional). En los primeros días de julio tendrá lugar la cumbre semestral de presidentes del Mercosur.
Lula parece entender que Argentina, para llegar a un acuerdo comercial con Estados Unidos, necesita una serie de cincuenta exenciones arancelarias adicionales, lo que podría lograrse.
* El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.