
Barcelona
Los barceloneses han ganado un nuevo espacio junto al mar. Tiene el tamaño de una manzana del Eixample y 600 metros lineales para pasear junto al agua. La vertiente sur del muelle de Barcelona, que durante años ocupó la terminal de Balearia y luego se convirtió en el cuartel general del equipo organizador y ganador de la Copa del América, se ha abierto hoy al público para celebrar su puesta de largo este fin de semana, en las jornadas de puertas abiertas del puerto.
Convertida en una gran plaza diáfana que une físicamente el edificio de Drassanes con el World Trade Center, este amplio espacio proporciona una vista inmejorable sobre la fachada marítima de Barcelona y el Port Vell. “La Copa del América sirvió para acelerar actuaciones pero, una vez acabada, nosotros no nos hemos quedado parados”, ha destacado el presidente del puerto, José Alberto Carbonell, refiriéndose a otra recién apertura, la del muelle de Pescadors hace apenas tres meses.
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Sobre el nuevo espacio abierto en la zona norte y este del muelle de Barcelona, de 13.600 m2, Carbonell ha puntualizado que se trata de una urbanización provisional, “hemos preferido abrirlo a la ciudadanía que mantenerlo cerrado”. Lo cierto es que la intervención –de 100.000 euros, principalmente para nivelar el pavimento– no podía ser más minimalista, con apenas unos bancos para sentarse y la iluminación mejorada. De momento, no hay árboles ni ninguna estructura para amortiguar el sol, pero el espacio ya tiene varios pretendientes. Uno ya confirmado es el Saló Nàutic, que el próximo octubre se desplegará también aquí. “Es un lugar donde se pueden hacer muchas cosas, queremos pensar bien su urbanización, que culminaremos el próximo año”, apuntó el director de Port Vell, David Pino.
Entre las Drassanes y el WTC se ha abierto al público un espacio de casi 14.000 m2
El objetivo compartido es que los barceloneses reconquisten este espacio y todo el Port Vell. “El mar explica el ADN de la ciudad –ha dicho el alcalde, Jaume Collboni– la Copa del América marcó un punto álgido de reconexión con el mar y ahora recuperamos un espacio ocupado”. Con la Copa del América reubicada en Nápoles, Collboni enmarca la nueva apertura del muelle de Barcelona con las obras del final de la Rambla, el Espai Drassanes, el Portal de la Pau (cuya apertura está prevista para finales del próximo año), la remodelación del Arnau en el Paral·lel o la de Via Laietana.

En el centro, el presidente del puerto, José Alberto Carbonell, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni
Llibert Teixido
De las Golondrinas a los contenedores
En cuatro horas se agotaron las 3.000 plazas de las visitas guiadas previstas para hoy y mañana en las segundas jornadas de puertas abiertas del puerto. La edición pasada reunió a más de 30.000 personas y este año, además de las actividades en tierra y con las Golondrinas, la inmersión portuaria incluye por primera vez la apertura al público de la terminal de contenedores.
Conde este nuevo espacio se consolida el traslado del grueso de la actividad de cruceros y ferris del muelle de Barcelona al Adossat, pero no toda. El extremo del paseo se cerrará al público cuando haya alguna embarcación atracada en el tramo este (ayer había una fragata) y, hasta finales del próximo año, seguirán atracando cruceros en la zona norte. Sin embargo, Carbonell ha afirmado que “los cruceros dejarán el muelle de Barcelona en 2027; una decisión que se avanza diez años”