Amplios dominadores con 40 victorias sin derrotas en la clasificatoria y superiores 3-0 en semis sobre Thundercats, sin dejar nada para después, volvieron a apelar en la final al lanzador cubano Alain Román, quien no defraudó, tiró juego sin hits ni carreras y 11 ponches.
A la ofensiva destacaron el hondureño y primer bate Eduardo Díaz con doble y sencillo en tres turnos, su coterráneo y campeón de average del torneo Kevin Reyes, con dos inatrapables, así como el venezolano Liuguer Pinto, con hits y vuelacercas remolcador de dos carreras.
También contribuyeron con la causa de los farmacéuticos y la sacaron del diamante capitalino Carlos Cano, el quinto en la tanda Erick Urbaneja y el torpedero y octavo madero Henry Castillo.
En declaraciones a Prensa Latina, el director del equipo dominador, Amilkar Estrada, consideró que la fórmula para pasar sobre todos sus rivales está en que tienen “todas las líneas muy bien cubiertas, el pitcheo, defensa, el bateo”.
Hemos logrado compenetrar un conjunto muy versátil, donde nuestros lanzadores son de alto nivel, con una defensa en la cual casi todos los jugadores pueden desempeñarse en muchas posiciones, detalló el siempre sereno estratega.
Concentrarnos, es un compromiso personal de cada uno al representar a Lanketin, que es una institución que ha sido ganadora toda la vida, aseveró Estrada.
Nosotros no tenemos que mirar qué hacen los demás, ponemos una exigencia interna, de ser competitivos, de siempre querer estar en las finales y aquellos que quieran dar pelea y rivalizar, pues bienvenidos sean, acotó.
Este año pareciera débil el torneo, pero creo que tenían suficiente pitcheo todos y buenas selecciones, y nosotros nos preparamos y a la larga salió a relucir el excelente staff de lanzadores que teníamos, amplió el manager.
Por ahí partimos, nos hicieron muy pocas carreras en el campeonato (2024-2025) y eso habla del nivel que tienen nuestros serpentineros, cuando hacíamos dos, tres carreras ya sentíamos que podíamos ganar, remarcó.
Ahí estuvo la clave de este año, que si bien es cierto que ganamos invictos, hubo partidos que se complicaron, pero gracias a Dios hoy estamos con un torneo y un campeonato más, concluyó el reconocido entrenador.
Sobre los más de 60 ining sin permitir carreras, un emocionado Román confesó a esta agencia que el quid está en ese Dios inmenso que me tiene lleno de salud y lo otro, la fuerza que me da para cada día venir a entrenar.
Contó que le dice a su compatriota y compañero de batería Reinier Vera que la única forma de ser agradecido con quien nos da la mano es tener un buen resultado.
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