Un joven de El Bolsón logró conservar solo el apellido materno tras acreditar ante la Justicia el abandono de su padre. Un caso similar ocurrió en Neuquén y revela las demoras del sistema judicial ante pedidos por identidad.
En las últimas horas, se conoció el caso en el que un joven mayor de edad oriundo de la comarca rionegrina consiguió, a través de un fallo judicial, suprimir el apellido paterno y mantener únicamente el materno.
El Juzgado de Familia, Civil, Comercial, Minería y Sucesiones N.º 11 de El Bolsón avaló su solicitud tras constatarse que no existía vínculo afectivo con su padre y que, durante su infancia, presenció situaciones de violencia familiar.
La presentación fue impulsada por la Defensa Pública, y el joven argumentó que el apellido de su progenitor representaba para él una carga emocional vinculada al abandono y a experiencias traumáticas.
Un antecedente similar en Neuquén
En Neuquén, un caso de características similares también llegó a los tribunales. Natalia —madre de un joven neuquino— relató que el padre de su hijo se desvinculó completamente cuando el niño tenía apenas cuatro años.
“A los 16 me dijo que cuando cumpliera 18 iba a hacer el trámite para sacarse el apellido del padre, porque no tenía ningún tipo de relación, ni con él ni con su familia”, contó.
Al llegar a la mayoría de edad, se inició el proceso judicial. Aunque la otra parte se allanó a la demanda, por tratarse de un tema de orden público, se debió producir prueba, entre ellas un peritaje psicológico.
El trámite se extendió por tres años, y finalmente la Justicia falló a favor del joven. La causa no fue llevada adelante por un defensor oficial.
Identidad y justicia: ¿por qué se demora tanto?
Ambos casos reflejan una problemática en aumento: jóvenes que buscan afianzar su identidad desligándose legalmente de progenitores ausentes o violentos. Sin embargo, la tramitación de este tipo de demandas suele ser larga y desgastante, incluso cuando hay consenso entre las partes.
Organizaciones civiles y profesionales del derecho de familia sostienen que deberían habilitarse vías más ágiles cuando existe prueba suficiente del abandono o daño emocional, para no prolongar innecesariamente el sufrimiento de los solicitantes.