Un informe de Greenpeace estimó que la superficie afectada por incendios forestales en la región de los Bosques Andino Patagónicos de Argentina durante el período octubre 2023 – marzo 2024 fue de 7.747 hectáreas. La superficie quemada en los bosques andino patagónicos ya sería 3 veces más que la temporada pasada.
En Chubut, Río Negro y Neuquén ya quemaron más de 50.000 hectáreas de bosques, pastizales y plantaciones, una superficie equivalente a dos veces y media ciudad de Buenos Aires. Los bosques tardarpan 200 años en recuperarse. Desde Greenpeace alertamos que la crisis climática, la sequía, el viento y los pinos exóticos ayudaron a su expansión, y reclama más prevención, brigadistas e infraestructura, y penalizar sus causas.
Los Bosques Andino Patagónicos constituyen una de las últimas reservas mundiales de bosques templados con poca alteración antrópica y valiosa biodiversidad, y son uno de los biomas argentinos mejor conservados.
La actual crisis climática exige prepararse para posibles escenarios como son los incendios forestales. Si no actuamos, se van a seguir repitiendo. A nivel provincial como nacional se necesita más prevención, brigadistas e infraestructura para dar respuesta rápida a focos que luego se vuelven incontrolables. El fuerte viento, la sequía y los pinos exóticos ayudaron a su rápida propagación.
Se estima que el 95% de los incendios forestales se producen por el accionar humano ya sea por intencionalidad, negligencia o accidentes: fogatas, asados y colillas de cigarrillos mal apagados, la preparación de áreas de pastoreo con fuego y la quema de residuos forestales.
Argentina está en emergencia forestal y es evidente que las multas no son suficientes para desalentar tanto a los incendios como a los desmontes, por lo que consideramos que en forma urgente se debe prohibir y penalizar la destrucción de bosques nativos.
En ese sentido, continuar con la destrucción de bosques significa más cambio climático; más desaparición de especies; más inundaciones; más desertificación; más desalojos de comunidades campesinas e indígenas; más pérdida de alimentos, maderas y medicinas; y más enfermedades, advierte Greenpace