Este tipo de delito, que se configura cuando se quita la vida a una o más personas con «dolo», es decir, con intención de provocar la muerte, presenta en Salta una tasa de 4,6 víctimas por cada 100.000 habitantes. Esta cifra iguala a la de Chaco y solo es superada por la provincia de Santa Fe, que encabeza el ranking nacional con una tasa de 4,9. Detrás se encuentran Buenos Aires y Río Negro, con un 4,5 por ciento.
Este tipo de delito, que se configura cuando se quita la vida a una o más personas con «dolo», es decir, con intención de provocar la muerte, presenta en Salta una tasa de 4,6 víctimas por cada 100.000 habitantes. Esta cifra iguala a la de Chaco y solo es superada por la provincia de Santa Fe, que encabeza el ranking nacional con una tasa de 4,9. Detrás se encuentran Buenos Aires y Río Negro, con un 4,5 por ciento.
Durante el año pasado, se registraron 64 homicidios dolosos en la provincia de Salta, con un total de 68 víctimas. En el caso de las tentativas de ese mismo delito, se produjeron 42 hechos, con idéntica cantidad de víctimas.
Sorprendentemente, uno de los delitos que más casos acumuló fue el de lesiones dolosas, es decir, aquellos daños físicos causados con intención de dañar o lesionar. Se contabilizaron 12.555 hechos, con igual cantidad de víctimas. En relación a las violaciones, se produjeron 298 hechos con la misma cantidad de víctimas. En cuanto a otros delitos contra la integridad sexual, se registraron 1.734 hechos y 1.803 víctimas.
Crímenes recientes
En solo 24 horas, entre el jueves y el viernes de esta semana, dos homicidios sacudieron a la provincia. Ambos fueron cometidos con armas blancas y en contexto de consumo problemático de sustancias.
Durante la madrugada del viernes, un joven de 30 años fue asesinado a puñaladas en el barrio Congreso Nacional, en Cerrillos, cerca de una gruta al Gauchito Gil. La víctima fue hallada por vecinos tendido en plena calle. Fue trasladado en código rojo en una ambulancia al hospital San Bernardo, pero murió producto de un shock hipovolémico. Se supo que residía en el barrio Los Álamos, cercano al lugar del hecho. Un vecino contó que el joven habría estado compartiendo en ese lugar con otras personas y que aparentemente se habría producido una diferencia entre ellos. «Esta zona siempre es frecuentada por jóvenes con problemas de adicciones», afirmó.
Otro homicidio se había producido el jueves, pasadas las 10 de la mañana, a plena luz del día en el barrio Caballito, de la ciudad de Orán. Allí, una disputa entre jóvenes con problemas de consumo problemático de sustancias terminó con uno de ellos, de 21 años y conocido como «Chito», muerto tras recibir una puñalada por la espalda. El ataque fue brutal y la víctima murió en el lugar, ante la mirada del escandalizado vecindario. El hecho ocurrió en la esquina de las calles Moro Díaz y Nazario Sarapura. Fuentes de la zona indicaron que el agresor, quien vive en situación de calle, huyó inmediatamente después de cometer el crimen.
El 5 del corriente mes, otro crimen conmovió al barrio San Benito, en la zona sudeste de la capital salteña. Un hombre, Carlos Casabari, fue apuñalado en el pecho por un sujeto de 35 años, de apellido Viñaval, quien se dio a la fuga tras el ataque. El hecho ocurrió en inmediaciones de la manzana 306, sobre la calle Guillermo Mors. Minutos después, llegaron al lugar efectivos policiales y personal médico, que encontraron a la víctima agonizante. Aunque intentaron asistirlo, las lesiones eran gravísimas y murió antes de ingresar al quirófano. Vecinos de la zona señalaron que posibles conflictos relacionados con drogas, alcohol o ajustes de cuentas podrían haber sido el móvil del ataque, aunque la Justicia continúa investigando. Viñaval fue detenido el lunes pasado, cuando llamativamente regresó al mismo barrio donde habría cometido el crimen y fue visto deambulando por la zona.
El 4 del corriente, en la Misión Los Tobas de Tartagal, un joven de 21 años mató a su padrastro, de 39, tras una discusión. Lo hirió en el pecho con un arma blanca. El hombre fue trasladado al hospital local, donde finalmente falleció. El joven fue detenido en las inmediaciones, y se le secuestró un cuchillo que sería el arma utilizada en el ataque.
El crecimiento de la violencia mortal y de otros delitos cometidos con dolo coloca a Salta en un estado de alerta. Las estadísticas oficiales reflejan una tendencia alarmante, pero detrás de cada número hay una historia trágica que se repite cada vez con mayor frecuencia en los barrios más vulnerables de la provincia. La respuesta estatal, el abordaje de las adicciones y la prevención de la violencia urbana se vuelven urgentes en un escenario donde la vida, muchas veces, parece pender de un hilo.