Tocará confiar en las miles de almas que atronarán el Palau Olímpic de Badalona. Apoyarse en el megáfono de la grada joven. Hacer honor al qui juga, qui mana del himno. Agarrarse, en definitiva, a una parroquia verdinegra, siempre fiel, que se ha convertido en el último asidero del Joventut para no dar por concluida la temporada. Los de Dani Miret iniciaron los playoffs de la Liga Endesa con una derrota (96-81) en el pabellón Santiago Martín ante un Tenerife que contó con un Marcelinho Huertas eterno, verdugo con 39 puntos de una Penya que deberá ganar el miércoles en su feudo para no quedar apeada en los cuartos.
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