En un movimiento que redefine el mapa militar regional, un país de América del Sur ha oficializado la compra de modernos aviones de combate. Esta renovación representa más que una actualización tecnológica: simboliza un mensaje de poder, disuasión y reposicionamiento geopolítico frente a sus vecinos y aliados.
Colombia revela su nueva estrategia de defensa aérea

Colombia ha confirmado lo que durante meses fue objeto de especulación: reemplazará sus envejecidos Kfir israelíes por aviones Gripen de fabricación sueca. La adquisición se enmarca en un proceso de modernización de su fuerza aérea y fue anunciada personalmente por el presidente Gustavo Petro a través de la red social X.
Los Gripen, ya operativos en Brasil, fueron elegidos por encima de otras opciones como los Rafale franceses y los F-16 estadounidenses. El gobierno colombiano había mantenido la operación en reserva, pero la necesidad de reforzar sus capacidades ante un contexto interno de seguridad inestable apuró el anuncio.
La incorporación de esta aeronave de última generación no solo mejora la capacidad táctica del país, sino que también lo alinea con socios regionales que ya han apostado por este modelo. Con ello, Colombia envía una señal clara de fortalecimiento defensivo y ambición tecnológica en una región que se encuentra en constante evolución geopolítica.
Después de la carta de intención firmada por el gobierno del Reino de Suecia, y de aprobar la defensa aérea estratégica del país como proyecto priorizado informo:
Los flota de aviones que se adquirirá, es completamente nueva, ultima tecnología, ya implementada en Brasil, y son…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 2, 2025
El nuevo escenario aéreo en América del Sur

El International Institute for Strategic Studies (IISS) publicó su balance militar 2024, revelando que Brasil lidera el poder aéreo en la región con 185 aviones de combate. Le siguen Venezuela (79), Chile (76), Colombia (64) y Perú (60). Sin embargo, estos datos no reflejan aún el salto cualitativo que implica la llegada de los Gripen a la flota colombiana.
Más allá del número de aeronaves, el tipo de tecnología empleada empieza a pesar más en los análisis de poder. Colombia, al apostar por aviones multifunción con capacidad de interoperabilidad y sistemas avanzados, redefine su rol en la región. La estrategia no solo eleva su perfil defensivo, sino que lo posiciona como un jugador clave en el equilibrio de poder aéreo sudamericano.