Barcelona
Tres operativos independientes liderados por los Mossos d’Esquadra, la Agencia Tributaria y la Guardia Civil se saldaron ayer con medio centenar de detenidos, acusados de tráfico de drogas. Las tres organizaciones criminales estaban dedicadas a la producción y distribución de marihuana. Entre unos y otros, casi medio millar de funcionarios se desplegaron en varios puntos de la geografía catalana para realizar las detenciones, registros y arrancar las plantaciones.
Hay mucho trabajo previo hasta el momento en el que un agente arranca la mata de marihuana mientras a su lado un compañero pone las esposas a uno de los sospechosos. En muchas ocasiones, como esta vez, el inicio de la investigación viene de la calle, de un servicio rutinario, en la que unos policías han estado atentos a lo que sucedía a su alrededor.
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El año pasado, los Mossos decomisaron 542.000 plantas de marihuana, un 4% más que en el 2023
Hay que remontarse a diciembre del 2023, en la calle Josepa Massanés del barrio del Clot de Barcelona. El día 7 de ese mes se produjeron varios robos con fuerza y la comisaría reforzó la presencia de furas, mossos de paisano. Camuflados en la oscuridad de la noche, los policías observaron a un tipo sospechoso, nervioso, en un banco. Era de madrugada. A la escena se sumó un coche negro alquilado con matrícula francesa. El conductor no apagó el motor y el hombre del banco se acercó a hablar a la ventanilla bajada del piloto.
Los hombres detectaron la presencia de los policías, que se fueron acercando con prudencia. En ese momento, trataron de huir, el que estaba en el exterior y el que estaba dentro del coche, que optó por detener el vehículo y tratar de escapar por una de las ventanas.
Asiento de un vehículo registrado por las fuerzas policiales, donde se escondían armas
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Ambos fueron detenidos. En el interior del vehículo, los mossos localizaron una bolsa de rafia con ocho maletines de plástico que guardaban pistolas, manipuladas para disparar munición del calibre 22 milímetros. Los números de serie de las armas y sus cajas habían sido eliminados. Ninguno de los dos abrió la boca. Ni en el coche ni entre los enseres de los dos individuos había ni licencias ni documentación de las armas.
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Pero las sorpresas no habían terminado. Uno de los fura se entretuvo en la inspección ocular del vehículo. La tensión del hombre que lo había conducido le hizo sospechar. Finalmente, logró accionar un mecanismo hidráulico por el que se abría una estancia estanca para transportar seguramente esas armas que no tuvieron tiempo de esconder.
Uno de los detenidos era argelino con domicilio en Francia, donde tenía numerosos antecedentes, y el otro, marroquí, era vecino del Clot. Ese hallazgo se elevó a la división de investigación criminal de los Mossos, que trabajó hasta dar ayer con la organización que además de drogas traficaba con armas.
Las plantaciones necesitan armas para protegerlas. Unas plantaciones cada vez más pequeñas, para asumir los riesgos si, como ayer, son intervenidas por una de las policías que les sigue la pista. El año pasado, solo los Mossos decomisaron 542.000 plantas de marihuana, un 4% más que en el 2023.
Unos datos que no hacen más que evidenciar la presencia permanente de organizaciones criminales, muchas extranjeras, que eligen Catalunya para operar. Al menos dos de las bandas desarticuladas ayer estaban integradas por ciudadanos albaneses. De ellos son buena parte de los nuevos cultivos de marihuana que nutren a muchos de los traficantes del resto de Europa.
