El presidente Javier Milei y el mandamás de Misiones, el ex gobernador Carlos Rovira, tienen claro que las elecciones de este domingo representan una prueba ensayo del pacto de no agresión entre la Casa Rosada y el peronismo no kirchnerista; una pulseada silenciosa diferente a la de la Ciudad. La Libertad Avanza (LLA) apuesta al ex tenista Diego Hartfield.
La forma de LLA de encarar las elecciones locales se basó en negar tener candidatos propios, salvo en algunas excepciones, como lo fue el vocero presidencial Manuel Adorni en la Ciudad. Hartfield se convirtió en uno de los pocos aspirantes libertarios que pude presumir tener el apoyo total de Javier Milei pero también de la secretaria General, Karina Milei. Por eso la apuesta para el Gobierno es alta.
Misiones: el globo de ensayo de Javier Milei y Carlos Rovira
La provincia renueva 20 diputados provinciales y concejales en 11 municipios clave, pero el verdadero telón de fondo es el pacto de conveniencia entre el rovirismo y la Casa Rosada. Un acuerdo de no agresión que permite a Rovira conservar su hegemonía sin sobresaltos y a Milei sumar votos en el Congreso sin construir poder real en la tierra colorada.
Rovira, el arquitecto del Frente Renovador de la Concordia, gobierna Misiones desde 1999, ya sea desde la gobernación o, más recientemente, desde la presidencia de la Legislatura. La relación del ex mandatario con la administración de Milei es bastante fluida al punto tal de que existe la sospecha de la existencia de un pacto que generó la caída de la iniciativa Ficha Limpia en el Senado cuando los dos miembros que le responden al misionero en la Cámara Alta cambiaron su voto.
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El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, junto al ex gobernador Carlos Rovira en una visita gestionada por Javier Milei.
El escándalo de «contribuciones» de La Libertad Avanza en Misiones
Pero no es la única señal de amistad entre ambos. Rovira no aceleró a fondo contra los libertarios después de que el presidente de LLA en Misiones, Adrián Núñez, fue acusado de quedarse con el 10% del sueldo de los empleados nombrados por el Gobierno en el PAMI y en la ANSES en dicha provincia para financiar los gastos del partido.
Este acuerdo tácito ha llevado a que los libertarios no presenten listas competitivas en Misiones, evitando disputarle votos al oficialismo renovador. A cambio, los diputados misioneros apoyan automáticamente las iniciativas del Ejecutivo nacional en el Congreso, incluso relegando temas de su propia agenda. Un ejemplo claro fue la falta de respaldo a un proyecto para ayudar a los pequeños productores yerbateros, a pesar de las protestas que coparon las rutas de la provincia.
Las negociaciones entre Javier Milei y Carlos Rovira
Para Milei, Misiones representa una oportunidad para consolidar su poder legislativo sin invertir recursos en una campaña provincial. Sin embargo, esta estrategia también lo expone a críticas por su falta de construcción territorial y dependencia de acuerdos con caudillos locales. En este contexto, las elecciones del 8 de junio serán un test clave para ambos líderes.
Para Rovira, se trata de revalidar su hegemonía y demostrar que su modelo de «provincia start-up» sigue vigente. Para Milei, es una oportunidad para medir la eficacia de su estrategia de alianzas y su capacidad para influir en las provincias sin una estructura partidaria sólida.
La oposición, fragmentada y debilitada, no parece representar una amenaza real para el rovirismo. El radicalismo local atraviesa una crisis interna, con figuras como Rodrigo de Arrechea renunciando a sus cargos partidarios para alinearse con el gobierno nacional. Mientras tanto, el Frente Renovador se muestra como una maquinaria aceitada, capaz de adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia.