Londres: el Big Ben, falta de sol, un rey, partido laborista al poder, fish and chips, mind the gap, pubs, apertura a la excentricidad. La ciudad en la que se exiliaron y pasaron un tiempo Freud y Marx.El Economistase encuentra a las 9 de la maana en un caf sobre Holloway Road, una avenida del norte londinense, en el distrito de Islington, una zona situada a veinticinco minutos en subte del centro. Juan Pablo Rud la conoce bien, porque hace ms de veinte aos que vive en el norte de Londres.
Rud llega al caf una hora antes de lo pactado y encara la entrevista con entusiasmo y sin demora. Un dilogo que empieza virtual y contina caf de por medio. Horas y horas de conversacin mientras la primavera londinense cobija das de ensueo excepcional. «Ahora se gentrific mucho y hay varios cafs como este», comenta Rud, quien es entrenador y secretario del club de ftbol infantilAlexandra Park Youth Football Club en el cual juega uno de sus dos hijos, y mantiene fuertes lazos con la comunidad local.
Cuando dej Buenos Aires para estudiar economa en Londres, corra el 2001, ese momento que los argentinos recuerdan por el estallido econmico y social. Pero Rud ya haba planeado su salida antes de que las cacerolas golpearan las calles y la convertibilidad se desmoronara. «Siempre quise estudiar afuera. No era claro al principio si iba a quedarme toda la vida, aunque Londres termin atrapndome», cuenta Rud, quien hizo del rigor acadmico una forma de vida.
Personalmente, Rud refleja esa curiosa mezcla entre lo emprico y lo ntimo. Su esposa tambin es acadmica, economista formada en la UBA y ex alumna del Nacional Buenos Aires. Tienen dos hijos que combinan identidades argentinas y britnicas con naturalidad.
- La vida de Rud tambin est entrelazada con una generacin notable de economistas argentinos. Form parte de TNT, la famosa lista universitaria «Tontos Pero No Tanto» en la Facultad de Ciencias Econmicas de la UBA, y conoci en la universidad a figuras como Axel Kicillof, Augusto Costa, Martn Rapetti, Sebastin Campanario, Guido Sandleris y Andres Borenstein, entre otros
Rud recuerda aquellos aos en la Universidad de Buenos Aires con cierta nostalgia intelectual: «ramos muy intensos. Nos la pasbamos hablando de economa, organizbamos talleres de lectura, bamos los fines de semana a discutir sobre libros clsicos de la economa, pasando por Keynes, Marx, Ricardo y otros». Fue en ese ambiente efervescente y diverso, que inclua desde marxistas ortodoxos hasta liberales, donde se gestaron amistades y rivalidades intelectuales profundas. Martn Rapetti, amigo de aquellos tiempos, seal recientemente en una entrevista conEl Economista la calidad excepcional de esa generacin, mencionando a Rud entre economistas argentinos que hoy se destacan internacionalmente.
A Rud, Londres lo atrap no slo por la fama de la London School of Economics, donde curs su maestra y doctorado, sino tambin por algo ms simple: «Me sent sper cmodo desde el primer da».
Recuerda esa poca: «En Argentina se hablaba mucho de atraso cambiario, aunque poco sobre productividad y competitividad». As fue como termin investigando en la biblioteca britnica archivos olvidados sobre la electrificacin en la India en los aos sesenta, mientras exploraba cmo algo tan bsico como la electricidad poda transformar la productividad agrcola e industrial de una nacin entera.
En la actualidad es Professor of Economics en Royal Holloway, University of London, Research Fellow en el IZA Institute of Labor Economics y Research Associate en el Institute for Fiscal Studies (IFS). Su trabajo acadmico ha sido ampliamente reconocido, y se especializ en reas como desarrollo econmico, mercados laborales y economa ambiental.
En sus estudios ms recientes, Rud investiga la «transicin justa» desde la minera de carbn hacia otras actividades econmicas, un tema crtico en la agenda global ante el desafo climtico. Su anlisis del cierre de minas en el Reino Unido en los aos ochenta muestra que muchos trabajadores desplazados nunca lograron reinsertarse plenamente en el mercado laboral, al enfrentar desempleo y reducciones permanentes en sus ingresos. Para l, una transicin autnticamente justa requiere entender que habr costos humanos significativos: «No hay que defender esos trabajos, pero s hay que defender a los trabajadores y a sus familias. Si no se hace nada por reinsertarlos laboralmente, las consecuencias para ellos sern permanentes».
Hoy, Rud insiste en una perspectiva equilibrada sobre la economa y menciona que, incluso economistas que se consideran de centro-izquierda, suelen reconocer el papel fundamental del comercio internacional y los mercados como motores del crecimiento y la reduccin de la pobreza.«A menudo me dicen en broma que soy de derecha, pero mi trabajo se centra en entender y reducir la pobreza en pases en desarrollo», aclara, y subraya con irona y conviccin su compromiso con la evidencia emprica y la justicia social.
Adems de su labor acadmica, Rud recientemente fue designado asesor cientfico del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, involucrado en programas que financian investigacin econmica en pases en desarrollo. Su rol, segn explica, es asistir con el desarrollo de agendas de investigacin y proveer un puente entre la evidencia generada por la investigacin acadmica en economa y el diseo de recomendaciones de poltica en temas vinculados al desarrollo econmico, incluyendo conflicto, cambio climtico y ayuda exterior . Como l mismo resume con una frase de Keynes:«Cuando cambian los datos o la evidencia, yo cambio mi opinin».
Hincha de Racing y del Arsenal, a la hora de definir cmo esas races argentinas influyen en su perspectiva acadmica, Rud hace una pausa reflexiva: «En qu sentido soy argentino? Muchos de los temas que me interesan tienen que ver con lo que vi cuando empec a estudiar economa en Argentina:Pobreza, desigualdad, productividad. Todos son problemas histricos argentinos que permanecen sin resolver«. Sus orgenes familiares se remontan al Este europeo, de donde llegaron sus abuelos a principios del siglo XX desde regiones como Ucrania y Lituania. «Somos un pas de inmigrantes, y eso tambin influye en cmo veo las cosas», dice Rud.
Pero esa misma raz argentina tambin le genera ciertos desafos intelectuales. Rud se resiste sobre todo a la idea, tan instalada en Argentina, de que el pas es esencialmente diferente. «Me molesta esa percepcin de que somos distintos en trminos econmicos, de que en Argentina las polticas industriales funcionan de otra manera, o de que financiando dficits persistentes no pasa nada. Cada pais tiene su historia y su idiosincracia, pero no se pueden negar los incentivos econmicos bsicos y la evidencia», explica. Por ejemplo, Rud rechaza en particular la nocin de que los argentinos ahorran en dlares por una cuestin cultural:«La gente ahorra en dlares porque es una reserva de valor, no por un tema cultural. En Argentina muchas veces se confiscaron o licuaron ahorros; es lgico que el que se quem con leche, vea la vaca y llore».
Lo que Rud realmente extraa de Buenos Aires son los afectos. «Extrao a la gente, a los amigos, esa cultura de la amistad espontnea. No es que en Londres no exista, pero es distinta; ac las personas son ms reservadas y mantienen una mayor distancia», explica. Sin embargo, valora mucho ciertos aspectos de la vida londinense, como la diversidad cultural y la aceptacin de las diferencias.
Al reflexionar sobre el tiempo de su formacin acadmica en Buenos Aires, Juan Pablo Rud evoca con especial nfasis la diferencia que signific para l haber estudiado en la Universidad de Buenos Aires. «El programa de la UBA es realmente muy completo», seala, «y ofrece una formacin integral que ac en Londres no es habitual».
En 2025, despus de ms de dos dcadas en Londres, Rud combina el charme londinense con el bro argentino, la erudicin econmica y la calidez personal. Didctico, dispuesto; tiene pasin por los pases en vas de desarrollo y por la honestidad intelectual sin condicionamientos. Su trayectoria muestra cmo la economa puede ser a la vez abstracta y profundamente humana, arraigada en decisiones individuales que moldean vidas y sociedades enteras.

—Argentina todava tiene potencial para expandir sus actividades relacionadas con combustibles fsiles, en particular en Vaca Muerta. Cmo debera equilibrarse el aprovechamiento de estos recursos frente al riesgo de quedar rezagados en la transicin energtica global?
—Aparece una cuestin muy clara: necesitamos desarrollarnos, tenemos niveles altos de pobreza y disponemos de un recurso an valioso como el de Vaca Muerta. Por qu no aprovechar ese recurso ahora que todava tiene valor? Esta postura est bastante aceptada internacionalmente.Si bien los acuerdos globales exigen que cada pas alcance emisiones netas cero, resulta muy difcil pedirle a una nacin en vas de desarrollo que renuncie a oportunidades rentables en pos de ese objetivo.
Hay otro aspecto vinculado con latransicin justa, y es que muchas de estas actividades tienen costos sociales y ambientales que no siempre estn correctamente medidos.
Como solemos decir los economistas, estas situaciones estn llenas detrade-offs, es decir, estn plagadas de dilemas. Ningn escenario implica exclusivamente beneficios ni exclusivamente prdidas. Por lo tanto, es fundamental analizar si, en promedio, el resultado es beneficioso y si vale la pena llevar adelante estas iniciativas, manteniendo siempre presente que puede haber personas cuyos ros se contaminen o sufran otro tipo de perjuicios ambientales. Ante estos riesgos, lo que debera buscarse es que la extraccin de recursos naturales se realice de la forma ms limpia posible, aplicando mejores tecnologas y adoptando mayores precauciones para minimizar estos costos.
Desde mi perspectiva como economista que estudia economa ambiental, que analiza shocks econmicos y efectos ambientales,es difcil sostener que Argentina no deba explotar sus recursos naturales, especialmente cuando estos recursos tienen un valor significativo en el mercado internacional,y considerando adems que Argentina no es un pas que contribuya significativamente a las emisiones globales derivadas de la combustin de combustibles fsiles.

—Es posible pensar que la transicin energtica vara segn el nivel de desarrollo de cada pas, y que en los pases en vas de desarrollo primero sea necesario fortalecer industrias como la hidrocarburfera -o similares- para luego encarar efectivamente una transicin energtica?
—Depende de las posibilidades concretas y de las tecnologas disponibles. Si se piensa en trminos de generacin de electricidad, Argentina cuenta con recursos hdricos y zonas de muy alta capacidad solar. Hace veinte aos, instalar un panel solar era carsimo y no resultaba econmico. Hoy la situacin cambi. Est claro que nadie puede crecer sin energa. La pregunta clave es: se puede crecer sin energa sucia? Quizs no se pueda, quizs el nico recurso sea el carbn y no quede ms alternativa que usarlo.
Ahora, si se tiene otros recursos disponibles, como hdricos, solares, elicos, y la tecnologa permite aprovecharlos, quizs pueda evitarse ese crecimiento sucio. Por eso gran parte de la discusin actual sobre la minera gira en torno a lo que se denomina «minerales crticos», aquellos necesarios para realizar la transicin energtica, como el litio, fundamental para la produccin de bateras elctricas destinadas, por ejemplo, a los autos elctricos.
No se puede reducir la pobreza sin crecimiento econmico. Por eso, sostener que no hay que crecer porque el mundo se va a acabar es un error. Hay que buscar crecer de manera ms limpia, ms integrada, ms sustentable.
Hay pases a los que se les puede exigir mayor responsabilidad para que crezcan de forma ms verde. Europa y Estados Unidos, por ejemplo, redujeron sustancialmente sus emisiones en los ltimos 30 aos, lo que implica un crecimiento relativamente ms limpio.
Por el contrario, el crecimiento en pases como China e India es extremadamente sucio. Lo mismo ocurre con Bangladesh y Pakistn, donde las estadsticas muestran un desarrollo altamente contaminante. Por eso considero que este no es un debate que est cerrado.
Lo que s est claro es queno se puede creer que sea posible sacar a la gente de la pobreza sin crecimiento econmico. Eso es muy difcil de lograr.
—En algunos sectores polticos, en particular vinculados con la extrema derecha, existe la percepcin de que la transicin energtica destruye empleos en lugar de crearlos. Frente a esta visin, qu condiciones considers esenciales para que la economa verde genere empleos significativos, estables y sostenibles en regiones actualmente dependientes del petrleo y del carbn?
—Ese modo de verlo es muy esttico. Es cierto que actualmente ciertos trabajos dependen de un crecimiento sucio, y si esos sectores cierran, esos trabajos se pierden.
Ahora bien, justamente la clave es que hay una transicin. Existen sectores que histricamente eran sucios o mucho menos limpios, y que, gracias al cambio tecnolgico, los incentivos, y otras razones, han evolucionado hacia una menor contaminacin. Sin ir ms lejos, si se piensa en el caso de los autos: antes emitan muchsimo, y ahora aparecieron respuestas para reducir esos daos.
Por un lado, est la extrema derecha que en gran parte sostiene que el cambio climtico no existe, que todo es mentira, o que es un lobby. Segn esa visin, hay que seguir creciendo, emitir lo mximo posible, sin importar nada ms. Ese es un extremo cuestionable. En cambio, por otro lado, estn quienes dicen que no hay que crecer ms, que el mundo ya est demasiado contaminado, y que el crecimiento econmico es negativo y hay que decrecer. Esta postura suele estar ms asociada a la izquierda, no tanto a la derecha. Y esto tambin es problemtico.
Es inhumano pedirle a frica que no debe crecer, con la cantidad de pobreza que existe, la bajsima productividad y el 60-70% de las personas que trabajan en actividades agrcolas muy precarias en sus chacras, simplemente para subsistir.
Entonces,esa afirmacin de que hay que crecer a cualquier costo se puede matizar: s importa cmo se crece. Se puede crecer de maneras muy diferentes. Por ejemplo, se puede crecer al ser un pas petrolero en Medio Oriente, donde quizs el PIB per cpita sea uno de los ms altos del mundo, pero no todos se benefician realmente de ese crecimiento.
En definitiva, como suelen decir los economistas, «depende». S, depende. Y es necesario dejar espacio para esos matices.
—En cuanto al desarrollo de frica, la cuestin de gases de efecto invernadero, contaminacin y dems se acepta en pos del desarrollo? Lo importante es desarrollar frica?
—S, obviamente. El crecimiento econmico es la respuesta principal a la pobreza, aunque por supuesto no cualquier tipo de crecimiento. Tiene que ser un crecimiento ms sostenible, ms inclusivo, en el que los hogares relativamente ms pobres o de ingresos medios puedan participar y beneficiarse directamente. Si no se tiene un crecimiento que incorpore al trabajador, que sea dinmico, que permita la reasignacin de trabajadores hacia los sectores mas productivos y que sea ms inclusivo, difcilmente se logre una reduccin significativa de la pobreza.
—En tu estudio sobre la minera en Per seals que las zonas ms alejadas de las actividades extractivas fueron justamente las ms beneficiadas por el diseo redistributivo. Esto se debe a que en esas reas se usaron parte de las regalas extraordinarias para desarrollar nuevas actividades econmicas, o ms bien por una transferencia directa de ingresos?
—Fue gracias a la transferencia de ingresos a gobiernos municipales. La cuestin central de la politica que se implement en Per es que muchos gobiernos locales recibieron recursos an sin tener actividad extractiva: por ejemplo siun distrito realiza extraccin y alrededor suyo otros tres o cuatro distritos dentro de la misma provincia no lo hacen, igualmente reciben recursos. Nosotros buscamos estudiar si la redistribucin gener actividad econmica, que era el objetivo de la politica.
Para poder separar los efectos directos de la actividad extractiva de los efectos de la redistribucion a gobiernos locales, usamos la variable de la distancia a la mina. Nuestro objetivoes entender si es la actividad econmica cercana a la extraccin la que impulsa los beneficios observados o la politica de reparto de regalas.Si hubiramos visto que cuanto ms cerca est un distrito de la mina, ms mejora su economa, podramos concluir que la cercana a la actividad extractiva es clave. Pero al colocar estos mapas de distancia, queremos mostrar que incluso regiones que estn lejos, que no tienen recursos mineros ni vnculos comerciales con la mina, igualmente experimentan mejoras econmicas Esto no significa que no haya beneficios directos de la actividad extractiva, pero nos sirve para demostrar que la politica que se implement en Per cumpli con sus objetivos de reducir la brecha de desarrollo regional.
Otra cosa que quisiera aclarar: Argentina ciertamente cuenta con importantes recursos mineros, como cobre y litio, entre otros. Sin embargo, para explotar esos recursos, se requiere crear marcos que atraigan inversin extranjera, ya que muchas veces no existe capacidad suficiente en empresas locales para hacerlo.
Entonces, un punto fundamental es encontrar el equilibrio adecuado. Si se ajusta demasiado las condiciones, si se exigen regalas muy altas, el inversor podra preferir irse a un pas como Ghana, donde las condiciones comerciales e impositivias quizas sean mas favorables . Es decir, tambin hay que considerar los incentivos que tienen las empresas.
—Cmo evaluaras la capacidad actual del Estado argentino para implementar una transicin energtica justa que evite profundizar las desigualdades regionales y sociales, si se considera en cuenta la experiencia britnica que trabajs en el texto «Costes de la eliminacin progresiva del carbn»?
—Tengo algunos prejuicios que me indican que sera un desafo muy grande, principalmente porque Argentina ya atraves algunas transiciones econmicas que pueden servir como referencia. Por ejemplo, si se piensa en la apertura comercial de los aos noventa, sta era probablemente necesaria, dado que qued demostrado que una economa cerrada no conduce al desarrollo esperado. Sin embargo, aquella transicin fue particularmente brusca.
Si se analizan los cordones del conurbano bonaerense, se puede observar que all se perdi una gran cantidad de empleos, y aunque muchos polticos suelen nombrar la importancia de un «Estado presente», en esa oportunidad el Estado no apoy de manera eficaz una transicin sostenible ni una adecuada reconfiguracin econmica. Personalmente, no conozco ejemplos exitosos en Argentina de transiciones similares que hayan resultado bien gestionadas. De hecho, la experiencia muestra que hubo shocks econmicos incluso ms severos que los que podran derivarse actualmente de una transicin energtica.
En definitiva, no es una tarea sencilla.La transicin hacia la liberalizacin comercial fue mal implementada, y esto lo afirma alguien que cree firmemente en la importancia de que la economa se integre al mundo, sea abierta y busque competitividad. Sin embargo, el hecho es que hubo sectores claramente perjudicados y a nadie pareci importarle demasiado en su momento.
—Explicabas que la liberalizacin de los mercados internacionales en los aos noventa fue brutal, aunque debera haber sido sostenible. Interprets que la Argentina en el gobierno de Milei va hacia una transicin brutal, una liberalizacin extrema, o le ves ms chances de generar un escenario sostenible?
—Argentina es uno de los pases ms regulados y una de las economas ms intervenidas y cerradas del mundo, con una incidencia impositiva altsima. Intentar desmontar todo ese aparato es importante. Aunque sera fundamental hacerlo atendiendo esas necesidades especficas de los trabajadores.
Adems, es realmente complicado porque la economa poltica —es decir, la defensa de los intereses de ciertos sectores y el lobby— tiene un peso enorme. El lobby proteccionista en Argentina es particularmente fuerte. Por lo tanto, tratar de desmantelar ese lobby proteccionista mediante un dilogo ms consensuado podra ser muy difcil.
Histricamente Argentina protege trabajos especficos, cuando lo que en realidad debera proteger es a los trabajadores y su capacidad para generar ingresos en cualquier actividad econmica. Por eso, gestionar esa transicin es clave.
El lobby est concentrado, mientras que los beneficios estn completamente dispersos, y esto hace que la poltica se vuelva muy difcil. Por lo tanto, desde mi perspectiva, cualquier proceso de desregulacin y apertura que parta desde la situacin argentina actual, que es ridculamente proteccionista, tiene sentido. Esto beneficiar a la mayora de la gente y generar inversiones en sectores adicionales. Es decir, no es que al desaparecer ciertos trabajos ya no exista empleo alguno; claramente las economas se reconvierten. Por ende, facilitar esa reconversin y asistir a los trabajadores para que puedan movilizarse hacia otros sectores tiene mucho sentido.
—En la actualidad se registra un aumento en la venta de bienes durables y tambin una mayor disponibilidad de crdito, aunque al mismo tiempo ya van 15 meses consecutivos de cada en la venta de bienes de consumo masivo en supermercados. Es posible implementar un modelo econmico donde crezca simultneamente la venta tanto de bienes durables como de bienes no durables de consumo masivo?
—S, eso es posible. Cuando un pas crece, los ingresos aumentan, y parte de esos ingresos se destina al consumo mientras que otra parte va al ahorro y la inversin. De esta manera, ambos tipos de consumo pueden crecer simultneamente. Aunque, para eso es fundamental el crecimiento econmico. Argentina, por ejemplo, todava est rezagada porque tiene que solucionar problemas estructurales como la inflacin alta y el dficit fiscal crnico, que son cuestiones macroeconmicas crticas.

En este grfico, el crecimiento de Estados Unidos est representado en verde y el de Argentina en azul. Desde los aos 60 en adelante, el crecimiento promedio de Estados Unidos se ha mantenido generalmente por encima de cero. Por supuesto que tuvo crisis y fluctuaciones, aunque en promedio la economa estadounidense se ubic alrededor de este nivel.
En contraste, el caso argentino es sumamente irregular. Claramente pueden observarse perodos en los cuales el crecimiento cae significativamente, y alcanza cifras como -5% o hasta -7%. Esto resulta realmente insostenible desde una perspectiva de estabilidad econmica. El grfico permite entender claramente por qu se describe a Argentina como una «tragedia del crecimiento». Aqu se observa el PIB per cpita en precios constantes desde 1960 hasta 2020, comparando a Argentina con Estados Unidos. Cuando se aborda el tema de la pobreza, lo primero que queda claro es que, para reducirla, resulta imprescindible lograr un crecimiento econmico sostenido.

Ahora bien, si excluimos a Estados Unidos y observamos especficamente el caso de Chile, se nota una clara diferencia. Aunque Chile tambin enfrent crisis importantes en las dcadas del 70 y del 80, durante los ltimos 30 aos su economa ha crecido consistentemente. Este patrn de crecimiento sostenido contrasta marcadamente con la situacin de Argentina, donde las fluctuaciones y la volatilidad econmica han impedido reducir eficazmente la pobreza a largo plazo.
Por lo tanto, al hablar de reducir la pobreza, queda claro que la solucin fundamental es crecer econmicamente, tal como lo demuestra la experiencia chilena.
—Cuando Argentina atraviesa perodos de crecimiento econmico el supervit comercial se enfrenta a dificultades. De qu manera podra Argentina superar esta limitacin recurrente de la escasez de dlares en contextos de crecimiento?
—Generalmente en todo el mundo, cuando hay menos disponibilidad de un bien, su precio tiende a aumentar, y genera as variaciones de precio. Honestamente, como economista, debo confesar quenunca termino de entender completamente la idea de «escasez de dlares».
Si existe inversin, comercio y exportaciones sostenidas, acceso al crdito, este problema debera disminuir. El problema en Argentina es que existen muchas restricciones para exportar, especialmente en sectores altamente productivos como el agro, uno de los ms tecnificados y competitivos del mundo. Estas restricciones son parte de una poltica ms amplia de control y extraccin excesiva.
El mercado es dinmico y se ajusta constantemente; se trata de un equilibrio general, donde todas las variables econmicas se reorganizan conjuntamente.
—Hay alguna posibilidad de hacer que Argentina sea menos cara en dlares sin devaluar?
—La clave es laproductividad. Bsicamente, cuando un pas mejora su productividad puede hacer ms con los mismos recursos, y eso lo vuelve ms competitivo.
Asimismo, Argentina es un pas muy caro para importar tecnologa, y gran parte de la productividad est directamente vinculada a la tecnologa. Si importar tecnologa es caro y el mercado est hiperprotegido, se vuelve muy difcil incrementar la productividad.
—Cul es el tema del futuro sobre el que te gustara seguir pensando la Argentina?
—El tema de la productividad es central. Tambin la cuestin de la inversin en el sector privado, y cmo lograr que los sectores ms productivos puedan ganar terreno y crecer, incluyendo la movilidad de trabajadores hacia esos sectores mas dinmicos.
Esto tiene que ver con entender cules son las barreras que impiden el crecimiento del sector privado, sobre todo en economas regionales donde dos tercios del empleo formal provienen del Estado. Cmo generar esas transiciones y crear incentivos para que, gradualmente, el sector privado empiece a crecer y pueda absorber empleo. La creacin de empleo privado y el aumento de la productividad me parecen temas esenciales, no solo por el crecimiento agregado y la productividad general en Argentina, sino tambin para reducir las diferencias regionales y fomentar un desarrollo local ms equilibrado.
—En Noruega o en los pases escandinavos hay mucho Estado, pero es eficiente. En Argentina por momentos discutimos Estado, cuando en realidad lo que deberamos discutir es la eficiencia.
—Efectivamente. Tener mucho Estado no necesariamente implica una gran proteccin; justamente no se protege al trabajo en s, sino al trabajador. O mejor an, en los pases escandinavos existe un Estado eficiente que provee buenos servicios, y que, al mismo tiempo, segn indicadores como el Doing Business del Banco Mundial, no pone trabas al sector privado.
El hecho de que esos pases cobren impuestos altos y luego redistribuyan esos ingresos es parte del contrato social que los ciudadanos escandinavos aceptan voluntariamente, pero eso ocurre justamente porque ese contrato funciona bien. Si se observa el Doing Business Index,el hecho de tener un Estado activo no significa que sea un Estado que desprecia o perjudica al sector privado. Eso es importante. Dinamarca, Noruega, Suecia —los pases escandinavos en general— estn todos entre los primeros puestos del ranking.
Bsicamente, se trata de no interferir innecesariamente en el sector privado.
—Cmo pensaras esta articulacin en el caso del agro?
—En la actualidad, los campos argentinos invierten en innovacin, invierten en irrigacin, mecanizacin, tecnologa. Todo eso es lo que verdaderamente vuelve productivo al pas. Sin embargo, en Argentina persiste esta idea de que los productores agropecuarios solo extraen renta, que deben pagar impuestos extra para extraerles esa supuesta renta pasiva y que, de alguna manera, le deben algo al pas. Pero eso no es as.
Es un sector que tiene una ventaja comparada por cuestiones climticas, por fertilidad del suelo o por otros factores externos, pero para poder aprovechar realmente esa ventaja se necesitan inversiones, innovacin, trabajo e investigacin. Aun as, en Argentina sigue existiendo en muchos sectores polticos la idea de que el agro es un sector que «tiene que pagar».
—En el ltimo tiempo no se destinan suficientes recursos a la UBA, se congelan salarios o directamente se recortan. Considers que es inviable un proyecto liberal que desregule el mercado y que a la vez preserve la universidad pblica, una de las pocas instituciones que los argentinos sienten que todava funciona?
—Siempre fui un gran defensor de la universidad pblica, y creo profundamente en la educacin como un factor esencial de movilidad social. Pero tambin me parece que es importante escuchar atentamente las crticas que se hacen desde distintos sectores. Esas crticas muchas veces tienen razn en sealar las cosas que no funcionan bien: el acceso totalmente irrestricto, la falta de estndares altos o el hecho de permitir que una persona curse la misma materia cien veces sin ningn tipo de restriccin. Evidentemente hay mucho margen para hacer reformas y mejorar estas cuestiones.
La realidad es que la educacin pblica en la Argentina se deterior muchsimo, y la universidad debe seguir siendo un espacio que permita revertir esas desventajas. Obviamente, son necesarias reformas integrales ms profundas que ataquen los problemas desde la raz, desde el nivel primario y secundario, para que esto no sea tan necesario en el futuro. Eso implica ms recursos, mejor formacin docente, y una educacin pblica ms fuerte desde la base. Por lo tanto, creo que ac no es solo un problema de recursos, sino tambin de gestin y calidad educativa.
Es un tema difcil, porque siempre defend el principio de la universidad pblica, pero entiendo perfectamente por qu existen tantas crticas hacia su funcionamiento actual. Ahora bien, no s si eliminar la gratuidad sera un paso real hacia una mejora inmediata.
Lo que s tengo claro es que la UBA, incluso en mis pocas de estudiante, dependa demasiado de la pasin y el esfuerzo voluntario de la gente. Muchos de mis profesores eran economistas que trabajaban en el sector privado y enseaban en la UBA prcticamente gratis porque queran retribuir algo a la universidad, porque apoyaban ese principio de educacin pblica, o porque simplemente queran ayudar. Eso obviamente es noble y admirable, pero no s si sea la mejor manera de sostener una universidad de calidad.
Yo, por ejemplo, soy profesor full-time, doy clases porque es mi trabajo, no lo hago gratuitamente solo por pasin o por devolucin. Y creo que avanzar hacia una mayor profesionalizacin de la carrera acadmica en Argentina podra ser algo positivo para elevar el nivel y hacer ms sustentable el sistema universitario pblico.

—En tu estudio asevers cmo los trabajadores de menores ingresos tienen menos capacidad para evitar la exposicin a la contaminacin. En ciudades argentinas con alta desigualdad socioeconmica podra esto exacerbar an ms la desigualdad sanitaria?
—Hay mucha evidencia de que los efectos negativos de la contaminacin ambiental sobre la salud impactan de manera mucho ms severa en los sectores ms pobres. Esto puede ocurrir, en parte, porque obviamente las personas con menores recursos estn ms expuestas. Pero nuestro trabajo tambin muestra que existe otro factor relevante: los pobres no slo estn ms expuestos, sino que adems tienen menos capacidad de adaptarse o protegerse de la contaminacin. Un ejemplo simple es el agua contaminada: los sectores ms pobres muchas veces estn obligados a consumir agua contaminada directamente, mientras que la gente con mayores ingresos puede optar por fuentes alternativas de agua, como comprar agua embotellada y as evitar la exposicin. Claramente, esto profundiza la desigualdad sanitaria.
La pregunta central es qu tipo de polticas pblicas pueden ayudar a enfrentar este problema. Como siempre sucede, los trabajadores con ingresos muy inciertos y que dependen del ingreso diario, tal como se vio durante la pandemia o frente a shocks ambientales, tienen escasa proteccin. Una manera efectiva de protegerlos sera implementar un sistema slido de seguridad social que les brinde contencin. Por supuesto, crear un sistema as es costoso, difcil y presenta desafos, pero claramente podra ser una solucin.
Pero, en definitiva, estos son algunos ejemplos concretos de cmo se podra intentar proteger mejor a la poblacin frente a exposiciones elevadas de contaminacin ambiental.