Barcelona asumió hace mucho tiempo que no tiene mucho margen para crecer. Con Collserola arriba, el mar abajo, y el Besòs y l’Hospitalet delimitando a lado y lado, poco hay que hacer si no es con visión metropolitana. Aun así, quedan algunas reservas en las que la capital catalana debe acabar el desarrollo urbanístico y donde puede construir esos pisos tan anhelados por unos vecinos que cada vez tienen más dificultades para seguir viviendo en su ciudad.
La Marina del Prat Vermell: 12.000 pisos, más de la mitad de carácter público
La Marina del Prat Vermell es el último barrio en nacer en Barcelona y aspira a alcanzar 28.000 vecinos en el 2036. El espacio, antiguamente industrial, situado junto a la ronda Litoral y el paseo de la Zona Franca, dispone de 75 hectáreas, el equivalente a 40 manzanas del Eixample. Es aquí donde el Ayuntamiento está haciendo realidad la mayor concentración de vivienda protegida nueva de la ciudad.
La planificación urbanística prevé la construcción de 12.000 pisos, de los cuales algo más de la mitad son de carácter público, tanto de alquiler como en régimen de derecho de superficie. Recientemente se ha abierto el proceso para adjudicar 234 viviendas y las aportaciones de fondos europeos y otras administraciones está acelerando el impulso a la construcción en diversos sectores a la vez.
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Las grúas son las protagonistas del skyline , mientras que a pie de calle buscan captar la atención grandes carteles que anuncian promociones de vivienda privada con piscina, zonas comunitarias y unos precios más altos de lo que muchos desearían.
El traslado de diversos departamentos de la Generalitat al distrito administrativo y la construcción de nuevos edificios de oficinas también ha impulsado la población flotante que se mueve arriba y abajo. Se espera trasladar entre 8.000 y 11.000 puestos de trabajo en una zona que cada vez tiene más pinta de barrio, dejando atrás la imagen de lugar solitario y abandonado de no hace tantos años.
La Sagrera: 15.000 viviendas junto a un parque lineal y la gran estación ferroviaria
En el otro extremo de la ciudad, al calor de la futura estación de La Sagrera, también nacerá un nuevo barrio en el que está prevista la construcción de alrededor de 15.000 viviendas nuevas para unos 30.000 vecinos junto un parque lineal de casi 4 kilómetros sobre la losa de la estación soterrada por la que ya pasan los trenes, aunque aún sin parada.
La finalización de la infraestructura ferroviaria es fundamental para el posterior desarrollo urbanístico y residencial, en el que también tendrá un peso importante la vivienda pública. A diferencia de la Marina del Prat Vermell, este ámbito está mucho más integrado a la ciudad y servirá para conectar mejor los distritos de Sant Andreu y Sant Martí, hasta ahora separados por las vías.
Otras áreas de crecimiento: la antigua fábrica Mercedes y el 22@
No muy lejos de allí también está proyectado construir un nuevo barrio con 1.300 viviendas alrededor de la antigua fábrica de la Mercedes, que se restaurará para convertirse en un equipamiento aún por definir.
Este proyecto acercará el barrio del Bon Pastor a Sant Andreu, dejando atrás el pasado industrial de la zona, como ya hizo en su momento el 22@, donde precisamente se trabaja en el replanteamiento de sectores aún pendientes de edificar para crear vivienda en lugar de oficinas.
