Cada tarde después de comer Núria Penón, vecina de Ciutat Meridiana de 79 años, baja a la calle equipada con sus palos de marcha nórdica para dar unas cuantas vueltas al renovado parque del Aqüeducte, uno de los símbolos del Pla de Barris (PdB). Núria es una de las vecinas de la zona norte de Nou Barris que se ha sumado a diferentes actividades gestadas por el PdB para promover la socialización de las personas mayores. Uno de los programas relevantes de la edición 2025-2028 del PdB es el enfocado a paliar la soledad no deseada, no solo de los ciudadanos de más edad sino también de los adolescentes.
Núria y su amiga Margarita Laguna cuentan que cuando se quedaron viudas se encerraron en sus hogares. Rompieron el aislamiento gracias a los encuentros que reúnen una mañana a la semana a una veintena de personas, la mayoría mujeres, organizados dentro de dicho programa en Ciutat Meridiana. Este fue el punto de partida para que Núria, Margarita y otras vecinas se animaran a apuntarse a cuántas más actividades mejor. Quizás las más gratificantes son las que realizan con escolares del instituto Francesc Ferrer i Guàrdia con quienes se envían cartas en las que les cuentan cómo era esta zona, Ciutat Meridiana, Vallbona y Torre Baró, seis décadas atrás y cómo se ha transformado.
Pla de barris 2025-2028
La nueva edición está enfocada a reducir las desiguldades

1 Inversión previstaHasta el 2028 en 27 barrios con una población total de 438.000 personas300 MILLONES
El reto de este nuevo PdB es mitigar la desigualdad en la ciudad. La prioridad son los 16 barrios que tienen un índice de vulnerabilidad urbana alto siendo el distrito de Nou Barris, donde residen Núria y Margarita, uno de los principales focos de atención. Las actuaciones para mejorar la calidad de vida de sus habitantes siguen la línea emprendida en el primer PdB, que arrancó en el 2017 y se centró en el refuerzo del ámbito educativo y en la adecuación de los espacios públicos más degradados. Una de las novedades es que, por primera vez, el Ayuntamiento ha incluido en la actual edición, la tercera, todo el distrito de Ciutat Vella ( Raval, Gòtic, Barceloneta y Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera). En total, se abarcan 27 barrios, en los que viven 438.000 personas, y prevé una inversión de hasta 300 millones de euros.

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Àlex Garcia
Para fijar las zonas prioritarias, Barcelona utiliza el índice de vulnerabilidad urbana (IVU) desarrollado por el Institut Metròpoli, una herramienta para determinar la concurrencia en una área de riesgos sociales y residenciales que se retroalimentan y dificultan la inclusión y el progreso de sus habitantes. Los elevados niveles de
fracaso escolar alertan de que urge actuar. Un paso relevante es la transformación de cuatro centros educativos de Ciutat Meridiana, Vallbona y Torre Baró en institutos-escuela para que sus alumnos puedan cursar también la secundaria en los mismos y no tengan que desplazarse a otras zonas de la ciudad al finalizar la primaria. En los últimos años, indican desde el equipo coordinador del PdB, se ha intentado que “la escuela sea un vertebrador comunitario” en enclaves con un elevado peso
de personas de diferentes nacionalidades.
En los barrios incluidos en este PdB, el 32% de la población joven no ha accedido a estudios postobligatorios, un porcentaje que duplica el promedio de Barcelona, y el 40,5% de la franja de edad de 18 a 24 años ni estudia ni trabaja frente al 32% de media de la ciudad. Esta brecha es difícil de superar. La tasa de fracaso escolar se elevaba, en el 2020, el último año analizado en un reciente informe del PdB, al 20,6%, el doble que en el resto de barrios de la capital, aunque supone una reducción del 7% respecto al 2017.
Durante el periodo 2017-2021, un estudio del Institut Metròpoli constata que la intensidad de la vulnerabilidad descendió en los enclaves incluidos en el PdB, en concreto un 1,2%, una tendencia que no se ha observado en el resto de barrios. Los autores consideran que “las dinámicas de declive urbano se han frenado y, en algunos casos, incluso se han revertido ligeramente, pero hay que tener en cuenta que esta tendencia ya se observaba antes de la implementación del PdB”.
En los barrios incluidos en este PdB, el 32% de la población joven no ha accedido a estudios postobligatorios, un porcentaje que duplica el promedio de Barcelona
Paralelamente, en esta etapa también se incidirá en el ocio educativo y en la cultura, en especial en los barrios de alta vulnerabilidad: de Baró de Viver a Vallbona, Ciutat Meridiana, Roquetes o Trinitat Nova (ver infográfico), entre otros. Los colectivos prioritarios son los adolescentes, la gente mayor, las mujeres y los migrantes .
Esta es la primera vez que el PdB incorpora todo el distrito de Ciutat Vella, ahora inmerso en dos grandes proyectos, las reformas de la Rambla y de la Via Laietana, que se complementarán con obras más pequeñas como la reurbanización de la calle Pepe Rubianes y la plaza Antoni Genescà. También se ejecutarán acciones piloto en la calle Om para mejorar la convivencia dentro del programa destinado a las fincas de alta complejidad. Siguiendo la línea de anteriores ediciones se consolidan las iniciativas destinadas a fomentar la lectura en la infancia, promover actividades artísticas y científicas en las escuelas y facilitar el acceso a la universidad. El Ayuntamiento calcula que las acciones en la Barceloneta, Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera y el Gòtic supondrán una inversión de 30 millones de euros.
Al margen del criterio de la vulnerabilidad, el PdB ha incorporado cuatro barrios de montaña, Les Planes, Sant Genís dels Agudells, Montbau y la Teixonera, para reducir las desigualdades a causa de su singular orografía. En este caso, el objetivo es facilitar la movilidad cotidiana de sus vecinos, promover espacios de encuentro para alentar la convivencia y reducir el aislamiento, además de potenciar la relación con el gran pulmón verde de la ciudad, la montaña de Collserola.
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Una caso diferente es el de la Marina, un barrio en construcción que, según la modificación del Plan General Metropolitano, contempla la llegada de hasta 30.000 nuevos residentes en un plazo de doce años. La aportación del PdB a este nuevo enclave ciudadano es garantizar que disponga de los servicios y equipamientos necesarios durante esta etapa.